Aspectos Psicosociales del Tratamiento con GH
- Guadalupe
- 18 de diciembre de 2024
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El tratamiento con hormona de crecimiento recombinante (rhGH) en pediatría ha experimentado avances significativos en las últimas décadas, brindando a niños con trastornos del crecimiento la oportunidad de mejorar su altura final. Presentando a su vez beneficios notables en la mineralización ósea, el tono muscular y la composición corporal.
No obstante, el manejo de estas condiciones requiere un enfoque integral, en el cual pediatras y endocrinólogos juegan un papel crucial, detectando los aspectos psicosociales que puedan influir en el bienestar del paciente y su familia. Esto es fundamental para alcanzar los objetivos terapéuticos.
El niño y su familia: Aspecto psicológico
La baja talla, definida como una altura que se encuentra más de dos desviaciones estándar por debajo de la media de una población de referencia ajustada por edad, sexo y etapa puberal, puede tener un impacto significativo en la autoestima y la imagen corporal de los niños.
Desde una edad temprana, muchos de ellos son conscientes de su tamaño y pueden enfrentar problemas en la escuela debido a burlas o estigmatización, lo que puede afectar su desarrollo emocional y social, implicando un deterioro en la calidad de vida (QoL).
Una revisión sistemática publicada en el año 2021 por P. Backeljauw et al., que incluyó un total de 41 estudios, evaluó el impacto de la baja estatura en la calidad de vida. Se observó que, en comparación con aquellos de estatura dentro de los parámetros normales, tanto niños como adultos con baja estatura, independientemente de la causa, pueden experimentar una calidad de vida inferior.
Aunque el déficit de hormona de crecimiento (DGH) y la baja estatura idiopática (ISS) son las causas más comunes de baja estatura en los niños, existen otras patologías asociadas, donde la talla es solo uno de los múltiples síntomas. Por tanto, el deterioro de la calidad de vida en estos casos no está necesariamente vinculado únicamente a la estatura.
De hecho, en el estudio mencionado, las diferencias significativas en la QoL se observaron en pacientes con otras condiciones como enfermedad renal crónica, acondroplasia o síndromes genéticos como el síndrome de Turner.
Sin embargo, aunque la evidencia es limitada, algunos estudios sugieren una asociación positiva entre el tratamiento con hormona de crecimiento recombinante, la ganancia en estatura y una mejora en la calidad de vida.
Es fundamental que los pediatras evalúen el estado psicológico de sus pacientes con baja estatura y ofrezcan apoyo adecuado, promoviendo una intervención integral que aborde tanto las necesidades físicas como emocionales de estos niños y sus familias.
La familia juega un papel crucial en el cuidado de los niños con deficiencias en el crecimiento. De hecho, la baja estatura es uno de los motivos de consulta más frecuentes en endocrinología pediátrica.
Un estudio publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health en 2023 por Lackner, L. et al. evaluó 15 artículos sobre la calidad de vida relacionada con la salud (HRQoL) y las preocupaciones de los padres de niños con DGH o ISS. Los resultados indicaron que la estigmatización y las preocupaciones sobre el futuro, la integración social y laboral de sus hijos son las principales fuentes de estrés para los cuidadores, afectando el seguimiento y tratamiento.
El tratamiento con hormona de crecimiento, aunque generalmente efectivo, también genera preocupaciones. Los padres mencionan temores sobre los efectos secundarios, la administración de inyecciones, el dolor asociado, el costo del tratamiento y la interferencia con la vida diaria. Sin embargo, la mayoría opta por continuar el tratamiento, ya que consideran que los beneficios superan los riesgos.
Los pediatras deben facilitar una comunicación abierta con los padres y los pacientes, proporcionando información clara y accesible sobre las expectativas del tratamiento y permitiendo que las familias se sientan involucradas en el proceso. Esto mejora la adherencia y tiene un impacto positivo en cómo enfrentan las dificultades relacionadas con la salud.
Influencia de la sociedad, cultura y género en la percepción de la estatura infantil
Las percepciones sobre la estatura varían considerablemente según la cultura y el contexto socioeconómico. La estatura se asocia a menudo con características de poder, autoridad y éxito, mientras que la baja talla se relaciona con inmadurez social y falta de independencia.
En muchos casos, las expectativas sociales sobre un niño o adolescente con baja estatura se basan más en su “edad de talla” que en su edad cronológica, lo que puede afectar su alineación con sus pares.
Sin embargo, estudios demuestran que la influencia de la estatura se mitiga cuando se consideran otros factores contextuales, como las relaciones sociales o el nivel educativo..
El sexo también es un determinante clave en la percepción de la estatura. A los hombres, en general, se les asigna una estatura ideal más alta, relacionada con fuerza, virilidad y liderazgo. Aunque para las mujeres también existen estándares de belleza relacionados con la estatura, estos varían más en función del contexto.
Estos preconceptos pueden generar problemas de identidad y autoestima, especialmente durante la adolescencia, una etapa crítica para la formación de la autoimagen. Por ello, es importante que el entorno del niño/a, incluidos la familia, amigos, escuela y equipo médico, brinden apoyo para contrarrestar los estereotipos negativos asociados a la baja estatura.
Una atención pediátrica integral y una comunicación efectiva que empoderen al paciente son claves para promover su bienestar emocional y lograr el éxito del tratamiento.
BIBLIOGRAFIAS
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Código de Aprobación: AR24GH00052
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