Un estudio reciente ha encontrado que la reactividad de las vías respiratorias periféricas en respuesta a la metacolina es similar entre adultos con obesidad, con y sin asma, aunque los pacientes con asma mostraron un menor volumen espiratorio forzado. Estos resultados resaltan el papel de la obesidad como un factor de riesgo significativo para el asma, que conduce a una enfermedad más grave y de peor control.
Dirigido por la Dra. Anne E. Dixon, de la University of Vermont, el estudio examinó a 53 adultos con obesidad de grado 3 (IMC promedio de 47.2 kg/m²) divididos en dos grupos: 31 con asma y 22 sin asma. Se utilizó espirometría y oscilometría para medir la reactividad de las vías respiratorias, encontrando que la resistencia a 5 Hz aumentó en ambos grupos tras la provocación con metacolina.
Esto sugiere que la obesidad predispone a los individuos a la reactividad de las vías respiratorias periféricas, independientemente de su estado asmático.
El estudio también identificó dos grupos de pacientes con asma:
El estudio estuvo limitado por el tamaño de la muestra y la medición de la oscilometría solo en la dosis máxima de metacolina. Sin embargo, los resultados respaldan la existencia de un subgrupo de pacientes con obesidad y asma que presentan disfunción significativa de las vías respiratorias periféricas. Esto resalta la necesidad de caracterizar más a fondo este fenotipo del asma en pacientes con obesidad, que puede estar vinculado a peores síntomas y mayor gravedad de la enfermedad.