Cognición en la esquizofrenia. Estado actual de la cuestión (II): sesgos cognitivos, modelos explicativos y programas de intervención

Resumen:

La investigación sugiere que los síntomas, la neurocognición y la cognición social (CS) se influyen mutuamente y se relacionan a su vez con el funcionamiento psicosocial en la esquizofrenia. Tanto los déficits neurocognitivos como en CS podrían tener mayor responsabilidad que los síntomas clínicos sobre el funcionamiento social. Distintos sesgos de razonamiento cognitivo, como el “salto a conclusiones”, contribuyen a la formación y mantenimiento de los síntomas, y al funcionamiento en la vida real. La rehabilitación cognitiva ha mostrado cierta utilidad en la mejora de la cognición y del funcionamiento en las habilidades de la vida diaria de las personas con psicosis a través de sus posibles efectos sobre la neuroplasticidad cerebral. Diferentes programas, como el Entrenamiento Metacognitivo, aparecen como intervenciones prometedoras para mejorar los sesgos de razonamiento. La neurocognición, la CS y ciertos sesgos de razonamiento se interrelacionan para predecir el funcionamiento social en la esquizofrenia. Distintas intervenciones podrían mejorar estos procesos a través de sus efectos sobre la neuroplasticidad cerebral. No obstante, a pesar del creciente cuerpo de investigación, los resultados distan de ser concluyentes.

Introducción

A PESAR DE QUE LOS DÉFICITS NEUROCOGNITIVOS y de cognición social (CS) no se incluyen en el diagnóstico de esquizofrenia del DSM-5 (1), es clara su importancia para el diagnóstico, la recuperación y el funcionamiento diario del paciente. El deterioro cognitivo se incluye como un especificador diagnóstico en el borrador de la próxima revisión de la CIE (2). Está comúnmente aceptado que los diferentes dominios de la cognición afectan de algún modo al funcionamiento psicosocial de las personas con esquizofrenia (3,4,5).

En una primera parte de esta revisión, se intentó dar cuenta del estado de la cuestión en lo referente a los diferentes aspectos de la cognición, de su evaluación, de las bases neurales de dichos procesos y de sus implicaciones en el funcionamiento social de las personas con esquizofrenia (6). Los déficits en atención, memoria y función ejecutiva son los más comúnmente observados (5-7) y se han relacionado con un funcionamiento anormal de la corteza prefrontal dorsolateral y con defectos en su conectividad con otras áreas cerebrales (8). Por otro lado, los déficits en cognición social se han vinculado al llamado “cerebro social”, que incluye un conjunto de áreas prefrontales, parietales y temporales que se han asociado a anomalías en la teoría de la mente, la atribución o la percepción de emociones y se han relacionado con los síntomas y con el funcionamiento psicosocial, llegándose a considerar como un posible marcador endofenotípico de la esquizofrenia (6,9,10). Sin embargo, el hecho de que una cuarta parte de los pacientes no muestren deterioro cuestionaría dicha consideración, tal y como señalamos en la primera parte de la revisión (6).

La metacognición, por otro lado, se puede definir como el proceso de “pensar acerca de la forma en que pensamos”. Según un modelo integrador, esta se refiere a un espectro de actividades mentales que pueden ir desde procesos discretos, que implican percibir pensamientos y sentimientos específicos, a actos más sintéticos en los que la información sobre uno mismo y sobre los otros se integra en representaciones complejas que permiten a las personas reconocer y responder a los desafíos de la experiencia cotidiana (11,12). Los procesos metacognitivos se conceptualizan como procesos que permiten que surja un sentido coherente del yo y de los otros dentro del flujo de la vida (13).

En esta segunda parte de la revisión pretendemos describir de forma crítica los diferentes sesgos cognitivos que parecen caracterizar a la psicosis. Asimismo, revisaremos los diferentes modelos que relacionan los distintos dominios de la neurocognición, la cognición social y la metacognición, y su vínculo con los síntomas y el funcionamiento social. Finalmente, consideraremos algunos de los programas de intervención que han demostrado eficacia en la mejora de la cognición en la esquizofrenia y las bases neurales que podrían sustentar el cambio.

Josep Pena-Garijo 

Universitat Jaume I de Castelló., España

Cristina Monfort-Escrig

Universitat Jaume I de Castelló., España

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Cognición en la esquizofrenia. Estado actual de la cuestión (II): sesgos cognitivos, modelos explicativos y programas de intervención (redalyc.org)