Contaminación atmosférica y asma en niños

Resumen

El asma en niños es una condición prevalente y con un significativo impacto en la calidad de vida del niño y su cuidador. Un alto porcentaje de los niños están expuestos a la contaminación atmosférica, lo que se traduce en un significativo impacto en su salud respiratoria. Los niños son un grupo especialmente vulnerable por razones fisiológicas, medioambientales y de comportamientos propios de la edad. Existe suficiente evidencia que algunos contaminantes atmosféricos son capaces de aumentar los síntomas de asma y desencadenar exacerbaciones en niños asmáticos. También existe evidencia creciente que la exposición prolongada y precoz a contaminantes atmosféricos pueden aumentar el riesgo de desarrollar asma, especialmente los contaminantes relacionados con el tráfico vehicular. Estos efectos adversos disminuyen cuando disminuye la contaminación atmosférica producto de las regulaciones ambientales. Estudios sobre la carga atribuible estiman que un 13% de los nuevos niños asmáticos pueden deberse a la contaminación atmosférica. El sistema respiratorio y el sistema inmunólogico del niño están en desarrollo, por lo que exposiciones a contaminantes atmosféricos pueden tener consecuencias de largo plazo. Existen varios mecanismos identificados que apoyan los resultados de los estudios epidemiológicos destacando el daño por estrés oxidativo. Los médicos que atienden niños tienen que tomar en cuenta este conocimiento e incorporarlo a su práctica clínica.

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El  asma  bronquial  es  una  de  las  patologías  crónicas  más  prevalentes  en  niños  y  en  varios países se ha documentado una tendencia a su aumento (1). Se asocia a un significativo compromiso  de  la  calidad  de  vida  del  niño  y  su  cuidador  e  involucra  importantes  costos  de  atención  en  salud  (2).  La  probabilidad  de  desarrollar asma, así como también su gravedad, depende  de  una  interacción  compleja  de  múltiples   factores   genéticos   y   ambientales.   Los   factores no genéticos o ambientales, lo que se ha   denominado   “el  exposoma”,   condicionan   en  forma  significativa  el  estado  de  salud  en  el  asma (3) y dentro de estos factores ha recibido gran  atención  y  preocupación  el  rol  que  puede  tener la exposición de los niños a la contaminación del aire atmosférico. El  término  “contaminación  atmosférica”  se  refiere  a  la  presencia  de  sustancias  nocivas  en  la  atmósfera  en  concentraciones  que  podrían  llegar  a  provocar  daño,  ya  sea  a  la  salud  de las personas o a diferentes ecosistemas (4). Los contaminantes atmosféricos se diferencian según su fuente de emisión, en biogénicos o de origen  natural  (ej:  erupción  volcánica,  polvo);  o  antropogénicos,   que   corresponden   a   contaminantes  producidos  por  la  actividad  humana.  Los  distintos  contaminantes  atmosféricos  se  pueden  clasificar  en  contaminantes  primarios,  que  son  aquellos  emitidos  directamente  a  la  atmósfera, por ejemplo, el monóxido de carbono (CO); o contaminantes secundarios, los cuales se forman en la atmósfera a partir de reacciones  químicas  de  sus  precursores,  como  por  ejemplo el ozono (O3), formado por reacciones de  contaminantes  primarios:  compuestos  orgánicos  volátiles  (COVs)  y  óxidos  de  nitrógeno  (NOx) (5). Debido  a  que  la  naturaleza  de  los  contaminantes  varía  enormemente,  así  como  su  presencia,  variabilidad  y  efectos  en  la  salud,  la  Environmental  Protection  Agency  (EPA)  consideró,   con   fines   regulatorios,   una   división,   clasificándolos  entre  contaminantes  criterio  y  contaminantes  no  criterio.  Los  contaminantes  criterio  son  aquellos  que  dada  su  naturaleza  y  fuentes  están  presentes  en  todos  los  lugares  y  que  razonablemente  se  puede  anticipar  que  son  un  peligro  para  la  salud  pública  y  el  medio  ambiente.  Por  esta  razón,  se  definen  estándares  primarios  de  calidad  del  aire  en  los  países,  con  el  objetivo  de  proteger  a  las  personas  contra  los  efectos  adversos  a  la  salud  con  un  adecuado margen de seguridad (6,7). La Tabla 1  muestra  los  contaminantes  criterio  y  sus  principales fuentes de emisión. La Organización Mundial de la Salud ase-vera que un 93% de los niños del mundo viven en  entornos  con  niveles  de  contaminación  atmosférica  por  encima  de  sus  recomendaciones,  con  un  importante  impacto  en  la  salud  de  estos (8).La  contaminación     atmosférica     afecta     a   todas   las   personas,   pero   los   niños   tienen   una  mayor  susceptibilidad  a  sus  efectos  por  razones   fisiológicas,   medioambientales   y   de   comportamiento.  El  pulmón  en  desarrollo  es  más  susceptible  a  daño  por  agentes  tóxicos,  incluyendo los contaminantes del aire, y en una dosis inferior en comparación a los adultos. Algunos  de  los  factores  que  explican  esta  mayor  susceptibilidad son: mayor ventilación por peso corporal,  mayor  superficie  pulmonar  por  peso  corporal, rápido crecimiento pulmonar, sistema respiratorio  inmaduro,  alta  tasa  de  infecciones,  mayor vulnerabilidad al estrés oxidativo, mayor expectativa  de  vida  con  más  tiempo  para  que  aparezca  el  daño,  y  patrones  de  exposición  y  conducta  (8).  También  existen  individuos  que  por  factores  genéticos  tienen  mayor  susceptibilidad  al  daño  producto  de  la  exposición  a  la  contaminación (9).

Carlos Ubilla

Profesor Asociado, Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Norte. Hospital de Niños Roberto del Río. Facultad de Medicina, Universidad de Chile, Santiago, Chile

Karla Yohannessen

Profesor Asistente, Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Norte. Hospital de Niños Roberto del Río. Facultad de Medicina, Universidad de Chile, Santiago, Chile

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https://www.neumologia-pediatrica.cl/index.php/NP/article/view/464/427