Posicionamiento mexicano para el diagnóstico y tratamiento de amiloidosis cardiaca.

Resumen

La amiloidosis es una enfermedad heterogénea, de origen hereditario o adquirido, que se caracteriza por el depósito anormal de proteínas fibrilares en diversos tejidos. Esta enfermedad puede manifestarse de manera localizada o sistémica, lo que genera una amplia variabilidad en su presentación clínica y, frecuentemente, retrasa el diagnóstico. Por ello, es fundamental la identificación temprana de los signos y síntomas para mejorar el pronóstico. El primer posicionamiento mexicano sobre la amiloidosis cardíaca tiene como objetivo resumir las principales características de la enfermedad y sus subtipos, identificando datos de alarma que incrementen la sospecha de su presencia. Además, busca ofrecer un algoritmo diagnóstico que integre los estudios de imagen y de laboratorio disponibles en nuestro país, con el fin de simplificar la toma de decisiones y llegar a un diagnóstico de manera rápida, práctica y actualizada, basado en recomendaciones sustentadas en evidencia científica. Una vez confirmado el diagnóstico, se abordan los distintos retos terapéuticos, tanto farmacológicos como no farmacológicos, ya que los pacientes no responden al tratamiento convencional de insuficiencia cardíaca. Por ello, el tratamiento debe ser individualizado para cada paciente, teniendo en cuenta la presencia de otras comorbilidades. Finalmente, se presentan los principales factores pronósticos que guiarán un tratamiento adecuado, incluyendo los resultados del asesoramiento genético.

Introducción

La amiloidosis cardiaca (AC) emerge como un desafío clínico significativo en la actualidad, lo que ha ocasionado una creciente atención por parte de la comunidad médica debido a su impacto en la función cardiaca. Esta enfermedad se caracteriza por la acumulación anormal de proteínas fibrilares en el tejido cardiaco y se manifiesta como una entidad heterogénea con diversas presentaciones clínicas y pronósticos. A medida que la comprensión de la amiloidosis ha evolucionado, es necesario profundizar en las generalidades y tipos específicos que afectan el corazón. Debido a la baja sensibilidad de algunas pruebas tradicionales para detectar la presencia de AC en etapas iniciales, se deben de desarrollar técnicas innovadoras en el campo de la imagenología y biomarcadores. La identificación precoz de la enfermedad es esencial para mejorar el pronóstico. La variabilidad en la presentación clínica de la AC y su capacidad para imitar otras enfermedades cardiacas comunes genera un dilema diagnóstico, y a menudo conduce a diagnósticos erróneos y retraso en el tratamiento. Esta realidad, en la que la AC es a veces la gran imitadora, plantea la pregunta de cómo podemos mejorar la conciencia clínica y la diferenciación precisa entre la amiloidosis y otras afecciones cardiacas, para evitar el uso de evaluaciones y pruebas redundantes. De este modo también surge la idea de plantear la interrogante de reconsiderar la amiloidosis como una entidad puramente asociada con la vejez. El posicionamiento tiene como objetivo evaluar y resumir la evidencia disponible con el fin de proporcionar a los profesionales de la salud una herramienta práctica y actualizada basada en evidencia científica, de esta manera se busca mejorar el enfoque clínico, diagnóstico y terapéutico de la amiloidosis. El posicionamiento debe facilitar la toma de decisiones de los profesionales de la salud en la práctica diaria, sin embargo no anula la responsabilidad de cada profesional de tomar decisiones apropiadas y precisas en consideración de la condición de salud de cada paciente.

Enrique A. Berrios-Bárcenas1,2*, José A. Cigarroa-López3,4,5, Jorge E. Cossio-Aranda6, Zuilma Y. Vásquez-Ortiz7,8,9, Gerardo Rodríguez-Díez10,11, Luis Baeza-Herrera12, Juan Cordero-Cabra13, Julieta Morales-Portano10, Erick Alexanderson-Rosas1, Isabel Carvajal-Juárez1,3, Amada Álvarez-Sangabriel1, Antonio Jordán-Ríos1, Juan B. Ivey-Miranda3, Cecilia Escalante-Seyffert2, Flavio A. Grimaldo1, Pablo Hernández-Reyes7, José S. Laínez-Zelaya14, Jorge A. Lara-Vargas10, Aloha Meave-González1, Blanca R. Ibarra-Ibarra1, Solange G. Koretzky1,15, Antonio Magaña-Serrano3,4,5

1Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, Ciudad de México; 2Hospital Español de México, Ciudad de México; 3Hospital de Cardiología Centro Médico Nacional Siglo XXI, Instituto Mexicano del Seguro Social, Ciudad de México; 4Asociación Mexicana de Insuficiencia Cardiaca, Ciudad de México; 5Asociación Nacional de Cardiólogos de México, Ciudad de México; 6Sociedad Mexicana de Cardiología, Ciudad de México; 7Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán, Ciudad de México; 8Sociedad Nacional de Ecocardiografía de México, Ciudad de México; 9Centro Médico ABC Santa Fe, Ciudad de México; 10Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, Ciudad de México; 11Sociedad Mexicana de Electrofisiología y Estimulación Cardiaca, Ciudad de México; 12Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán, Yucatán; 13Hospital Puerta de Hierro Norte, Jalisco; 14Hospital Regional de Alta Especialidad Centenario de la Revolución Mexicana, Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, Morelos; 15Hospital Infantil de México Federico Gómez, Ciudad de México. México

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