Inmunoterapia oral con leche de vaca en niños alérgicos que no resuelven espontáneamente sus síntomas. Descripción de una serie de casos

Introducción. La alergia a la leche de vaca (APLV) es la más frecuente en nuestra población. La mayoría resuelven hacia los 4 años. Los que no revierten se puede optar por un tratamiento de inmunoterapia oral (ITO) para conseguir que ingieran ciertas cantidades de leche sin riesgos.

Objetivos. Describir una serie de casos con APLV IgE mediada que no han resuelto espontáneamente sometidos a una ITO.

Población, material y métodos. Describimos retrospectivamente una serie de niños con APLV IgE mediada con desafío controlado confirmatorio sometidos a ITO con protocolo ambulatorio de 6 meses, dosis inicial 0.00006 g de proteína de leche y duplicación semanal y luego quincenal hasta alcanzar 6.4 g. Se evaluaron sexo, diagnóstico, edad al inicio y final del tratamiento, duración del protocolo, reacciones adversas, necesidad de antihistamínicos, pacientes que finalizaron el tratamiento y tipos de desensibilización alcanzada.

Resultados. Varones 19 (67.86%); mujeres 9 (32.14%). Diagnósticos: asma: 4 (14,29%); urticaria: 6 (21,43%); anafilaxia: 18 (64,29%). Promedio edades de inicio/finalización tratamiento: 5.82/6.33 años (rangos: 2.46-16.33/2.63-16.87). Promedio duración: 6,19 meses (0,63-17,17). En los que alcanzan objetivo: 7,24 meses (5.67-17.17). Reacciones adversas: 16 (57,14%). Antihistamínicos necesarios en 10 (35,71%). 20 finalizaron tratamiento (71.43%); 17 mantuvieron la desensibilización a 3 meses, 3 la perdieron por abandono por sabor, 3 tolerancia parcial y 5 no progresaron por efectos adversos importantes.

CONCLUSIONES. En esta serie se obtuvo más del 70% de éxito en alcanzar 200 ml (6.4g de proteína) con ITO en un promedio de 7,24 meses en pacientes con APLV grave. Es improbable realizarlo en 6 meses debido a intercurrencias inevitables. Las reacciones adversas son frecuentes, pero aceptables para una desensibilización. El sabor de la leche es un problema. El objetivo del tratamiento debería permitir que los niños puedan realizar actividades sociales y nutricionales minimizando los riesgos de una ingesta accidental. Nuevas alternativas de tratamiento estarán disponibles en el futuro.

Graziani, Paula*; Landi Fraguglia, Sofía*; Cosentino, Mariana*; Bozzola, César Martín**

* Servicio de Pediatría, Hospital Británico de Buenos Aires.

** Sección de Alergia Pediátrica, Hospital Británico de Buenos Aires.

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