27 de julio de 2018
Las arterias como la aorta transportan activamente sangre oxigenada, nutrientes y células por todo el cuerpo para mantener nuestros tejidos funcionando de forma normal. El daño a las arterias puede provocar enfermedades cardiovasculares potencialmente mortales. Un tipo importante de daño implica el endurecimiento o la rigidez de las paredes de los vasos sanguíneos. Este fenómeno, conocido como rigidez arterial, provoca hipertensión arterial y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares como aterosclerosis y aneurisma. Sin embargo, las causas de la rigidez arterial aún se desconocen en gran medida.
Ahora, un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina Yong Loo Lin de la Universidad Nacional de Singapur (NUS), dirigido por la profesora asociada Veronique Angeli, ha identificado una población de células, conocidas como macrófagos, que recubren las paredes externas de las arterias sanas y expresan una proteína llamada LYVE-1. Los investigadores encontraron que cuando estas células estaban ausentes, las arterias acumulaban colágeno y perdían su elasticidad, tornándose rígidas e inflexibles. Estos hallazgos sugieren que los macrófagos protegen nuestras arterias de la rigidez, un concepto que el equipo procedió a probar. Con ello, mostraron que los macrófagos interactúan con otro tipo de células que residen en la arteria llamadas células del músculo liso, que producen colágeno. La interacción entre estos dos tipos celulares reduce la producción de colágeno por las células del músculo liso.
Angeli y sus colegas demostraron que la proteína LYVE-1 producida por los macrófagos es en realidad la responsable de este efecto protector. LYVE-1 se une a una molécula llamada hialuronano expresada en la superficie de las células del músculo liso, y esta interacción es necesaria para la degradación del colágeno por una enzima llamada metaloproteinasa de matriz 9 (MMP-9).
El trabajo tiene implicaciones clínicas para el envejecimiento y las enfermedades cardiovasculares porque la rigidez arterial se asocia con el envejecimiento y precede a tales afecciones, como la aterosclerosis y el aneurisma. Este conocimiento debería ayudar en el desarrollo de nuevos tratamientos o en la mejora de los tratamientos existentes para las enfermedades arteriales.
