Nuevos Tratamientos para el Cáncer de Vejiga

Nuevos Tratamientos para el Cáncer de Vejiga

El cáncer de vejiga sigue rep­resentando un reto importante en los EE.UU., con una estimación de 83.190 nuevos casos en 2024 y unos costes de atención cada vez may­ores.1 Durante décadas, la columna vertebral del tratamiento del cánc­er de vejiga ha girado en torno al bacilo de Calmette-Guerin (BCG), seguido de la cistectomía radical para aquellos pacientes en los que la enfermedad no respondía. Aho­ra nos encontramos en el precipi­cio de una era apasionante en la que podemos ofrecer a los paci­entes varias opciones para retrasar o, en última instancia, eliminar la necesidad de una cistectomía radi­cal en una cohorte de pacientes. El desarrollo de un tratamiento eficaz, seguro y duradero sigue siendo una necesidad insatisfecha crítica para esta población. Debido a la abun­dancia de ensayos y aprobaciones recientes, nos centraremos en los avances en el ámbito de las enfer­medades no músculo-invasivas.

Aproximadamente el 80% de los nuevos diagnósticos de cáncer de vejiga se sitúan en este espacio y el tratamiento de riesgo interme­dio/alto comienza con la resección transuretral seguida de BCG. Las tasas de recurrencia siguen siendo considerables y hasta el 50% de los pacientes que responden inicial­mente experimentan una recaída.3 En última instancia, el 20% de los pacientes con cáncer de vejiga no músculo-invasivo (CCNMI) de alto riesgo evolucionarán a enfer­medad músculo-invasiva.4 Tradi­cionalmente, estos pacientes que no responden a la BCG se han visto abocados a decidir entre trat­amientos intravesicales de rescate o cistectomía radical.

En la primera oleada de trata­mientos emergentes, la monotera­pia con pembrolizumab recibió la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en 2020, mostrando por primera vez su eficacia en KEY- NOTE-057, con una respuesta completa (RC) del 41% a los 3 meses en pacientes con carcinoma in situ (CIS) que no respondían al BCG.5 Otro inhibi­dor del punto de control, el atezoli­zumab, se investigó en SWOG S1605 y se descubrió que tenía una RC del 27% a los 6 meses, con un 56% de respuestas duraderas du­rante al menos 12 meses.6 Aunque mostraba potencial para un impac­to clínico significativo, la modesta eficacia y el importante perfil de efectos secundarios impulsaron los esfuerzos para explorar agentes más localizados que pudieran re­ducir los efectos sistémicos.

A continuación se utilizó nadofa­ragene firadenovec, un adenovirus recombinante que se instila por vía intravesical y libera directamente la proteína interferón alfa-2b en las células uroteliales, lo que favorece la oncolisis. Un ensayo de fase 3 (NCT 02773849) en pacientes con enfermedad papilar +/– CIS, sin respuesta a BCG demostró una RC del 53,4% a los 3 meses, mantenida en el 45,5% de los pacientes a los 12 meses.7

Cretostimogene grenade­norepvec (CG-0070) es otro inmu­noterapéutico oncolítico que se replica en las células defectuosas de la vía génica del retinoblastoma, presentes en la mayoría de los carci­nomas uroteliales. Actualmente se está investigando en varios ensay­os, entre ellos PIVOT-006, BOND- 003 y CORE-001. Los datos preliminares de BOND-003 se pre­sentaron en AUA2024, mostrando que en el NMIBC de alto riesgo no respondedor a BCG, el 75% de los pacientes alcanzaron la RC, y el 83% de los respondedores la man­tuvieron a los 12 meses. También se destacó la importancia de los trata­mientos múltiples en la respuesta inmunitaria adaptativa, ya que el 54% de los que no respondieron al primer tratamiento, respondieron a la reinducción.8

Mikolaj Filon, MD

Huntsman Cancer Institute, University of Utah, Salt Lake City

Bogdana Schmidt, MD, MPH

Huntsman Cancer Institute, University of Utah, Salt Lake City

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