Tratamiento exitoso de rotura espontánea de injerto renal secundaria a rechazo. Reporte de caso

Resumen

La rotura espontánea del injerto renal es una complicación rara pero que puede ser catastrófica pudiendo comprometer la vida del paciente y la viabilidad del injerto. Se puede producir por múltiples causas como rechazo agudo, trombosis del injerto, infecciones, obstrucción ureteral o trauma desapercibido durante cirugía o biopsia renal. El tratamiento tradicional ha sido la nefrectomía pero en casos seleccionados es posible realizar de forma segura un manejo conservador para reparar la laceración y al mismo tiempo realizar tratamiento de la posible causa. Se presenta el caso de una paciente que presentó rotura espontánea del injerto renal asociada a rechazo.

Reporte de caso

Paciente de 40 años, con antecedente de enfermedad renal crónica terminal idiopática y por lo cual estuvo en hemodiálisis durante un año. Fue trasplantada de donante cadavérico de criterios óptimos. Compatibilidad 2 DR–1 A–1 B. No recibió inducción con anticuerpos monoclonales ni policlonales. Inmunosupresión iniciada antes del trasplante con bolos de metilprednisolona, tacrolimus, micofenolato. Cirugía sin complicaciones con una función inmediata del injerto. A las 72 h posteriores al trasplante, la paciente presenta oligoanuria, uremia, hipertensión. Se diagnosticó función retardada del injerto y se inició hemodiálisis. A los 5 días del trasplante presentó dolor intenso en el injerto, hipotensión, anemia severa con necesidad de transfusión. Inmediatamente se realizó ecografía doppler del injerto renal que sugería rotura del injerto renal, lo cual se confirmó con tomografía simple de abdomen (fig. 1). Rápidamente se llevó a cirugía donde se demostró la rotura espontánea del injerto renal (fig. 2). Inmediatamente se controló el sangrado. Se realizó corrección de la laceración renal y se tomó biopsia que mostró rechazo agudo túbulo-intersticial severo BANFF 1 B. Después de la cirugía fue tratada con timoglobulina, pulsos de metilprednisolona y aumento de la dosis de tacrolimus. Se realizó soporte dialítico durante una semana. Posteriormente recuperó progresivamente la función renal y a 9 meses de seguimiento la paciente se encuentra en buen estado general y con una función adecuada del injerto renal (creatinina 0,9mg/dl, sin proteinuria y con ecografía doppler normal).

Conclusión

La rotura espontánea del injerto renal es una condición muy rara después del trasplante y que puede estar asociada a múltiples causas, siendo el rechazo agudo la más frecuente. La identificación temprana y el tratamiento conservador pueden preservar la función del injerto sin necesidad de nefrectomía del mismo.

John Fredy Nieto-Ríosa,b, Juan Luis Jaramillo Valenciac, Carlos Ernesto Guzmán-Lunaa, Catalina Ocampo Kohna,b, Arbey Aristizabal Alzatea, Harry Abadía Guzmána, Vanessa García Gómezd, Lina María Serna-Higuitaa,b,, , Gustavo Zuluaga Valenciaa

a Grupo de Trasplante Renal, Hospital Pablo Tobón Uribe, Medellín, Colombia

b Departamento de Nefrología, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia

c Departamento de Urología, Universidad CES, Medellín, Colombia

d Departamento de Radiología, Hospital Pablo Tobón Uribe, Medellín, Colombia

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http://www.elsevier.es/es-revista-urologia-colombiana-398-articulo-tratamiento-exitoso-rotura-espontanea-injerto-S0120789X17300254