Estándares de la Sociedad Española de Arteriosclerosis 2024 para el control global del riesgo vascular

El ácido bempedoico puede mejorar la adherencia al tratamiento de la dislipidemia al tolerarse muy bien

19/11/2024

El desafío en el abordaje de la dislipidemia se encuentra en, por un lado, concienciar a todos los cardiólogos de la importancia de la hipercolesterolemia en la enfermedad coronaria y, por otro, en que mejor resultado se va a tener con los pacientes cuanto antes se controle.

El abordaje de la dislipidemia fue uno de los temas que se trató en el pasado SEC24, el Congreso de la Salud Cardiovascular que se celebró en Bilbao del 24 al 26 de octubre. Juan Cosín Sales, jefe de Servicio de Cardiología en Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, director de la Agencia de Investigación de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y profesor asociado en la Facultad de Medicina de la Universidad CEU, en entrevista con IM Médico, remarca que la tendencia actual es el “abordaje agresivo o desde el comienzo de la enfermedad”. Destaca que la dislipidemia es el principal factor de riesgo para la enfermedad coronaria, por lo que es conveniente “empezar el tratamiento con la máxima terapia para llegar al objetivo terapéutico cuanto antes”. 

Un objetivo es concienciar a los cardiólogos porque “hay una importante inercia terapéutica en el manejo de la dislipidemia”. Aclara que se están aumentando los tratamientos en los pacientes que no están controlados, que se mantienen las pautas lógicas. De cara a los pacientes, propone concienciar de la importancia de la enfermedad y de que sean adherentes a los tratamientos. “Tenemos datos de que el paciente abandona el tratamiento hipolipemiante en un 40 % de los casos a los nueve meses de un infarto de miocardio”, advierte. En España, más del 70 % de los pacientes con EVA no alcanzan los objetivos de C-LDL. 

Le cuestionamos cómo el ácido bempedoico puede ayudar a mejorar estas estadísticas. Explica que ésta es una nueva molécula, un nuevo tratamiento, que ayuda a mejorar el control de los pacientes. El Observatorio de la Dislipidemia España, en un estudio que incluye a más de 4.000 pacientes, ha comprobado que tan sólo un 24 % de ellos estaba en objetivos, que la mayoría se encontraba entre 55 y 100 mg/dl. Subraya que el ácido bempedoico es un tratamiento que encaja perfectamente en ese grupo de pacientes mal controlados. Matiza que se puede poner a cualquier otro paciente. Igualmente, que es ideal para los que son intolerantes a las estatinas. Las estadísticas arrojan que lo son un 10 % de los pacientes. En ese sentido, “el ácido bempedoico no tiene ningún efecto sobre el músculo esquelético”. Por lo tanto, “se puede utilizar perfectamente, y con resultados muy buenos, incluso en intolerantes a estatinas”.

El Dr. Cosín Sales resume que el ácido bempedoico, que actúa a nivel hepático en la conocida vía de síntesis del colesterol, es para cualquier paciente con dislipidemia que no se consiga controlar adecuadamente con estatinas y ezetimiba. “Si me preguntan en qué grupo de pacientes lo necesitamos más, son esos pacientes que después de estar con estatinas y ezetimiba no alcanzan el objetivo, que muchos están entre 55 y 100 mg/dl. Y luego, por otro lado, en ese 10 % de pacientes intolerantes a la estatina, los que no toman las estatinas porque les duelen los músculos”, insiste. En ese grupo de pacientes encaja perfectamente como primera o segunda opción terapéutica, porque no tienen los efectos adversos descritos por las estatinas de mialgias. 

“Es un tratamiento sencillo, de un solo comprimido al día, y que se tolera muy bien, lo que hace que mejore la adherencia al tratamiento por parte de los pacientes, que es clave en el manejo de la dislipidemia”, afirma. En ese sentido, aporta una tercera herramienta por vía oral, ya que hasta ahora sólo se contaba con las estatinas y con ezetimiba. Hace hincapié en que “actúa por un mecanismo similar a las estatinas, pero en otro punto distinto que no afecta en absoluto a los músculos”

Principal factor de riesgo

Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de mortalidad en nuestro país, sobre todo el infarto. “La dislipidemia es el factor de riesgo más importante de forma aislada para la enfermedad coronaria”, avisa el Dr. Cosín Sales. Por ende, “para un paciente que ha tenido un infarto o para aquellos que están en riesgo de tenerlo es fundamental reducir la dislipidemia, reducir la hipercolesterolemia”.

Había datos previos de que el ácido bempedoico reducía el LDL. Para analizar si esa reducción de LDL se acompañaba de una disminución de eventos cardiovasculares, de nuevos infartos e ictus, se llevó a cabo el estudio Clear Outcomes. Este concluyó que “el ácido bempedoico reduce el LDL y el riesgo de infartos e ictus de forma similar a como lo hacen las estatinas”. Se redujo el riesgo del objetivo principal (un combinado de infarto de miocardio, ictus, mortalidad cardiovascular y revascularización) un 13 %, la reducción del riesgo de infarto de miocardio fue del 23 % y de la revascularización coronaria del 19 %. Repite que hace el mismo efecto beneficioso en cuanto a reducción de nuevos eventos cardiovasculares que las estatinas. Este fármaco inhibe la ATP citrato liasa (ACL), una enzima que interviene en la producción de colesterol en el hígado.

Con todo, se dispone de “un mecanismo de acción muy reconocido para bajar el LDL con unos beneficios claros en cuanto a reducción de eventos, pero sin los efectos adversos de las estatinas en cuanto a mialgias, que es el efecto adverso más frecuentes de éstas”. El doctor recuerda que “lo principal es convencer o concienciar a los pacientes de la importancia de la dislipidemia”. Propone trabajar con ellos sobre lo que supone la dislipidemia cuando tienen un infarto. Por supuesto, en los programas de rehabilitación cardíaca. “Ahora, las nuevas alternativas en la rehabilitación cardíaca, como es la telerehabilitación cardíaca, con apps, nos están ayudando mucho a mejorar el seguimiento de estos pacientes, a mejorar la adherencia”, dice. Considera que todo esto es fundamental para que el paciente sea adherente y que hay que invertir tiempo en transmitirle lo que es esta enfermedad y en la necesidad de tomar la medicación. “Como son medicaciones que no quitan el dolor, que no hacen que crezca el pelo, que no hacen que pierda peso el paciente, pues al final le resulta más difícil al paciente tomarlo. Cuando a alguien le das algo para quitarle el dolor de rodilla o, si tiene problemas de alopecia, para que le crezca el pelo, o, al paciente que tiene obesidad, le das tratamiento que le hace perder peso; ven los resultados en su cuerpo y enseguida se vuelven adherentes. Como esto es cuestión de reducir el riesgo de un posible infarto en el futuro, tienen que tener confianza en lo que tú les digas. Entonces, hay que invertir tiempo en explicarles todo esto y luego hacerles un seguimiento”, asevera. Hay que buscar “formas innovadoras” para conseguirlo, porque, “por muchas medicaciones estupendas que tengamos, si el paciente no se toma la medicación, estamos perdidos”. 

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