Reactivación de micosis fungoide en estadio de placa por administración de extracto dializado de leucocitos vía oral. Reporte de caso

Resumen

Antecedentes: 

La micosis fungoide es un linfoma cutáneo de células T. El estadio de placa se encuentra limitado a piel y puede involucionar o progresar, diseminándose a sangre periférica, ganglios y vísceras.

Reporte de caso: 

Mujer de 64 años de edad con dermatosis de seis años de evolución con placas descamativas, mal delimitadas y pruriginosas en tórax y extremidades. Había recibido esteroides orales y antihistamínicos, con los que presentaba remisiones parciales transitorias. Mediante biopsia cutánea se encontraron microabscesos de Pautrier, patognomónicos de micosis fungoide. La tomografía por emisión de positrones y el frotis de sangre periférica descartaron diseminación y confirmaron micosis fungoide en estadio de placa. La paciente recibió derivados tópicos de mostaza nitrogenada, psoralenos con radiaciones ultravioleta A, esteroides y tacrolimus. Presentó remisión total a los seis meses. Dos años después recibió extracto dializado de leucocitos, con el que se reactivaron las lesiones con prurito intenso; suspendió el extracto. Las lesiones involucionaron dos semanas después de iniciar el clobetasol tópico.

Conclusiones: 

En la micosis fungoide predomina Th2. Dado que el extracto dializado de leucocitos refuerza el perfil Th1 no se esperaba que reactivara la enfermedad, pero los diversos inmunofenotipos de los linfocitos en la micosis fungoide y las complejas redes de activación ocasionaron reactivación paradójica.

Caso clínico

Mujer de 64 años quien acudió a consulta por dermatosis de seis años de evolución que afectaba tórax y extremidades (aproximadamente 10 % de la superficie corporal), respetando la cara, caracterizada por placas mal delimitadas, eritematosas y polimórficas, de aspecto descamativo, papular o liquenificado (Figura 1), muy pruriginosas. No presentaba adenomegalias. El prurito le impedía el sueño. Había sido diagnosticada con dermatitis atópica, por lo que recibió ciclos de esteroides orales y antihistamínicos, con los que presentaba respuesta parcial transitoria, con recaídas rápidas. Dada la mala evolución se tomó biopsias de diferentes lesiones; se identificaron microabscesos de Pautrier6 e infiltrado linfoide con diversos grados de epidermotropismo. Los linfocitos se disponían en grupos pequeños en todos los estratos de la epidermis, mostrando núcleo grande de contorno irregular y muescas (aspecto cerebroide). En la dermis se identifi caron linfocitos atípicos en agregados perivasculares. La inmunohistoquímica con anticuerpos reveló CD4+, CD3+, CD8−, CD20− y CD30−. Se realizó tomografía por emisión de positrones, sin identificar diseminación a ganglios o vísceras; el frotis en sangre periférica no mostró linfocitos atípicos (células de Sézary). Con estos hallazgos se confirmó el diagnóstico de MF en estadio de placa, sin diseminación (estadio TNM: IA).7 La paciente fue enviada al dermatooncólogo para su manejo. Inicialmente recibió tratamiento con derivados tópicos de mostaza nitrogenada y por mala tolerancia (ardor cutáneo intenso) se realizó cambio a psoraleno vía oral acompañado de radiaciones ultravioleta A (PUVA) dos veces por semana. Cuando las lesiones mostraron remisión parcial se cambió a aplicación tópica de esteroides de alta potencia y finalmente a tacrolimus tópico, con el que se observó remisión total a los seis meses de iniciado el tratamiento.

La paciente se mantuvo asintomática por dos años, al cabo de los cuales un médico psiquiatra le prescribió 60 mg diarios de duloxetina debido a depresión moderada con trastorno de ansiedad (escala de Hamilton con 14 puntos). Un mes después, el médico decidió prescribirle 1 unidad diaria (2 mg) de extracto dializado de leucocitos humanos (EDLH), por cinco días, como tratamiento coadyuvante para la depresión, y posteriormente 1 unidad semanal por tres meses. La paciente experimentó reactivación de las lesiones de la MF en la zona tibial y en la muñeca (Figura 2), así como prurito intenso en las primeras 48 horas del inicio del EDLH. Una biopsia en sacabocado confirmó la reactivación de la MF. Se suspendió el tratamiento con EDLH, continuando la duloxetina sin cambios por seis meses más. Las lesiones remitieron después de dos semanas de aplicar clobetasol tópico dos veces al día con frotado intenso, para favorecer la penetración. Tres años después, la paciente permanecía asintomática.

Blanca María Castillo-Morfín,1 Blanca María Morfín-Maciel2

1 Secretaría de Salud, Hospital General de México, Ciudad de México, México

2 Hospital San Ángel Inn Chapultepec, Ciudad de México

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