Cirugía de rescate en el síndrome del túnel del carpo: nuestra experiencia utilizando el colgajo vascularizado de grasa hipotenar

Resumen

Introducción

Una de las técnicas más extendidas para tratar la recidiva del síndrome del túnel del carpo (STC), es la interposición de un colgajo de almohadilla grasa hipotenar vascularizada (técnica de Strickland). Esa técnica es la empleada por la Unidad de Cirugía de Muñeca y Mano del Servicio de Traumatología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias. El objetivo de este estudio, es revisar los pacientes intervenidos de recidiva del STC en dicha unidad mediante esa técnica, y comprobar su evolución a medio y largo plazo.

Material y Método

En este trabajo se lleva a cabo un estudio retrospectivo de tipo descriptivo. La población estudiada es la muestra de pacientes operados mediante la técnica de Strickland, para la recidiva del STC, intervenidos entre el 2010 y el 2017, habiendo pasado un mínimo de 6 meses desde esa última intervención.

Conclusión

Pese a las limitaciones de este estudio, los datos avalan que se obtiene mejoría objetiva y subjetiva en un número elevado de pacientes con STC recidivado: al menos el 50% de los pacientes intervenidos se encuentran satisfechos; siendo bajo el índice de complicaciones.

Introducción

La descompresión quirúrgica del nervio mediano mediante la sección del ligamento transverso del carpo, se ha convertido en una de las cirugías más comunes y exitosas de la cirugía ortopédica de muñeca y mano. Sin embargo, las complicaciones y los fracasos del tratamiento, incluida la persistencia o recurrencia de los síntomas, se notifican entre un 3 y un 25% de los casos.[1] [2] [3]

Se considera que existe una persistencia de los síntomas tras la neurolisis primaria, si no llega a haber un periodo libre de enfermedad en los primeros 6 meses tras la cirugía.[2] La causa más frecuente es la sección incompleta del ligamento transverso del carpo. Está descrito en la literatura que esa situación se produce más frecuentemente en la cirugía endoscópica guiada por ultrasonido.[4] [5] También nos encontramos con esa situación en casos diagnosticados de manera errónea y en síndromes de doble atrapamiento nervioso, como el síndrome del pronador redondo.[6]

Nos encontraremos ante una recurrencia del STC si han pasado más de 6 meses desde la cirugía primaria con mejoría sintomática, hasta la reaparición de la clínica. La causa de recidiva más frecuente es la formación de fibrosis perineural. Ese hecho está íntimamente relacionado con el acto quirúrgico previo,[3] la tenosinovitis reactiva hipertrófica de los tendones flexores o comorbilidades del paciente.[7]

En diversos estudios encontramos asociados ciertos factores de riesgo a una mayor tasa de recurrencia del STC tras la neurolisis primaria. La hipertensión arterial, la diabetes mellitus y el síndrome metabólico[1] [2]; una hemostasia pobre en el lecho quirúrgico, la inmovilización prolongada o una terapia física muy intensa tras la cirugía, se han asociado a una mayor formación de fibrosis perineural.[5]

Podemos plantear la indicación de una cirugía de rescate en esos casos, cuando existan unos síntomas incapacitantes que no respondan al tratamiento médico. Conviene corroborar la afectación del nervio con un nuevo EMG patológico.

Las técnicas que encontramos en la literatura para el tratamiento de la recidiva del STC van desde la nueva neurolisis del nervio, sin asociar ningún otro gesto, hasta la interposición de distintos materiales o colgajos. Se han descrito varias técnicas para proporcionar mayor cobertura de tejidos blandos al nervio mediano en la cirugía de recidiva del STC: colgajo de grasa hipotenar, colgajo de abductor digiti minimi, colgajo rotacional de flexor superficial de los dedos, colgajo de pronador cuadrado, colgajos fasciales o fasciocutáneos,[8] transposición de tejido sinovial de los flexores, envoltura venosa o colgajo libre, como por ejemplo, colgajo de epiplón. Cada técnica tiene ventajas y desventajas únicas que guían la decisión del cirujano y no hay estudios que demuestren la superioridad de una de las técnicas sobre el resto.[9]

Como beneficio de la técnica del colgajo de grasa hipotenar frente a otras que emplean musculatura intrínseca o extrínseca de la mano como tejido de interposición u otros tejidos de zonas anatómicas más alejadas, contaríamos con una menor comorbilidad del área donante. Frente a esas ventajas, existe literatura que refiere que ese colgajo es insuficiente en cuanto al tamaño, y que no llega a envolver completamente al nervio mediano, teniendo una tasa de fracaso en el umbral del 4,5%.[10]

La técnica empleada por la Unidad de Cirugía de Muñeca y Mano del Servicio de Traumatología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias, para los casos de recidiva de STC con indicación quirúrgica, es la descrita por Strickland y col.[11]

El objetivo de este estudio, es revisar los pacientes intervenidos de recidiva del STC en dicha unidad mediante colgajo graso hipotenar vascularizado, y comprobar su evolución a medio y largo plazo. También se realiza un estudio descriptivo de factores de riesgo asociados.

Alejandro Almoguera-Martinez  1  Hospital Príncipe de Asturias, Alcalá de Henares, Madrid, Spain

Irene Martinez-Perez1  Hospital Príncipe de Asturias, Alcalá de Henares, Madrid, Spain

Lydia Alcázar Jiménez1  Hospital Príncipe de Asturias, Alcalá de Henares, Madrid, Spain

José María De la Sotilla Valmaña1  Hospital Príncipe de Asturias, Alcalá de Henares, Madrid, Spain

María Ángeles Calvo Martínez1  Hospital Príncipe de Asturias, Alcalá de Henares, Madrid, Spain

Miguel Ángel Arriba Plasencia1  Hospital Príncipe de Asturias, Alcalá de Henares, Madrid, Spain

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https://www.thieme-connect.com/products/ejournals/html/10.1055/s-0039-1688466