¿Un medicamento antiguo podría ayudar a combatir a la COVID-19 grave?

MIÉRCOLES, 22 de abril de 2020 (HealthDay News) — Mientras los investigadores buscan formas de tratar las infecciones graves de COVID-19, un nuevo ensayo planteará si un antiguo medicamento para la artritis puede prevenir las complicaciones graves en primer lugar.

El medicamento, llamado colchicina, es un antiinflamatorio oral que hace mucho que se receta para la gota, una forma de artritis. Su historia se remonta miles de años, y el origen del fármaco es la flor de cólquico.

A veces, los médicos también usan la colchicina para tratar la pericarditis, en que el revestimiento del corazón se inflama.

Ahora, investigadores de Estados Unidos y Canadá evalúan un propósito distinto: evitar que los pacientes con COVID-19 de alto riesgo enfermen tanto que acaben en el hospital.

La colchicina es solo uno de varios antiinflamatorios que están actualmente en ensayos clínicos para tratar a la COVID-19.

Todo esto forma parte de la creciente creencia de que los peores efectos de la infección con el coronavirus son provocados no por el virus en sí, sino por una masiva reacción excesiva del sistema inmunitario, conocida como una tormenta de citoquinas.

“Creo que hay evidencias bastante sustanciales de que la tormenta de citoquinas está implicada”, señaló el Dr. Randy Cron, reumatólogo de la Universidad de Alabama, en Birmingham.

En una tormenta de citoquinas, el sistema inmunitario se vuelve hiperactivo, e inunda al cuerpo de unas proteínas (las citoquinas) que desencadenan una inflamación generalizada. Esto provoca daños en los órganos que con frecuencia resultan letales.

Cron, que no participó en el nuevo ensayo, es el autor de un libro de texto sobre las tormentas de citoquinas, llamado Cytokine Storm Syndrome y publicado en 2019.

Explicó que la reacción inmunitaria no es exclusiva de la COVID-19. Las tormentas de citoquinas pueden surgir en respuesta a otras infecciones, al cáncer, a ciertas terapias para el cáncer, o en personas con enfermedades autoinmunes.

La tormenta que aparece contra el nuevo coronavirus sí parece ser única de algunas formas, según Cron.

“Un ejemplo es que se establece primero en los pulmones”, dijo.

Aun así, Cron y otros investigadores creen que los tratamientos para la tormenta de citoquinas podrían en última instancia resultar clave para luchar contra la pandemia de coronavirus.

Algunos potentes antiinflamatorios, usados para afecciones como la artritis reumatoide, ya están en ensayos en etapa avanzada. En esos estudios participan pacientes que ya están hospitalizados con la neumonía de la COVID-19.

El estudio de la colchicina es distinto, apuntó la investigadora, la Dra. Priscilla Hsue, profesora de medicina de la Universidad de California, en San Francisco UCSF).

“Uno de los aspectos exclusivos es que intentamos abordarlo antes de que las personas tengan que ser hospitalizadas”, señaló Hsue.

La colchicina es el medicamento preferido por varios motivos, explicó Hsue. A diferencia de los medicamentos que se están evaluando en los pacientes hospitalizados, que reciben una infusión o una inyección, las tabletas de colchicina son fáciles de tomar y baratas. Y el medicamento tiene una larga historia de uso seguro para la gota, dijo.

Además, añadió Hsue, un ensayo reciente encontró que la colchicina en dosis baja beneficia a las personas que han sufrido un ataque cardiaco recientemente. Los pacientes que tomaban una tableta al día reducían su riesgo de complicaciones cardiacas adicionales o accidente cerebrovascular en los dos años posteriores.

La lesión cardiaca es un problema común en las personas que enferman de gravedad con la COVID-19, al menos en parte, sospechan los investigadores, debido a la tormenta de citoquinas. Hsue dijo que todo esto plantea la pregunta de si la colchicina podría ayudar a prevenir esos problemas del corazón.

El ensayo busca inscribir a 6,000 pacientes recién diagnosticados con la COVID-19 que tengan un mayor riesgo de una enfermedad grave, ya sea porque tengan más de 69 años, o afecciones cardiacas o enfermedades pulmonares.

Para mantener a esos pacientes en casa, el estudio tiene un inusual diseño “sin contacto”. Los pacientes recibirán el medicamento a través de mensajeros, y tendrán visitas de seguimiento mediante video o teléfono. Los investigadores observarán si la táctica reduce las tasas de hospitalización y las muertes a lo largo de un mes.

Aunque Cron cree que abordar las tormentas de citoquinas en la COVID-19 es una buena idea, mostró ciertas reservas respecto a administrar colchicina a pacientes sin señales de la grave reacción inmunitaria. ¿Podría resultar contraproducente, al debilitar a su respuesta inmunitaria contra el virus?

“Mi preocupación es si podría empeorar la infección”, comentó Cron.

Pero Hsue apuntó al historial de seguridad del fármaco, y anotó que la dosis administrada en el ensayo será más baja que la que se usa de forma rutinaria para la gota.

Al final, añadió Cron, la única forma de probar de manera definitiva que cualquier medicamento funciona para la COVID-19 es mediante ensayos clínicos.

El estudio de la colchicina está ahora reclutando a pacientes, y la UCSF y la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York son los dos primeros centros de EE. UU. implicados.

https://consumer.healthday.com/espanol/infectious-disease-information-21/coronavirus-

1008/iquest-un-medicamento-antiguo-podr-iacute-a-ayudar-a-combatir-a-la-covid-19-grave-757025.html