Resumen
Los servicios médicos de urgencias suele ser el primer lugar de contacto para pacientes con trastornos mentales en estados de franca agudización psicopatológica, como conductas suicidas, auto lesivas sin intencionalidad suicida y agitación psicomotriz. En los trastornos de la personalidad estas conductas nocivas para el propio individuo y terceros se engloban en el espectro de las crisis descompensatorias. Los facultativos de esta especialidad médica deben responder a las crisis de los pacientes psiquiátricos con intervenciones básicas (farmacológicas y psicoterapéuticas), principalmente las asociadas a los trastornos de la personalidad, ya que esta entidad mantiene cifras elevadas de tentativas suicidas.
INTRODUCCIÓN
Trastornos de la personalidad: conceptos generales El constructo de la personalidad denota un conjunto de patrones de pensamientos, acciones y emociones que caracterizan a una persona desde épocas prematuras de la vida. La estructura de la personalidad, entonces, se constituye por factores temperamentales (biológicos) y caracterológicos (sociales o aprendidos). En pocas palabras: un sistema dinámico donde convergen la integridad biológica, la capacidad neurocognitiva y el contexto sociocultural (cuadro 1). 1-3 La variante patológica de la personalidad suele denominarse como “trastorno de la personalidad” o “patología del carácter”. Los trastornos de la personalidad, término ampliamente usado en los sistemas nosológicos internacionales, se encuentran caracterizados por deficiencias significativas en el funcionamiento del yo (identidad o autodirección), en la vinculación interpersonal (empatía o intimidad) y en la expresión afectiva. El profesional de la salud mental detecta estas alteraciones patológicas a manera de una constelación de rasgos inflexibles, estables y acentuados en todas las situaciones vitales, mediante la entrevista y el empleo de diversos instrumentos psicométricos (figura 1). 2,4 Estos trastornos son clasificados en los principales sistemas nosológicos, la Clasificación Internacional de Enfermedades en su décima edición (CIE-10) y el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales en su quinta edición (DSM-V). Este último, desde su tercera edición propone una clasificación en tres grupos: el grupo A, caracterizado por pacientes extraños o excéntricos, que incluye al trastorno paranoide, esquizoide y esquizotípico; el grupo B, pacientes teatrales, emotivos o volubles, e incluye al trastorno antisocial, límite al histriónico y al narcisista; el grupo C, pacientes ansiosos y temerosos, que engloba al trastorno por evitación, dependencia y obsesivo-compulsivo (cuadro 2). 2
Carlos Armando Herrera-Huerta,* Ariana Cerón-Apipilhuasco,** Jorge Loria Castellanos,*** Alejandro Irvin Soto-Briseño,* Erika Fernanda López-Lizárraga,* Eréndira Orozco-Zagal,* Enrique Camarena-Robles.*
* Unidad Médica de Alta Especialidad Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI. IMSS, Ciudad de México, México.
** Centro de Simulación para la Excelencia Clínica y Quirúrgica (CESIECQ) del Centro Médico Nacional Siglo XXI. IMSS, Ciudad de México, México.
*** Coordinación de Proyectos Especiales en Salud. IMSS, Ciudad de México, México.
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