Comparación de la valoración global subjetiva y valoración global subjetiva modificada con marcadores antropométricos y de laboratorio para la detección de riesgo de malnutrición en pacientes críticamente enfermos

RESUMEN

La malnutrición es un problema importante en pacientes ambulatorios y hospitalizados, especialmente en el área de cuidados intensivos. Hay varias escalas para diagnosticar la malnutrición que generalmente requieren medidas complicadas y/o la toma de biomarcadores. La valoración global subjetiva es una escala que ayuda al clínico a valorar la malnutrición de manera sencilla y al pie de la cama y que ofrece buena correlación con los estudios mencionados. Han sido necesarios ajustes en la valoración para adaptarla a ciertos grupos de pacientes. La valoración nutricional subjetiva modificada en nuestra unidad puede ser de utilidad para el diagnóstico correcto y para guiar la conducta terapéutica. Para su obtención se comparó con los dos parámetros más sensibles para el diagnóstico de malnutrición y su escala original.

Introducción

Según el reporte que recoge los datos disponibles obtenidos desde 1988 hasta 2012, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT), aproximadamente 70% de la población mexicana tiene algún grado de sobrepeso u obesidad, con prevalencia muy parecida entre hombres y mujeres. De forma opuesta se menciona una prevalencia de sólo 1% de los mexicanos con bajo peso (IMC menor de 18.5 kg/m2). Esto puede infravalorar el impacto real del estado de desnutrición en un paciente y los costos asociados al mismo o al país al brindarle atención y manejo para recuperar la salud, en especial si llegan a presentar una enfermedad grave que provoque su ingreso a la unidad de cuidados intensivos (UCI). En este artículo se mencionan los aspectos clínicos del diagnóstico, clasificación y repercusiones en el manejo dentro de la UCI a pacientes con algún grado de malnutrición y la relación con una de las escalas mejor validadas para tales fines, modificada en nuestra unidad y correlacionada con marcadores antropométricos y de laboratorio, que se espera ayuden al médico clínico a realizar de forma más fácil y eficiente su tarea de brindar atención y ayuda en la calidad del diagnóstico y tratamiento correcto. Cabe señalar que hace falta una definición unificada para el término de malnutrición. La American Society of Parenteral and Enteral Nutrition (ASPEN) define la malnutrición como un desbalance en la nutrición (White, J. 2012). Jensen y cols. proponen una definición global de malnutrición como «una disminución de la masa corporal magra con potencial de deterioro funcional a múltiples niveles». (Jensen, G. 2009). La ASPEN utiliza un mínimo de dos de seis características importantes para diagnosticar la malnutrición utilizadas desde 2009, cuando fueron propuestas, y que son 1) ingesta energética insuficiente, 2) pérdida de peso, 3) pérdida de masa muscular, 4) pérdida de grasa subcutánea, 5) acumulación local o generalizada de fluidos y 6) disminución del estado funcional. Además de la falta de una definición exacta, no hay métodos estandarizados para el tamizaje y diagnóstico de pacientes con malnutrición, lo que conduce a confusión y a una variación de las prácticas clínicas entre los médicos del mundo. La malnutrición representa un desafío socioeconómico sustancial en el panorama actual del cuidado de la salud, con una prevalencia estimada de 30-50% (Bharadwaj, S. 2016). La prevalencia puede ser aún mayor en hogares de estancia, donde se ha reportado hasta en 85%…

Zúñiga GPR, Esparza CEF, Chávez PCE, Muñoz RMR, Sánchez NVM

* Hospital San José Tecnológico de Monterrey, Monterrey, México

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