Documento de consenso de un grupo de expertos de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) sobre el uso clínico de la resonancia magnética nuclear en el estudio del metabolismo lipoproteico (Liposcale)

Resumen

La evaluación y prevención del riesgo cardiovascular (RCV) que persiste en los pacientes con dislipidemia a pesar del tratamiento y de haber alcanzado los objetivos específicos de la concentración plasmática de colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad (c-LDL) es un reto clínico en la actualidad, y sugiere que los biomarcadores lipídicos convencionales resultan insuficientes para una evaluación precisa del RCV. Más allá de su contenido lipídico, existen otras características propias de las partículas lipoproteicas que determinan su potencial aterogénico y su influencia en el RCV. Sin embargo, dichas características adicionales no pueden ser analizadas por las técnicas utilizadas habitualmente en los laboratorios clínicos. La espectroscopia por resonancia magnética nuclear (RMN) es una técnica que permite un análisis detallado de la cantidad, composición y tamaño de las lipoproteínas y proporciona información más detallada del estado del metabolismo lipídico y del RCV en los pacientes dislipémicos. En este artículo un grupo de lipidólogos de la Sociedad Española de Arteriosclerosis revisa la evidencia existente sobre los mecanismos aterogénicos de las partículas lipoproteicas y describen el fundamento técnico y la interpretación de los perfiles lipoproteicos obtenidos mediante RMN, haciendo especial referencia al test disponible en España (Liposcale®). Asimismo, se definen los principales perfiles de pacientes en los que dicho análisis aportaría una información de mayor interés clínico, los cuales son: a) sospecha de discordancia entre las concentraciones de lípidos y el número de partículas, situación frecuente en la diabetes, la obesidad, el síndrome metabólico y la hipertrigliceridemia; b) enfermedad cardiovascular aterotrombótica (ECVA) precoz o recurrente sin factores de RCV que la justifiquen; c) trastornos lipídicos infrecuentes o complejos como las concentraciones extremas de c-HDL, y d) situaciones clínicas en las que las técnicas analíticas clásicas no pueden aplicarse, como los valores de c-LDL muy bajos.

Introducción

La enfermedad cardiovascular (ECV) es la principal causa de mortalidad en Europa, donde es responsable de más de 4millones de muertes anuales. Constituye, asimismo, una importante causa de morbilidad para la población y una enorme carga asistencial y económica para los sistemas sanitarios1. La prevención, tanto primaria como secundaria, a partir de la evaluación del riesgo cardiovascular (RCV) sigue siendo una estrategia fundamental para reducir el impacto y las consecuencias de la ECV de origen aterotrombótico (ECVA)2,3.

La dislipidemia, una alteración cuantitativa o cualitativa de las lipoproteínas plasmáticas, y entre ellas el aumento de la concentración de colesterol transportado por lipoproteínas de baja densidad (c-LDL), es primordial en la evaluación del riesgo de enfermedad aterosclerótica y constituye un factor modificable y fundamental de las estrategias de prevención en las últimas décadas2,3. Sin embargo, a pesar de los avances logrados, se observan episodios de ECVA en pacientes que no se clasifican de riesgo alto con las escalas de evaluación actuales e incluso en sujetos cuya concentración plasmática de c-LDL se encuentra dentro de los objetivos marcados por las guías. Dichos episodios conforman el denominado riesgo residual, es decir, el que persiste a pesar de la consecución de los objetivos de concentración de c-LDL y de los factores de RCV convencionales4,5. Ello sugiere que concurren otras alteraciones lipídicas y de otra índole que influyen en el RCV. En este sentido, y con referencia al metabolismo lipídico, se ha demostrado que la dislipidemia aterogénica (DA), definida como el desequilibrio entre lipoproteínas aterogénicas que contienen apoB ricas en triglicéridos y lipoproteínas antiaterogénicas que contienen apoA1, el incremento del colesterol remanente y las alteraciones cualitativas de las partículas LDL se relacionan con el riesgo residual5–7. Estas alteraciones pueden incrementar el riesgo de eventos CV hasta un 71%, incluso en pacientes tratados con fármacos y concentración plasmática de c-LDL en el objetivo8.

