Braquiterapia intersticial de cáncer de cérvix
- netmd
- 19 de julio de 2017
- Oncología Médica
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Introducción
El tratamiento de tumores ginecológicos con braquiterapia se centra principalmente en los carcinomas de cérvix, endometrio y vagina. El cáncer de cérvix representa la segunda neoplasia ginecológica en la mujer, con una edad media de aparición alrededor de los 45 años. Este tratamiento se utiliza para tratar el cáncer cervical en los casos de tumores pequeños o avanzados pero localizados, siempre que no haya metástasis.
Isabel Mañeru Martinez. Diplomada en Enfermería.
Palabras clave: braquiterapia, cáncer de cérvix, enfermería.
La braquiterapia en combinación con radiación externa permite curación de tumores muy avanzados, algunos en estadio III B con extensión hasta la pared pélvica, con un control tumoral de 52 a 60 por ciento. Los resultados han demostrado que las tasas de curación de cáncer con la combinación de braquiterapia y radioterapia externa son comparables a la cirugía en estadios tempranos.
Actualmente la radioterapia juega un papel esencial en el manejo terapéutico de los tumores ginecológicos en todos sus estadios, siendo utilizada tanto con intención radical, como adyuvante o bien paliativa en estadios avanzados. La braquiterapia constituye una parte fundamental en el tratamiento del cáncer de cérvix, siendo imprescindible conocer la afectación tumoral al diagnóstico y en cada aplicación de la braquiterapia.
La también llamada braquiterapia, es una forma de tratamiento radioterapéutico que consiste en colocar fuentes radioactivas o isótopos radioactivos dentro del tumor o cerca de la zona que requiere tratamiento. Es un tipo de radiación que trabaja desde adentro de su cuerpo para destruir las células cancerosas y es muy importante el papel de enfermería durante todo el proceso de braquiterapia y su posterior seguimiento de efectos secundarios.
Caso clínico
Paciente de 28 años con cáncer de cérvix T2b N1 M0 sometida a cirugía (doble anexectomía y linfadenectomía radical pélvica bilateral y paraaórtica), quimioterapia (cisplatino), radioterapia externa concomitante, y finalmente braquiterapia. A la paciente se le realizó una extirpación del tumor, y se le comenzó a dar quimioterapia concomitante con radioterapia externa (45Gy).
En el primer ciclo presentó emesis GIII, y se decidió ingresar a la paciente unos días hasta el segundo ciclo, que lo toleró bien, con mínimos efectos secundarios. Así continuo con los siguientes ciclos tolerándolos bien. Al terminar la radioterapia había presentado leves efectos secundarios, como deposiciones más blandas, aumento de la frecuencia miccional y radiodermitis GI. Dado la gran efectividad del tratamiento concomitante y su disminución del tumor, se realizó braquiterapia intersticial.
La enfermera realizó una primera consulta antes del proceso de braquiterapia intersticial, le explicó el procedimiento, observó el preoperatorio y el apto de anestesia, y dio recomendaciones para la intervención. Se le realizó una braquiterapia intersticial en dos procesos consecutivos. En el primer implante la enfermera preparó el material de quirófano para el implante de braquiterapia, y ayudó en la colocación de colpostatos acompañados de seis agujas intersticiales. Acompañó a la paciente a la realización de un TAC tras la intervención y a la RMN para la planificación, en todo momento cuidó el implante y colocó el material necesario para la realización de ambas pruebas.
La enfermera conectó el implante a la fuente radiactiva (Iridio 192) y la paciente recibió 2 sesiones de 7Gy. La paciente permaneció inmóvil durante todo el proceso. A continuación de la segunda sesión se realizó el desimplante, y se le dieron recomendaciones tras el alta como duchas vaginales, colocación óvulos de blastoestimulina y enseñanza de dilatadores vaginales. A la semana siguiente se colocó el segundo implante siguiendo el mismo proceso anterior. En las consulta de revisión se observó mínimos efectos secundarios, y curación del cáncer.
Conclusiones
La braquiterapia en combinación con radiación externa permite la curación de tumores muy avanzados, algunos en estadio III B con extensión hasta la pared pélvica, con un control tumoral de 52 a 60 por ciento.
La labor de enfermería es muy importante para que la paciente este bien preparada tanto psicológicamente como físicamente para el momento del implante de braquiterapia. Además contribuye en todo momento a la disminución de efectos secundarios como hemorragia y desgarro vaginal, vigilando la inmovilización del implante.
Los resultados han demostrado que las tasas de curación de cáncer con la combinación de braquiterapia y radioterapia externa son comparables a la cirugía en estadios tempranos. Por eso es muy importante seguir en esta línea de investigación para los tratamientos de tumores ginecológicos y continuar con estas terapias combinadas para buscar la máxima curación.