Nueva terapia ayudaría a que los trasplantes de médula ósea sean más seguros

27 de enero de 2019

La enfermedad de injerto contra huésped (GVHD, por sus siglas en inglés) es una complicación importante del trasplante de médula ósea, una terapia potencialmente curativa para los cánceres transmitidos por la sangre. Ahora, investigadores de la Universidad Médica de Carolina del Sur (MUSC) en Estados Unidos, descubrieron que dirigirse a la enzima Sirt-1 permitiría controlar la GVHD.

El trasplante de médula ósea (TMO) ofrece a los pacientes con leucemia y linfoma un tratamiento potencialmente curativo. La médula ósea del donante contiene células inmunitarias saludables (células T y células B), cuya misión es proteger al cuerpo de los invasores. Estas células inmunitarias pueden atacar las células cancerosas del receptor, ayudando a protegerlo contra una recaída por el tumor.

Sin embargo, el procedimiento no está exento de riesgos. Las células T también pueden reconocer los tejidos del receptor como extraños y atacarlos. Este fenómeno, conocido como enfermedad de injerto contra huésped, puede causar complicaciones graves en los receptores de trasplantes, lo que reduce significativamente su calidad de vida.

El procedimiento estándar para prevenir la GVHD es tratar a los pacientes con medicamentos que suprimen las células T. No obstante, esto hace que los pacientes sean más susceptibles a las infecciones y aumenta el riesgo de recaída debido al tumor. Incluso con esta terapia, 30 a 50 por ciento de los pacientes desarrollan GVHD aguda y alrededor del 70 por ciento desarrollan algún grado de GVHD crónica.

Se puede esperar que la GVHD ocurra en la mayoría de los pacientes trasplantados“, dijo Xue-Zhong Yu, profesor de Microbiología e Inmunología en la Facultad de Medicina de la MUSC.Se necesitan desesperadamente más opciones de tratamiento“.

Yu dirigió un equipo de investigadores que demostraron que utilizar como objetivo a la enzima Sirt-1 ayudó a controlar la GVHD en ratones, sin aumentar la recaída por el tumor. Los hallazgos se reportaron a finales del año pasado en la revista Blood. En los modelos de TMO, los ratones que recibieron un inhibidor de Sirt-1 vivieron más tiempo y tuvieron mejores puntuaciones clínicas que los que no lo recibieron. Este efecto parece estar mediado por las células T.

Lo que es emocionante de nuestro estudio es que Sirt-1 regula diferentes subconjuntos de células T de manera distinta“, comentó Yu. “Entonces, al inhibirla, podemos suprimir las células T que conducen a la GVHD sin afectar a las que protegen contra la recaída del tumor. Además, el bloqueo de Sirt-1 podría ser eficaz para prevenir la GVHD aguda y crónica“.

La GVHD aguda y crónica son enfermedades muy diferentes, que se distinguen principalmente por el momento de aparición y las manifestaciones clínicas. La GVHD aguda ocurre durante los primeros meses después del trasplante, mientras que la GVHD crónica reduce la calidad de vida a largo plazo de los pacientes.

Aunque las opciones de tratamiento han mejorado para la GVHD aguda, la GVHD crónica sigue siendo un dilema terapéutico. Causa una cicatrización generalizada (fibrosis) de los órganos afectados, lo que lleva a la pérdida de la función orgánica. En este estudio, el bloqueo de Sirt-1 mostró un efecto positivo, incluso después de haberse desarrollado la GVHD crónica.

En la GVHD crónica, las células B se activan (lo hacen para crecer) y se diferencian (se especializan en su función inmunológica). Los linfocitos T deficientes en Sirt-1 redujeron la activación y diferenciación de los linfocitos B en modelos crónicos de ratones con GVHD.

Esto indica que Sirt-1 desempeña un papel importante en la interacción de las células T y B en el desarrollo de la GVHD“, destacó el doctor Anusara Daenthanasanmak, de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. (NIH) quien fue becario posdoctoral en el laboratorio de Yu mientras realizaba este trabajo. “Al bloquear la actividad de Sirt-1, podríamos tener un tratamiento potencial para la GVHD aguda y crónica“.

El laboratorio de Yu está interesado en explorar más a fondo el papel de Sirt-1 en la regulación de las células B. “Las células B son críticas en la patogénesis de la GVHD crónica […] Eso sigue siendo un hueco que tenemos que llenar“, subrayó Lu.

Aunque los resultados preclínicos son sólidos, es necesario hacer muchos estudios antes de implementarlos en los cuidados de los pacientes.

Espero poder traducir los hallazgos de mi laboratorio a la clínica“, agregó Yu. “Pero, primero, se necesitan más estudios para examinar el papel de Sirt-1 en las células T humanas y en un entorno humano, evaluando las correlaciones en los pacientes“.

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