Razonamiento Quirúrgico en Inestabilidad Crónica Posterolateral de Rodilla

Resumen

Los pacientes con mal alineamiento en varo pueden ser difíciles de tratar cuando tienen una lesión crónica de la esquina posterolateral (EPL), resultando en doble o triple varo y subsecuentemente varus thrust durante la marcha. Una osteotomía tibial alta es un procedimiento útil y necesario particularmente en el estadío crónico. Este artículo revisa los fundamentos de la planificación preoperatoria en una lesión crónica de la EPL.

Introducción

La inestabilidad ligamentaria crónica de la esquina posterolateral (EPL) de rodilla es una indicación escasamente debatida para la realización de una osteotomía alrededor de la rodilla. De no considerarse como una alternativa primaria, puede conducir a una reconstrucción ligamentaria fallida y muchas veces innecesaria. La osteotomía tibial proximal permite corregir el alineamiento coronal y sagital, mejorando la función de una rodilla inestable con varus thrust durante la marcha.

Importancia del Slope Tibial en el Manejo de la Insuficiencia Posterolateral

Durante la marcha, la fuerza de contacto femorotibial (FT) se descompone en fuerzas compresivas y cizallantes.[1] El componente cizallante desplaza a la tibia anteriormente producto del slope tibial, lo que produce cambios en la tensión ligamentaria intra y extrarticular.

En la rodilla normal, el slope tibial fluctúa entre 6° y 13°. En la literatura se describe un amplio rango de valores como normales por lo que es importante consignar qué técnica de medición es utilizada para su evaluación. Dejour y Boninn[2] recomiendan trazar una línea perpendicular al eje tibial anatómico (que se corresponde con el 20% anterior de la superficie articular tibial) y unirla con otra línea tangente a los puntos más altos (anterior y posterior), del platillo tibial medial (PTM). Moore y Harvey[3] recomiendan trazar la perpendicular a una tangente que pasa a lo largo de la corteza tibial anterior y unirla a la tangente del PTM. Brazier y col.[4] proponen 2 métodos adicionales. En el primero, se traza una línea a lo largo de la corteza tibial posterior y otra a lo largo del PTM. En la segunda, recomiendan trazar una línea a lo largo del eje anatómico fibular y otra a lo largo del PTM. De todas las técnicas, la propuesta por Dejour y Boninn es considerada la más confiable y reproducible ([Fig. 1]).

Pedro Alejandro Díaz Allende

Traumatólogo, Servicio Ortopedia y Traumatología Hospital Ricardo Valenzuela Sáez, Rengo, Chile

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