Unas normas más estrictas sobre el arsénico salvaron vidas, según un estudio

 

LUNES, 23 de octubre de 2017 (HealthDay News) — Los límites del gobierno de EE. UU. respecto al arsénico en el agua potable probablemente hayan evitado cientos de casos de cáncer de pulmón y de vejiga al año, sugiere un nuevo estudio.

Después de que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) introdujera unos límites más estrictos respecto al arsénico en el agua pública potable en 2006, hubo una reducción del 17 por ciento en los niveles de arsénico en la orina de las personas abastecidas por los sistemas de aguas públicas que cumplieron con la norma, encontraron los investigadores.

No solo eso, sino que hubo un estimado de 200 casos menos de cáncer de pulmón y vejiga al año después de que entraran en vigencia las normas más estrictas.

Los niveles de arsénico en la orina de las personas que usaban pozos privados no cambiaron, según el estudio, que aparece en la edición del 23 de octubre de la revista The Lancet Public Health.

El arsénico es un carcinógeno que está presente de forma natural en el agua potable en todo Estados Unidos. Los hallazgos del estudio resaltan el importante rol que las regulaciones gubernamentales sobre el agua potable tienen al reducir las exposiciones tóxicas y proteger la salud, afirmaron los investigadores.

“La regulación de la EPA se asoció con una reducción significativa en la concentraciones de arsénico en la orina de los estadounidenses que usan sistemas de aguas públicas”, comentó la autora del estudio, Anne Nigra, de la Facultad de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.

Pero los pozos privados no están sujetos a las regulaciones de la EPA.

“Los niveles de arsénico en los pozos privados, que se estima que abastecen agua a unos 4.5 millones de estadounidenses, varían significativamente por todo EE. UU. Debido al costo de evaluar y tratar el agua contaminada, los usuarios de agua de pozos privados siguen careciendo de una protección adecuada contra la exposición al arsénico en el agua potable, sobre todo los residentes de un estatus socioeconómico más bajo”, señaló Nigra en un comunicado de prensa de la revista.

De hecho, un estudio del gobierno publicado apenas la semana pasada estimó que dos millones de usuarios de pozos privados podrían estar expuestos a unos niveles altos de arsénico en el agua potable. Los niveles altos de arsénico se han vinculado con un mayor riesgo de una amplia variedad de tipos de cáncer, entre ellos el cáncer de piel, de pulmón, de riñón y de hígado, anotaron los investigadores. También puede poner en peligro al sistema nervioso, a la función respiratoria, a la salud cardiaca y al sistema inmunitario.

“Los hallazgos son coherentes con datos de estudios anteriores sobre los beneficios de salud de reducir las concentraciones de arsénico en el agua potable”, escribió en un editorial que acompañó al estudio más reciente el Dr. Philip Landrigan, profesor en la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.

“También concuerdan con los análisis de los beneficios de las intervenciones contra la contaminación atmosférica, que se ha mostrado que produjeron ganancias importantes tanto para la salud humana como para la economía”, escribió.

 

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