Por tanto, existen otras magnitudes relacionadas con el metabolismo lipídico involucradas en la aterogénesis y que van más allá de la concentración plasmática de colesterol, tanto del total como del c-LDL y del colesterol asociado al conjunto de lipoproteínas aterogénicas (colesterol-no HDL [c-no HDL]). Así, las características de las propias partículas lipoproteicas definen su potencial aterogénico9. Además, en el plano asistencial, es frecuente encontrar pacientes en quienes los biomarcadores lipídicos convencionales son insuficientes o que presentan limitaciones para su determinación, pudiendo ser infraestimado su RCV10.

Conocer el número, el tamaño y la composición de las lipoproteínas completa la información sobre el metabolismo lipídico y permite una evaluación más completa de la situación clínica de los pacientes. El estudio de las partículas lipoproteicas mediante resonancia magnética nuclear (RMN) permite esta evaluación metabólica. En esta revisión se ha considerado el análisis avanzado de lipoproteínas mediante el Liposcale®, desarrollado en España, que acerca esta técnica a la práctica clínica. Se basa en el análisis de una muestra de suero o de plasma mediante RMN bidimensional de difusión que permite ir un paso más allá en el estudio de lipoproteínas por RMN, ya que en un mismo análisis se puede obtener la concentración y composición lipídica de las lipoproteínas por un lado y el tamaño de las partículas por otro. La RMN bidimensional de difusión se basa en el estudio de la movilidad de las partículas dentro de un fluido (suero o plasma) que está asociada al tamaño de las mismas, lo que permite considerarla como una nueva generación en el contexto de esta metodología. Dicha técnica permite medir directamente la cantidad, el tamaño y la composición de las fracciones y subfracciones lipoproteicas11.

El objetivo de este artículo es establecer una serie de recomendaciones para su uso en la práctica clínica a partir de la revisión de la evidencia científica actual sobre el uso del análisis avanzado de lipoproteínas Liposcale®.

Xavier Pintóa,

, Luis Masanab,

, Fernando Civeirac, José Reald, Daiana Ibarretxeb, Beatriz Candase, José Puzof, José Luis Díazg, Núria Amigóh, Margarita Estebani, Pedro Valdivielsoj

a Unidad de Lípidos y Riesgo Vascular, Servicio de Medicina Interna, Hospital Universitario de Bellvitge, Barcelona. CiberObn. Universidad de Barcelona, Barcelona, España

b Unidad de Medicina Vascular y Metabolismo, Hospital Universitario Sant Joan, IISPV. CIBERDEM. Universitat Rovira i Virgili, Reus, Tarragona, España

c Unidad de Lípidos, Hospital Universitario Miguel Servet, IIS Aragón, CIBERCV, Universidad de Zaragoza, Zaragoza, España

d Servicio Endocrinología, CIBERDEM. Hospital Clínico Universitario de Valencia, Universidad de Valencia, Valencia, España

e Bioquímica Especial y Biología Molecular, Laboratori Clínic. Hospital Universitario de Bellvitge, Barcelona, España

f Unidad de Lípidos, Servicio de Análisis y Bioquímica Clínica, Hospital San Jorge de Huesca, Huesca, España

g Unidad de Lípidos y Riesgo Cardiovascular, Servicio de Medicina Interna, Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, A Coruña, España

h Biosfer Teslab, IISPV, CIBERDEM, Universidad Rovira i Virgili, Tarragona, España

i Laboratorio Bioquímica, Hospital Universitario Cruces, Vizcaya, España

j Unidad de Lípidos, Servicio de Medicina Interna, Hospital Clínico Virgen de la Victoria, Universidad de Málaga, Málaga, España

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