Comparación del gasto cardiaco medido a través del volumen sistólico en modo bidimensional versus ecuación de continuidad en pacientes de terapia intensiva del Hospital General «Las Américas»

RESUMEN

La ecocardiografía realizada por especialistas no radiólogos es una herramienta que contribuye al diagnóstico y monitoreo de los pacientes críticos, además de ser una herramienta económica, precisa, no invasiva y que se puede realizar a la cabecera del paciente. La medida del gasto cardiaco se refiere a la cantidad de sangre que sale de los ventrículos del corazón a la circulación mayor o menor; en el ámbito de la medicina crítica, es una medida muy importante para verificar el diagnóstico etiológico del estado de choque y además se utiliza para guiar el manejo de los pacientes. Nuestro estudio comparó la medida de gasto cardiaco medido a través del volumen sistólico en modo bidimensional versus ecuación de continuidad. Palabras clave: Volumen sistólico modo bidimensional, método de Simpson, ecuación de continuidad, gasto cardiaco.

Introducción

Cómo funciona el ultrasonido. El sonido es simplemente la transferencia de energía mecánica de una fuente vibratoria a través de un medio. El ultrasonido se define como sonido de una frecuencia por encima del rango audible humano, es decir, por encima de 20 kHz. Los cristales piezoeléctricos dentro de la cara del transductor tienen la propiedad de contraerse o expandirse cuando se aplica una tensión a través de ellos. Una capa delgada de un material piezoeléctrico sintético puede ser construida para vibrar a una frecuencia dentro del rango requerido. Esto actúa como una fuente de ultrasonido. Un impulso muy corto (aproximadamente 1 μs) es generado por el transductor y transmitido a los tejidos blandos. Después de la generación del «pulso», el transductor no recibe electricidad adicional durante un periodo de tiempo (aproximadamente 100-300 μs) y actúa como un «dispositivo de escucha» para detectar ecos de retorno generados dentro del medio de los tejidos blandos. A medida que la onda de ultrasonido de un ‘eco’ de retorno toca la superficie del transductor, los cristales vibran, provocando que generen una corriente eléctrica alterna. Esto se transmite de nuevo a la máquina de ultrasonido a través de los cables conectados al transductor. La magnitud de la tensión de esta corriente se relaciona directamente con la cantidad de energía transportada por el eco de retorno y determinará el nivel de brillo mostrado para esta posición en el monitor. La máquina mide el tiempo que transcurre entre el pulso y el eco, y usando la velocidad conocida del sonido en los tejidos blandos (1540 m s-1) se puede calcular la distancia al objeto de eco. El ultrasonido de diagnóstico utiliza el principio de impulso eco para construir un sistema de dos dimensiones de las estructuras anatómicas (Figura 1). 1 Los pulsos de sonido son disparados en secuencia desde múltiples cristales adyacentes a través de la cara del transductor. Éstos se utilizan para producir líneas de exploración contiguas a partir de las cuales se puede producir un «marco» de información de modo de brillo (modo B) que representa una sección transversal anatómica bidimensional. Este tipo de imágenes de ultrasonido se denomina «modo de brillo» («modo B» o «escala de grises») porque la intensidad de los ecos está representada por el brillo de la imagen de ultrasonido en esa ubicación (Figura 2).

Elena Mejía Ruiz,* Viviana Román Simón,* Felipe de Jesús Montelongo,* Aurea Carmona Domínguez

* Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), Hospital General «Las Américas», Ecatepec.

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