La fragmentación de la identidad en la disociación y en las psicosis

Resumen:

En la psiquiatría actual tenemos mucho interés en dilucidar las semejanzas y las diferencias existentes entre las experiencias psicóticas y las experiencias disociativas, y en especial las dinámicas patogénicas que dan lugar a unas y a otras, y los abordajes terapéuticos más eficaces en cada caso. Desde el punto de vista de la identidad plural, estas dos  experiencias  constituyen  las  dos  grandes  crisis  biográficas  funcionales  que  dan lugar a la fragmentación de la identidad, con la pérdida de su unidad y continuidad, además  de  su  autonomía  y  autoestima.  Ambas  se  diferencian  por  los  mecanismos  de  represión y disociación que están en el origen de las mismas. Ahora bien, cualquier en-foque o hipótesis con la que tratemos de entender estos dos tipos de experiencias no debe limitarse a comprenderlas en sus representaciones actuales y en las claves que hoy llamaríamos  “científicas”,  porque  experiencias  de  este  tipo  han  existido  a  lo  largo  de  la 20Manuel González de Chávezhistoria de la humanidad reconceptualizadas de forma distinta, en otras claves culturales, espirituales, religiosas o morales.

INTRODUCCIÓN

Hace más de un siglo que en el Hospital Psiquiátrico de Burghölzli, en Zúrich, Carl  Gustav  Jung  y  Eugen  Bleuler  apuntaron  al  mecanismo  de  disociación  como el origen de la demencia precoz, mediante la no integración de las experiencias biográficas fuertemente cargadas de emoción que constituían “complejos” escindidos fuera de control, penetraban en la conciencia como fragmentos autónomos y, si  bien  eran  reversibles  y  transitorios  en  la  histeria,  se  hacían  fijos,  irreversibles  y  deteriorantes en la demencia precoz1. Es, decían, como si el paciente estuviera fragmentado en tantas personas o personalidades como complejos tiene y que su personalidad perdiera unidad y diferentes complejos psíquicos parecieran representarla en distintos momentos2. Entonces era evidente la influencia de la obra de Pierre Janet, que había denominado con anterioridad a los complejos “ideas fijas subconscientes” y con quien Jung  había  ido  a  trabajar  durante  un  semestre  en  París,  en  el  invierno  del  l902  a  1903, unos años antes de escribir La psicología de la demencia precoz, y una década antes de que Bleuler publicase su libro sobre ese trastorno. Jung y los Bleuler (Eugen, padre, y Manfred, hijo) mantuvieron una relación cordial con Janet durante décadas y lo invitaron en varias ocasiones a Burghölzli. La fragmentación de la identidad en la disociación y en las psicosis aunque era reconocida la importancia de Janet en las primeras hipótesis junguianas y  bleulerianas  de  la  recién  denominada  esquizofrenia,  no  hubo  influencia  inversa,  ya que Pierre Janet consideraba que la demencia precoz era una demencia social y una forma de psicastenia. Aún en las últimas publicaciones de su vida, Janet mantenía  que  las  alucinaciones  auditivas  de  los  pacientes  psicóticos  eran  dependientes  y  secundarias  a  sus  delirios,  lo  que  en  la  psicopatología  de  entonces  se  llamaban  “percepciones delirantes”3. Es cierto que la experiencia clínica con psicóticos en Burghölzli fue muy superior a la que pudo obtener Pierre Janet, más dedicado a la filosofía, como su amigo Bergson, y a la teoría psicológica o al laboratorio de psicología durante los años que trabajó en la Salpêtrière. Además, Pierre Janet tuvo que abandonar la Salpêtrière por la muerte repentina de Charcot y la dirección hostil de Dejerine, quien sustituyó a Charcot4, y por la nueva orientación de los discípulos de Charcot, que renunciaron al interés de su maestro por la histeria y la hipnosis. La práctica de Janet se vio reducida a  la  consulta  privada  y  su  enseñanza  a  libros,  artículos,  congresos,  conferencias  en  el Collège de France y a múltiples viajes a otros países. Janet no hizo proselitismo, ni atrajo discípulos, ni creó escuela. Polemizó con Freud, al que acusó de plagiarle, pero el mecanismo de la represión freudiano acabó imponiéndose al de la disociación janetiana a pesar de que la disociación tenía ya una larga tradición anterior a Janet en la psiquiatría francesa5.

Manuel González de CháVez

Psiquiatra. Fundación para la Investigación y el Tratamiento de la Esquizofrenia y otras Psicosis, Madrid

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