Repercusión del ejercicio físico moderado sobre los trastornos del sueño en pacientes con fibromialgia

RESUMEN

Introducción:

La fibromialgia (FM) o Síndrome de Fibromialgia (SFM) se define actualmente como la afección crónica de causa desconocida caracterizada por dolor generalizado, entre otros síntomas, en ausencia de una enfermedad orgánica específica. Los trastornos del sueño son reconocidos como uno de los síntomas principales en los pacientes con fibromialgia, y la realización de diversos tipos de actividad física en este grupo de pacientes podría mejorar la calidad de sueño y otros trastornos del sueño.

Objetivo:

Determinar si la realización de ejercicio físico moderado repercute positivamente sobre los trastornos del sueño en pacientes con fibromialgia.

Métodos:

Se realizó la búsqueda en PubMed, donde se hallaron 2616 artículos en los últimos 5 años, después de aplicar los criterios de inclusión y exclusión, y en una primera búsqueda de 616 artículos, se obtuvo 12 de utilidad; mediante otros motores de búsqueda como Google Scholar, SciELO, el número de artículos obtenidos fue 2; sumando un total de 14 artículos.

Resultados:

Los 14 estudios revisados demostraron que el ejercicio físico moderado reduce los trastornos del sueño en pacientes con fibromialgia, 02 sugieren tratamiento individualizado, 02 mencionan que el sedentarismo agrava los síntomas, 04 encontraron beneficios en complementar el ejercicio con yoga o balneoterapia y 01 adicionalmente, apoya el entrenamiento a intervalos de alta intensidad.

Conclusión:

La conclusión del presente artículo de revisión fue que la realización de la actividad física moderada en pacientes con fibromialgia repercute de manera benéfica regulando e incluso modificando los trastornos del sueño.

INTRODUCCIÓN

La fibromialgia (FM) o Síndrome de Fibromialgia (SFM) se define actualmente como la afección crónica de causa desconocida caracterizada por dolor generalizado, rigidez y sensibilidad en músculos, ligamentos y articulaciones; asociada a fatiga, trastornos del sueño, dificultad cognitiva, depresión y ansiedad; en ausencia de una enfermedad orgánica específica13.

En la actualidad, el diagnóstico se basa en la sumatoria de los diversos síntomas que presenta el paciente sin necesidad de cumplir con la presencia mínima de puntos sensibles o puntos gatillo; a diferencia de la forma de diagnóstico previamente mencionada que permaneció por más de una década4.

La prevalencia es de 2-4% de la población general, siendo más frecuente en mujeres adultas jóvenes. Aunque se desconoce la etiología, diversos autores plantean que alteraciones en algunos transmisores neuroendocrinos como la sustancia P, cortisol, hormona de crecimiento y serotonina, así como un sistema autónomo mal regulado, con sensibilización central exacerbada e hipofunción de vías inhibidoras del dolor5, podrían interrelacionarse para conducir a una disminución en el umbral del dolor y a su vez amplificación de las señales que lo producen, modificando la respuesta del organismo al estrés.6Adicionalmente, se encontró un marcado deterioro del eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA)7.

Por otro lado, los trastornos del sueño, reconocidos como uno de los síntomas principales en los pacientes con fibromialgia, pueden tener también alguna implicancia directa en su patogenia. En exámenes electroencefalográficos1, se observaron que la cuarta fase del sueño se encuentra disminuida en pacientes con fibromialgia y, se debe su importancia a que durante esta fase se secretan hormona de crecimiento (GH) y factor de crecimiento similar a la insulina 1 (IGF-1); ambas implicadas en la reparación de microtraumatismos musculares. Por tanto, la cicatrización del tejido muscular podría verse afectada por alteraciones del sueño.

A medida que se obtiene más información sobre esta patología y en vista del aumento de casos a lo largo de los años Larsson et al8plantean desde el punto de vista de los pacientes su deseo de tener una buena calidad de vida, pero más importante aún, que expresan una real necesidad de contar con un profesional que los guíe y apoye en su proceso de iniciar un estilo de vida activo puesto que la misma naturaleza de la enfermedad hace que este accionar sea todo un desafío.

Es por esto que la importancia del estudio radica en determinar si la inclusión del ejercicio físico moderado como parte del estilo de vida de personas con fibromialgia reduce los trastornos del sueño, considerando que éstos son uno de los principales síntomas del cuadro clínico de este grupo de pacientes. Entonces, ahondar en este tema y comprobar los beneficios del ejercicio físico sobre los trastornos del sueño y a su vez sobre la intensidad del dolor, además de tener un impacto respecto a la amplia gama de síntomas presentes en esta patología, podría considerarse un pilar fundamental en el tratamiento de pacientes con fibromialgia puesto que mejoraría su calidad de vida.

El siguiente artículo de revisión tiene como objetivo determinar si la realización del ejercicio físico moderado, repercute positivamente sobre los trastornos del sueño en pacientes con fibromialgia.

Sylvia Gabriela Alfaro-Castro1  , Estudiante de Medicina Humana

1Facultad de Medicina Humana, Universidad Ricardo Palma. Lima – Perú.

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http://www.scielo.org.pe/scielo.php?pid=S2308-05312022000100171&script=sci_arttext