Enfermedad celíaca del adulto mayor

Resumen

La enfermedad celíaca se define como una intolerancia permanente a la fracción proteica del gluten que da lugar a una lesión característica de la mucosa del intestino delgado proximal en individuos genéticamente predispuestos. Los avances científicos han permitido un diagnóstico más simple gracias a los marcadores serológicos. Esto hizo a la detección más amplia, abarcando diferentes grupos etarios, hecho que en un primer momento se interpretó erróneamente como un aumento en la incidencia de la enfermedad en los últimos años. A su vez, se pudieron detectar las diferentes formas de presentación: desde la clásica y más florida hasta aquellas más silentes de difícil diagnóstico.
En pacientes de edad avanzada, la sospecha de la enfermedad está solapada por la pluripatología del adulto mayor y por el hecho de atribuir su sintomatología a otras enfermedades más prevalentes en los ancianos. Así nos enfrentamos a la situación de que en el adulto mayor la enfermedad celíaca puede ser confundida con patología maligna del intestino, síndrome de intestino irritable, o con el proceso natural de envejecimiento del sistema digestivo, por ejemplo.
Las formas silentes u oligosintomáticas son las que predominan en el adulto mayor y muchas veces la forma de presentación corresponde al déficit de micronutrientes, anemia principalmente, osteopenia, osteoporosis, etc., o complicaciones de la enfermedad celíaca. Debemos tener en cuenta estas formas de presentación silentes u oligosintomáticas, o las complicaciones por déficit de micronutrientes, o las enfermedades asociadas a la enfermedad celíaca, en ancianos que presentan poca o nula sintomatología digestiva. En estos casos se debe tener siempre presente a esta enfermedad como un diagnóstico diferencial y confirmar con métodos de diagnóstico no invasivos preferentemente, que permiten además detectar los diferentes tipos de esta enfermedad, sus estadios, la respuesta al tratamiento (principalmente dieta libre de gluten) y su adhesión o no al mismo.
Sabemos ahora que la enfermedad celíaca no es una patología rara en el anciano, pero su diagnóstico implica un desafío para el médico geriatra quien deberá recabar antecedentes familiares y personales, y estar a la pesquisa de aquellas manifestaciones que pudieran guiarnos hacia la sospecha y posterior diagnóstico de la enfermedad celíaca del adulto mayor.

INTRODUCCIÓN

El motivo que me impulsó a elegir este tema fue el diagnóstico de enfermedad celíaca que recibió mi hijo a los 25 años. Siempre pensé que era una enfermedad de niños y que debía haber algún antecedente en la familia. En el caso de mi hijo hasta ahora no se encontró de quien heredó la enfermedad. Este hecho me llevó a pensar cuántos adultos podrían padecer esta enfermedad, cuántos padecen diarreas inexplicables o atribuibles al famoso colon irritable, cuántos tienen síndrome de malabsorción, anemia u osteoporosis sin conocer la verdadera causa. Como generalmente se cumple la sentencia “la enfermedad que no se piensa, no se diagnostica”, me pareció muy interesante estudiar cuál es la prevalencia que tiene la enfermedad celíaca en los adultos mayores dado que forman parte de una población pluripatológica donde esta enfermedad puede presentarse de manera atípica.

Patricia Barbarulo
Médica Geriatra SAGG.

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