Fibrilación auricular y deterioro cognitivo: una revisión narrativa

RESUMEN

Introducción

La fibrilación auricular (FA) es la arritmia más común en la práctica clínica y su incidencia y prevalencia aumentan con la edad, como ocurre con el deterioro cognitivo (DC).

Desarrollo

Estudios observacionales prospectivos han demostrado que la FA puede aumentar significativamente el riesgo de sufrir un ictus, y éste es una causa importante de DC, pero también se ha establecido que la asociación entre ambas enfermedades puede ser independiente del ictus y otros factores de riesgo compartidos. Sin embargo, el mecanismo fisiopatológico que relaciona ambas entidades todavía no se conoce con exactitud, ya que es probable que se trate de un proceso multifactorial (ictus silentes cardioembólicos, estados proinflamatorios e hipoperfusión cerebral), y existe evidencia preliminar de una relación entre la miocardiopatía auricular sin FA y la disfunción cognitiva. La asociación entre FA y DC plantea la posibilidad de que las intervenciones terapéuticas dirigidas al manejo de esta arritmia puedan prevenir o retrasar la aparición del DC. La anticoagulación ha demostrado reducir de forma significativa el riesgo de ictus en pacientes con FA y, con ello, el riesgo de DC, pero el efecto de otras intervenciones terapéuticas, como el control del ritmo y de la frecuencia, no es concluyente.

Conclusiones

La FA y el DC constituyen un importante problema de salud a nivel mundial, y la tendencia demográfica augura el crecimiento exponencial de ambas entidades en los próximos años. Por ello, parece necesario ampliar el conocimiento respecto a los mecanismos fisiopatológicos que las relacionan con el objetivo de establecer estrategias preventivas eficaces.

Introducción

La fibrilación auricular (FA) es la arritmia más común en la práctica clínica, con un riesgo a lo largo de la vida de una de cada cuatro personas [1], y se considera que en la actualidad afecta a más de 33 millones de personas en todo el mundo [2,3].

En España, la prevalencia de la FA es superior al 4% para la población mayor de 40 años, y se eleva al 8,5% entre los pacientes mayores de 60 años y al 16,5% entre los mayores de 85 años. La FA es un importante factor de riesgo de ictus, y el riesgo aumenta entre cuatro y cinco veces en todos los grupos de edad [4].

El deterioro cognitivo (DC) también se asocia con el envejecimiento poblacional, y su causa principal es la enfermedad de Alzheimer, que representa hasta el 75% de todos los casos de demencia, afecta predominantemente a mujeres y se considera la quinta causa de muerte a nivel mundial [5,6].

La tendencia demográfica actual augura un aumento de la prevalencia tanto del DC como de la FA [3], y existe cada vez más evidencia de asociación consistente entre ambos procesos, que parece independiente del ictus clínico [5].

En esta revisión narrativa, resumimos en profundidad la evidencia acerca de esta relación, sus factores de riesgo, mecanismos fisiopatológicos y efectos de los diversos tratamientos disponibles para la FA que podrían mitigar sus efectos sobre la función cognitiva y el desarrollo de DC.

E. Morales-Bacas, M. Duque-Holguera, J.C. Portilla-Cuenca, I. Casado-Naranjo

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https://neurologia.com/articulo/2022252/esp