El trastorno del lenguaje de las personas con esquizofrenia y su relación con la gravedad y la funcionalidad

RESUMEN:

Objetivo:

Estudiar las características del lenguaje en pacientes que padecen esquizofrenia u otros trastornos psicóticos.

Método:

55 pacientes diagnosticados de esquizofrenia (50) y trastorno esquizoafectivo (5). Se aplica la escala TLC de Andreasen, la escala EEAG para la funcionalidad, la CGI para la gravedad. Se recogen datos sociodemográficos.

Resultados:

Las medias son: edad: 61,47 años, internamiento: 19,47 años, CGI: 5,8, EEAG: 32,5. La subescala de desconexión de la TLC puntúa de media: 8,43, y la de Subproducción verbal: 1,2. La desconexión correlaciona negativamente con EEAG, y positivamente con CGI. La Subproducción verbal correlaciona con CGI.

Conclusiones:

Los participantes presentan un grado de gravedad elevado y de funcionalidad bajo. Presentan alteraciones importantes del lenguaje, particularmente de pobreza del habla, pero también de desconexión verbal. Con puntuaciones que varían de leve a moderado. Ambas subescalas correlacionan con gravedad. Además, la desconexión es mayor en los pacientes con peor funcionalidad.

La alteración del lenguaje en esquizofrenia está relacionada con la gravedad y la funcionalidad, lo cual tiene importantes consecuencias en la vida de las personas que padecen esta enfermedad.

INTRODUCCIÓN

La esquizofrenia es un grave trastorno mental que afecta a más de 21 millones de personas de todo el mundo(1). Suele comenzar en la adolescencia y durar toda la vida del sujeto, con variaciones temporales. Su clínica es variada y compleja, con síntomas que abarcan gran parte de la psicopatología. Su curso suele ser deteriorante. Y es frecuente la suma de otras enfermedades. A pesar de los avances terapéuticos, su pronóstico es sombrío. Las alteraciones del lenguaje son uno de los síntomas esenciales de la enfermedad.

Tanto en CIE-10(2): “discurso incoherente o irrelevante”, como en DSM-5(3): “discurso desorganizado”, se reconoce como uno de los síntomas presentes para el diagnóstico.

El trastorno del discurso o lenguaje en la esquizofrenia es fundamental y está recogido en la historia de la psiquiatría. Así Berrios(4) dice: “se puede afirmar con certeza que el trastorno del pensamiento fue descrito en su totalidad como síntoma antes del trabajo de Kraepelin o de Bleuler”. Refiere que años antes, en 1892, Séglas (1856-1939) publicó una monografía sobre Des Troubles du Langage chez les Aliénées y en 1902 Renée Masselon su Psychologie des Dements Précoces, que incluía un capítulo sobre trastornos del pensamiento de estos enfermos.

Colodrón(5), dice que las primeras referencias se encuentran en Snell, que, en 1852, cuando Morel se refirió a algunos enfermos como dementes precoces, escribió un artículo sobre “Los cambios en el modo de hablar y la formación de nuevas palabras y expresiones en los enfermos mentales”.

Para Kraepelin(6) muchos de los síntomas de la demencia precoz eran manifestaciones del trastorno del pensamiento. Así incluía alteraciones en el juicio, incoherencia en el curso del pensamiento, neologismos, estereotipias, deficiente construcción de las frases, etc.

Para Bleuler(6), creador del término esquizofrenia, el trastorno del pensamiento era el síntoma principal. Según Bleuler las asociaciones pierden su continuidad, y el pensamiento se vuelve ilógico y con frecuencia extravagante.

Otto Dörr(7) considera la esquizofrenia como una logopatía (alteración del comprender o comprensión) frente a las timopatias (disposición afectiva) que serían las enfermedades del ánimo.

En relación con las pruebas de evaluación del lenguaje en esquizofrenia un reciente trabajo de Natalia Jimeno(8) revisa el tema, y finalmente recomienda el uso de la escala TLC de Andreasen.

Nancy Andreasen, el año 1979, elaboró una escala que sintetiza y define de forma objetiva las alteraciones lingüísticas de la esquizofrenia(9,10). Estas definiciones derivan de la experiencia clínica, utilizan un enfoque empírico y evitan hacer inferencias sobre los procesos subyacentes del pensamiento. Revela que algunos tipos de trastornos del pensamiento considerados importantes en esquizofrenia ocurren con poca frecuencia y tienen poco valor diagnóstico, como los neologismos o el bloqueo.

En otro artículo(11), demuestra que las asociaciones laxas o descarrilamiento, también ocurren con frecuencia tanto en la manía como en la esquizofrenia, y no puede considerarse patognomónico de la esquizofrenia. La relajación de asociaciones, la rima, el bloqueo, el habla repetitiva o hiperconcreta y la pobreza del habla, también pueden ocurrir en otros trastornos como la manía o la depresión; e incluso pueden ocurrir en personas sin trastorno mental cuando están cansadas o estresadas.

La influencia de esta autora y de la utilización de su escala (TLC) fue notable en los DSM III, III-R y IV. Así mismo aparecieron otras escalas de evaluación que también incluían ítems sobre lenguaje(12). La SAPS (Scale for the Assessment of Positive Symptoms) (Andreasen, 1982), la SANS (Scale for the Assessment of Negative Symptoms) (Andreasen, 1982) y la PANSS (Positive and Negative Syndrome Scale) (Kay, 1987).

Para Cuesta y Peralta(13,14), los trastornos formales del lenguaje tienen la ventaja frente a otros síntomas más subjetivos de ser fácilmente objetivables y por lo tanto adquieren mayor fiabilidad entre observadores. Se ha demostrado que no se dan de forma específica en los trastornos esquizofrénicos, sino que también aparecen en pacientes con trastornos afectivos. No se ha encontrado un síntoma específico que separe netamente la población esquizofrénica del grupo de trastornos psicóticos, pero si un perfil diferenciado: mayor intensidad en la pobreza del lenguaje, pobreza del contenido del lenguaje, ilogicidad, tangencialidad y perseveraciones. Mientras que los pacientes con trastorno bipolar maniaco y los esquizoafectivos presentan mayores alteraciones en la presión del habla y pérdida de la meta la funcionalidad, lo cual tiene importantes consecuencias en la vida de las personas que padecen esta enfermedad.

Emilio González-Pablos1

Alba Ayuso-Lanchares2

Carlota Botillo-Martín1

Carlos Martín-Lorenzo3

1Psiquiatra en Centro Sociosanitario Hermanas Hospitalarias. Palencia, España.

2Logopeda en Centro Sociosanitario Hermanas Hospitalarias. Palencia, España. Profesora asociada de la UVa (Grado en Logopedia).

3Geriatra en Centro Sociosanitario Hermanas Hospitalarias. Palencia. España.

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https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-92272022000200138&lng=es&nrm=iso&tlng=es