Candidiasis invasora: un enfoque a la infección en el sistema nervioso central

Resumen

La candidemia es la micosis invasora más frecuente en los pacientes internados en hospitales de alta complejidad en el mundo. La infección fúngica en el sistema nervioso central constituye una complicación potencialmente mortal que agrava el pronóstico de los pacientes. El presente artículo aborda aspectos relevantes sobre las características clínicas de esta enfermedad, los mecanismos de invasión del hongo, la respuesta inmunitaria local frente a Candida albicans y el impacto de los defectos genéticos en receptores de la inmunidad innata, que aumentan la susceptibilidad a la neurocandidiasis.

Introducción

La incidencia de infecciones sistémicas causadas por hongos ha aumentado considerablemente en los últimos años, sobre todo como consecuencia del creciente uso de dispositivos biomédicos implantados y catéteres venosos centrales en el tratamiento del paciente, así como por el aumento de la población inmunosuprimida y la mayor esperanza de vida en edades extremas7. Bongomin et al.7 recopilaron datos sobre la incidencia global de micosis invasoras graves e informaron que las enfermedades fúngicas afectan a más de 1.000 millones de personas por año en todo el mundo7, y provocan la muerte de más de 1,5 millones. Los patógenos fúngicos oportunistas se han convertido en una de las principales causas de mortalidad humana en pacientes hospitalizados, y representan un desafío para la salud pública con gran impacto clínico y socioeconómico.

La candidemia es la micosis invasora más frecuente en los pacientes internados en hospitales de alta complejidad en el mundo4. La epidemiología de esta infección ha sido descrita en Estados Unidos de América, Europa, Asia y Latinoamérica2. Riera et al.37 han reunido datos epidemiológicos sobre la incidencia y prevalencia de enfermedades fúngicas en Argentina, y revelaron que al menos un 2,01% de la población total sufre un episodio de micosis grave cada año, con una morbimortalidad considerable37. En Argentina el pronóstico de la candidemia es grave y la mortalidad asociada a candidiasis sistémica es aproximadamente el 50%37. En la ciudad de Córdoba nuestros datos arrojan un índice de mortalidad para candidemia de 36%47.

Si bien el uso de fármacos antifúngicos ha permitido un mejor pronóstico en lo referido a la recuperación de pacientes con micosis sistémicas, la elevada incidencia de especies emergentes, sumada a la aparición de cepas resistentes a los fármacos actuales, aumenta las tasas de fracaso terapéutico en individuos hospitalizados18, 36. Pese a las exhaustivas investigaciones llevadas a cabo durante los últimos 15 años con foco en el desarrollo de fármacos antifúngicos, en la actualidad solo se dispone de 3 clases de fármacos aprobados para el tratamiento de estas infecciones.

El tratamiento con agentes antifúngicos frecuentemente empírico, profiláctico y prolongado, así como el número limitado de fármacos y su carácter principalmente fungistático, en lugar de fungicida, facilitan la selección de cepas resistentes y han conducido a la adquisición gradual de resistencia antifúngica en hongos inicialmente sensibles36. En un estudio que abarcó 12 años Goemaere et al.18 demuestran que la exposición previa al fluconazol y las equinocandinas se asoció con un cambio en la epidemiología de los pacientes, caracterizado por un aumento de la frecuencia de candidemia causada por especies menos susceptibles. Revie et al.36, por otra parte, identifican entre los numerosos mecanismos de resistencia antifúngica las adaptaciones metabólicas, la alteración en la expresión génica, los cambios o la sobreexpresión de la diana terapéutica, regulación positiva de los transportadores de fármacos y la activación de las respuestas al estrés.

En este escenario la candidiasis diseminada emerge como una enfermedad grave de elevada mortalidad y difícil tratamiento que abre numerosos interrogantes. Su agente etiológico más frecuente, Candida albicans, está dotado de diversos atributos de virulencia y posee la capacidad de infectar diferentes nichos en su hospedador27. A estas características particulares debe sumarse la capacidad de regular su perfil transcripcional de genes de acuerdo con el sitio que infecta, lo que se encuentra en continua relación con los mecanismos locales de respuesta, las poblaciones celulares reclutadas y la biología del órgano infectado en cada contexto. Del resultado de estas complejas interacciones depende la resolución del proceso infeccioso y, en el balance de la respuesta local, el daño tisular colateral emerge como consecuencia del equilibrio prevalente entre una respuesta protectora y una respuesta exacerbada, cuya magnitud puede comprometer estructuras vitales para la funcionalidad del órgano donde se produce el encuentro.

Cecilia Vigezzi abcd, Fernando Oscar Riera cde, Emilse Rodriguez abcd, Paula Alejandra Icely abcd, María Soledad Miró abcd, Carlos Mauricio Figueredo abc, Juan Pablo Caeiro ce, Claudia Elena Sotomayor abcd

a  Laboratorio de Inmunidad Innata a Patógenos Fúngicos, Departamento de Bioquímica Clínica, Córdoba, Argentina

b  Centro de Investigaciones en Bioquímica Clínica e Inmunología, CIBICI-CONICET, Facultad de Ciencias Químicas, Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, Argentina

e  Servicio de Infectología, Sanatorio Allende, Córdoba, Argentina

c  Servicio de Infectología, Hospital Privado Universitario de Córdoba, Córdoba, Argentina

d  Research Group of Immunology and Mycology, Córdoba, Argentina

Para descargar la investigación completa haga clik a continuación:

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0325754120300560