Tumor de Buschke-Löwenstein: a propósito de un caso infantil

RESUMEN

El condiloma acuminado gigante, originalmente descrito por Buschke, corresponde a un tumor epitelial de origen viral sexualmente transmisible, de comportamiento localmente agresivo y que rara vez puede malignizarse. En la población infantil ha sido poco referido; el manejo quirúrgico es la opción terapéutica de elección con el objeto de reducir las potenciales recidivas.

INTRODUCCIÓN

Esta rara neoformación es una variante clínico-morfológica de la verruga anogenital, particularmente relacionada con las cepas 6, 11 y 18 del virus del papiloma humano (VPH). Originalmente fue descrita por Buschke en 1896. En la actualidad se considera una lesión premaligna con características anatomopatológicas intermedias entre el típico condiloma acuminado y el carcinoma epidermoide, lo que da razón de su elevada morbimortalidad. Su mayor prevalencia ocurre en menores de 50 años y en especial en varones (relación 3:1); entre los principales factores predisponentes destacan el etilismo crónico, la desnutrición, la inmunodepresión, la mala higiene corporal, las diferentes infecciones de transmisión sexual y la promiscuidad. Generalmente se manifiesta por el desarrollo progresivo de formaciones vegetantes muy extensas y exofítico-voluminosas (mayores de 10 cm de tamaño) situadas en la región genitoperineal y anorrectal, en niños se asocia con el abuso sexual. De manera ocasional tienen la capacidad de infltrar, fistulizar, ulcerar o infectar localmente estructuras vecinas; un comportamiento local biológico agresivo aunque de naturaleza aparentemente benigna.1-4 A continuación se presenta el caso de una preescolar con la aparición de lesiones genitoperineales sugestivas del padecimiento que ameritaron intervención quirúrgica por su gran dimensión estructural y compromiso fisiológico.

CASO CLÍNICO

Se presenta el caso de una paciente del sexo femenino de tres años de edad; al interrogatorio dirigido se negaron antecedentes heredofamiliares de interés; en relación a sus antecedentes personales patológicos se refirió abuso infantil repetido tanto físico como sexual con activa participación del padrastro y sus familiares próximos en complicidad con la madre biológica. Al examen físico se evidenció una tumoración extensa sobreelevada que ocupa el pubis, genitales externos con internalización hacia la mucosa del introito vaginal, regiones inguinocrurales, periné y área perianal, motivo principal de la consulta dermatológica. Clínicamente se particularizó por una neoformación voluminosa protruyente y desfigurante de color rojo-pardusco, de superficie anfractuosa, friable, multilobulada e hiperqueratósica, parcialmente cubierta por elementos escamosos obscuros adherentes que obtura los orificios naturales con dificultad para la micción y la defecación. Eran evidentes las lesiones satélites (Figura 1).

Se solicitó biometría hemática completa, química sanguínea, exudado faríngeo, examen general de orina y urocultivo, y se encontró anemia normocítica e infección del tracto urinario con aislamiento de Escherichia coli. Se decidió, por las características clínico-morfológicas y el gran tamaño de la lesión, su extirpación completa con el prudente estudio anatomopatológico. El reporte documentó abundante proliferación papilar con acantosis, intensa paraqueratosis y leve pérdida de la polaridad del epitelio, además de coilocitosis, degeneración nuclear y mínima atipia celular en la capa basal de la epidermis (Figura 2).

Estos hallazgos apoyaron el diagnóstico de lesión verrucosa anogenital con cambios atípicos, el así denominado tumor de Buschke-Löwenstein. Tras la intervención quirúrgica se indicó ceftriaxona por vía intramuscular a dosis habitual durante cinco días, además de ibuprofeno solución infantil. A nivel de la herida operatoria se prescribieron fomentos templados con sulfato de cobre como antiinflamatorio y antiséptico, y posterior aplicación de ácido fusídico más betametasona en crema aplicada en la mañana y en la noche por 20 días (Figura 3). En las visitas médicas de vigilancia mostró una evolución favorable sin recurrencia tumoral posterior al término de un año (Figura 4).

Antonio David Pérez-Elizondo,* P. Eduardo Chávez-Enríquez‡

* Médico Internista-Dermatooncólogo. Hospital para el Niño del Instituto Materno Infantil del Estado de México. Profesor de Pre- y Postgrado de la Facultad de Medicina de la Universidad del Estado de México. Miembro de la Academia Americana de Dermatología. Miembro del Colegio Ibero-Latinoamericano de Dermatología.

‡ Médico Cirujano Pediatra. Miembro del Colegio de Pediatría del Estado de México, A.C. Miembro de la Academia Mexiquense de Medicina, A.C.

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