Una otitis externa mal curada puede derivar en pérdida de audición o rotura del tímpano

27/07/2022  

Los síntomas pueden ser similares a los de otras afecciones, por eso es importante un diagnóstico certero por parte de un pediatra.

Una de las patologías más frecuentes en los niños durante el verano es la otitis externa, caracterizada por la infección del conducto auditivo externo.

Tal como explica Fernando Baixauli, pediatra de Vithas Valencia 9 de Octubre y Vithas Castellón, “la causa más común de infección es el exceso de humedad atrapado en el conducto auditivo externo proveniente de duchas, natación, baños en piscina, incluso sudoración excesiva. Y es este exceso de humedad lo que puede generar la proliferación de gérmenes que afecten al oído”.

Los síntomas que caracterizan la otitis externa abarcan desde picor o prurito en oído, dolor (especialmente al tocar o mover el lóbulo de la oreja) o secreción, hasta ganglios inflamados en el cuello, inflamación del conducto auditivo externo, pérdida de la audición o sensación de oídos tapados.

En estos casos, lo más adecuado es que el tratamiento sea el indicado por un pediatra para que valore la intensidad de la infección y descarte otro tipo de patologías. Algunos niños incluso pueden tener fiebre, dolores de cabeza y perder el apetito, “aunque los síntomas más frecuentes, -recalca el profesional-, son dolor de oído y sensación de conducto auditivo taponado”.

La importancia de un diagnóstico temprano es clave para evitar complicaciones posteriores. Según el especialista, “los síntomas de la otitis externa pueden ser similares a los de otras afecciones, por eso es importante un diagnóstico certero y evitar consecuencias como infecciones recurrentes en los oídos; pérdida temporal de la audición; o una infección que se pueda diseminar ocupando las celdas neumáticas del oído y produciendo una mastoiditis, es decir, una complicación que requiere ingreso hospitalario y tratamiento antibiótico intravenoso”.

Sin tratamiento, la infección puede continuar. “Las infecciones del oído cuando no se tratan pueden diseminarse a la base de tu cráneo, cerebro o nervios craneales. Los casos graves pueden causar la ruptura del tímpano y puede salir pus del oído. La derivación al otorrinolaringólogo es recomendable en todos aquellos casos en los que no se logra visualizar adecuadamente el tímpano”, comenta el doctor Baixauli.

Para hacerlo, el pediatra utiliza un instrumento con luz llamado otoscopio, que le permite ver el interior del oído del niño. Esto le ayudará a saber si también hay una infección en el oído medio llamada otitis media. Esta infección no suele coincidir con la otitis externa, pero algunos niños pueden tener ambos tipos de infecciones.

Para el pediatra “una de las primeras medidas puede ser la aplicación de gotas con antibiótico, con o sin corticoide, y antinflamatorios por vía oral, ya que la gran mayoría de los casos se resolverá con gotas óticas de antibióticos con cobertura para Staphylococcus Aureus y Pseudomona aeruginosa. Además, una vez que se han presentado los primeros síntomas, hay que evitar que el menor mantenga los baños en el agua e incluso que utilice algún tipo de tapón para los oídos o gorro durante las duchas”, subraya el profesional.

Bastoncitos

Otro de los factores que propician las otitis externas es el uso inadecuado de bastoncitos de limpieza, tener la piel muy seca o la escasez de cerumen. “La cera es un factor protector para las otitis, una barrera natural. Nunca debemos utilizar bastoncillos, ya que favorecen las infecciones y existe riesgo de dañar, incluso perforar, el tímpano”, concluye el especialista.

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