La gota es la artritis inflamatoria más común causada por la hiperuricemia y su prevalencia ha ido en aumento durante varias décadas entre los adultos en Reino Unido y Estados Unidos.
Sharan K. Rai y colaboradores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, evaluaron prospectivamente en hombres la relación entre los enfoques dietéticos para detener la hipertensión (DASH, por sus siglas en inglés), dietas occidentales y el riesgo de gota (es decir, el criterio de valoración clínico de la hiperuricemia).
Los participantes fueron alrededor de 44.000 hombres sin antecedentes de gota al inicio del estudio. Mediante el uso de cuestionarios de frecuencia alimentaria validados, a cada participante se le asignó una puntuación DASH sobre el patrón de dieta (basado en el alto consumo de frutas, verduras, frutos secos, legumbres, productos lácteos bajos en grasa, granos enteros, baja ingesta de sodio, bebidas azucaradas, y carnes rojas y procesadas). Además se les asignó una puntuación para dieta occidental (basado en el alto consumo de carnes rojas y procesadas, papas fritas, granos refinados, dulces y postres). Las principales medidas de resultados fueron el riesgo de gota evaluado por la encuesta del Colegio Americano de Reumatología basada en criterios preliminares para la gota, tras ajustar por posibles factores de confusión, como la edad, índice de masa corporal, hipertensión, uso de diuréticos y la ingesta de alcohol.
Durante 26 años de seguimiento, se confirmaron 1.731 casos de gota. Los patrones altos de DASH se relacionaron con una menor probabilidad de sufrir la enfermedad (riesgo relativo ajustado 0,68; IC del 95%: 0,57 - 0,80, P para la tendencia <0,001). Por el contrario, una puntuación más alta del patrón de dieta occidental se asoció con un mayor riesgo de gota (1,42; 1,16 - 1,74, P = 0,005).
En resumen, los enfoques dietéticos para detener la hipertensión se vinculan con una menor probabilidad de sufrir gota, lo que sugiere que su efecto reductor de los niveles de ácido úrico en individuos con hiperuricemia se traduce en menor riesgo de padecer la enfermedad. Por el contrario, la dieta occidental se asocia con un mayor peligro de gota.
