Pasar de fumar a vapear podría salvar más de 6 millones de vidas en EE. UU.

 

Millones de fumadores de cigarrillos podrían vivir mucho más si cambiaran el tabaco por cigarrillos electrónicos durante la próxima década, según un estudio reciente.

Hasta 6.6 millones de fumadores de cigarrillos podrían vivir una combinación total de 86.7 millones de años más si se implantaran políticas que los animaran a cambiar los cigarrillos por cigarrillos electrónicos, según las previsiones “optimistas” de los investigadores sobre el cáncer de la Universidad de Georgetown, en Washington, D.C.

Incluso en el peor escenario con respecto a los cigarrillos electrónicos se seguirían salvando vidas, afirmaron los investigadores.

Según una previsión “pesimista”, 1.6 millones de ex fumadores de cigarrillos tendrían un combinación total de 20.8 millones de años más de vida adicional, según el equipo de investigación.

Estas cifras muestran que adoptar los cigarrillos electrónicos como alternativa a fumar podría resultar el modo más fácil de hacer que el consumo de tabaco se redujera en Estados Unidos, dijo el investigador principal, David Levy, profesor de oncología en el Centro Oncológico Integral Lombardi de la Universidad de Georgetown.

“Una estrategia con los cigarrillos electrónicos realmente podría ayudarnos a avanzar hacia el objetivo que tenemos todos: reducir el consumo de cigarrillos”, dijo Levy. “Todo el mundo está de acuerdo en que los cigarrillos son muy perjudiciales, y la salud de la población podría mejorar dramáticamente”.

Las personas que usan cigarrillos electrónicos no están expuestas a los carcinógenos y las sustancias químicas producidas al quemar el tabaco, aunque siguen sufriendo los efectos adictivos y sistémicos de la nicotina, dijo Levy.

Pero los dispositivos, que emiten vapor y funcionan con pilas, siguen sin estar regulados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. Esto hace que para los defensores del control del tabaco sea difícil adoptar una estrategia pragmática centrada en los dispositivos, dijo el Dr. Louis DePalo, profesor de pulmonología en la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.

Los productos de reemplazo de la nicotina aprobados por la FDA, como los chicles o los parches, se consideran seguros y se usan junto con la consejería y la terapia para ayudar a las personas a acabar con su adicción, señaló DePalo. Los chicles y los parches tampoco son tan agradables como el uso de cigarrillos electrónicos, y ese disfrute podría hacer que fuera más difícil para una persona dejar los cigarrillos electrónicos.

“Los cigarrillos electrónicos en un entorno no regulado simplemente no ofrecen la estrategia de salida como parte de una estrategia integral para dejar de fumar”, comentó DePalo, que no participó en el nuevo estudio.

Para realizar el estudio, Levy y sus colaboradores crearon escenarios optimistas y pesimistas en los cuales los fumadores empezaban a optar por los cigarrillos electrónicos, y luego realizaron la previsión de cuántas vidas se salvaría y se alagarían según esos escenarios.

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