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La importancia de los biomarcadores en el diagnóstico de enfermedades raras

Revisión Global: La necesidad de estandarización de biomarcadores para diagnosticar enfermedades raras lleva a investigadores a acelerar la busqueda de moléculas indicadoras de síndromes poco frequentes.

Bridget Bax publicó recientemente una recopilación de información sobre biomarcadores que contribuyen a la comprensión de los mecanismos moleculares subyacentes de las enfermedades raras y/o que pueden utilizarse para el diagnóstico y pronóstico de enfermedades en respuesta a terapias. En este trabajo, el autor destaca el estudio de Menkovic y colaboradores que recomiendan un panel de biomarcadores en lugar de un solo biomarcador para superar algunos de los desafíos del diagnóstico y la presentación heterogénea de la enfermedad de Gaucher. En el segundo artículo de este grupo, Boutin y sus colegas demostraron una variación diurna de los biomarcadores de la enfermedad en la orina de pacientes con la enfermedad de Fabry y recomendaron una recolección de muestras de orina temprano en la mañana para evaluaciones longitudinales. La revisión exhaustiva de Simonetta y sus colegas analiza el potencial de los perfiles metabólicos, proteómicos y transcriptómicos y su asociación con diferentes sistemas de órganos y la gravedad de la enfermedad de Fabry. Showalter y sus colegas exploran los fosfolípidos de bis(monoacilglicero)fosfato (BMP), que se encuentran casi exclusivamente dentro de las membranas de las vesículas lisosomales y endosómicas tardías y se ha demostrado que están desregulados no solo en los trastornos de almacenamiento lisosomal, sino también en la fosfolipidosis, enfermedades metabólicas, enfermedades hepáticas y renales y trastornos neurodegenerativos. Los autores reconocen que es necesaria una mejor comprensión de las enzimas involucradas en el catabolismo y el anabolismo de BMP para aclarar el significado funcional de esta clase de fosfolípidos en estados biológicos normales y patológicos. Dos contribuciones del grupo de Borrego se centran en la enfermedad de Hirschsprung, un trastorno causado por una proliferación, diferenciación, supervivencia y/o migración defectuosas de células precursoras entéricas que se originan en la cresta neural. Las pruebas actuales empleadas para el diagnóstico de la enfermedad de Hirschsprung son costosas y, por lo tanto, la disponibilidad de un biomarcador brindaría un inmenso beneficio al paciente. Hay cinco genes candidatos de la familia PAX (Paired Box), que están potencialmente involucrados en el sistema nervioso entérico e implicados en la aparición de la enfermedad. Toroglosa et al. informe la desregulación de tres ARN largos no codificantes (lncRNA) en células precursoras entéricas de pacientes con enfermedad de Hirschsprung en comparación con controles sanos. Los lncRNA se transcriben con más de 200 nucleótidos de longitud y tienen funciones reguladoras en la expresión génica a nivel epigenético, transcripcional, traduccional, postranscripcional y postraduccional en muchos procesos biológicos. Los autores proponen los tres transcritos (SOCS2-AS, MEG3 y NEAT1) como posibles elementos implicados en la aparición de la enfermedad de Hirschsprung y sugieren que podrían utilizarse como biomarcadores de esta enfermedad. Otro estudio que investiga la utilidad de los lncRNAs como biomarcadores es el de Skiriute y colaboradores, quienes demostraron que el lncRNA CASC2 estaba proporcionalmente reducido en gliomas en estadios avanzados, la expresión de miR-21 era inversamente proporcional a la expresión de CASC2, asociado a la grado de malignidad y supervivencia del paciente. Los autores concluyen que CASC2 y miR-21 desempeñan funciones antagónicas y potencialmente interactúan en la progresión del glioma. Al investigar los biomarcadores de la sarcoidosis, una enfermedad inflamatoria de origen desconocido, Zhou y Arce brindan una revisión importante de los actores y biomarcadores clave del sistema inmunitario adaptativo en la patogenia de este trastorno. Los autores enfatizan que no existe un biomarcador específico para la sarcoidosis y proponen que la precisión del diagnóstico puede mejorarse examinando las poblaciones de linfocitos B y T, y concluyen que estos podrían usarse para detectar formas más activas o graves de sarcoidosis. El grupo de Corey-Bloom y sus colegas examinó los marcadores de inflamación en la saliva y el plasma de pacientes con la enfermedad de Huntington, un trastorno neurodegenerativo hereditario y progresivo. Curiosamente, se ha encontrado que los niveles salivales de interleucina-6 (IL-6) están significativamente asociados con síntomas prominentes en la enfermedad de Huntington. Los autores concluyen que, aunque es poco probable que la elevación de IL-6 sea específica de la enfermedad de Huntington en comparación con otras enfermedades neurodegenerativas, la disponibilidad de un biomarcador confiable en el sistema salival abordaría la necesidad urgente de un proceso menos invasivo para identificar la enfermedad. Cerasuolo y su equipo investigaron la base molecular de la correlación genotipo-fenotipo del síndrome de Peutz-Jeghers, un trastorno caracterizado por el desarrollo hamartomatoso no canceroso de pólipos en el tracto gastrointestinal. En la mayoría de los casos, el trastorno es causado por mutaciones en el gen supresor de tumores STK11. Los autores proponen que los cambios en el empalme contribuyen a la aparición de la enfermedad y destacan la importancia del análisis genético del ARN en pacientes jóvenes. En conclusión, el trabajo destaca la diversidad de biomarcadores disponibles bajo investigación para detectar enfermedades raras y proporcionar indicadores de enfermedades para mejorar la predicción, el pronóstico y las respuestas al tratamiento. Una de las recomendaciones recurrentes es la necesidad de estandarización de biomarcadores y la correlación de biomarcadores con otros parámetros medibles.

Referencia: 

Biomarkers in Rare Diseases.

Bax BE.Int J Mol Sci. 2021 Jan12;22(2):673.doi:10.3390/ijms22020673.PMID: 33445477 Free PMC article.