La migraña es una enfermedad que afecta a millones de personas y se caracteriza por ataques recurrentes de dolor de cabeza intenso y pulsátil, generalmente en un lado de la cabeza. Puede estar acompañada de síntomas como náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz, al sonido y a los olores. Las migrañas pueden ser desencadenadas por diversos factores, como la falta de sueño, cambios de tiempo, hambre, estimulación sensorial excesiva y estrés.

El diagnóstico de la migraña se basa en los síntomas característicos y no requiere pruebas complementarias. Sin embargo, en casos de sospecha de otras condiciones subyacentes, se pueden realizar tomografías computarizadas o resonancias magnéticas.

Aunque no existe una cura para las migrañas, se utilizan fármacos para detener los ataques cuando comienzan, aliviar el dolor y reducir la frecuencia y gravedad de las crisis. Los tratamientos específicos incluyen medicamentos que bloquean el neuropéptido CGRP, que desempeña un papel crucial en la patogénesis de la enfermedad.

Es importante destacar que las migrañas pueden volverse crónicas, con ataques frecuentes que afectan la calidad de vida. Además, las migrañas pueden ser hereditarias y existen ciertos desencadenantes como los cambios hormonales, los alimentos, los traumatismos craneales y los trastornos de la articulación temporomandibular.

En conclusión, las migrañas son una enfermedad debilitante que afecta a muchas personas en todo el mundo. Se requiere una mayor concienciación y comprensión de esta condición, así como una mejora en el acceso a los tratamientos adecuados y en la calidad de la atención médica.