Enfermedad bullosa como complicación pulmonar en la convalecencia de COVID-19

Resumen

La infección por SARS-CoV-2 comenzó en Wuhan, China, a principios del año 2019 y se ha extendido rápidamente por todo el mundo, convirtiéndose en pandemia de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo de 2020. Esta enfermedad ha presentado múltiples manifestaciones que varían desde un resfriado común hasta un síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) grave con complicaciones en pacientes críticos o durante la fase aguda. Hasta la fecha, las complicaciones pulmonares tardías y las secuelas no  son  del  todo  conocidas,  sin  embargo,  se  han  asociado  a  la  gravedad  de  la  enfermedad.  Se presenta el primer caso en Colombia de una enfermedad bullosa gigante ocurrido en una paciente femenina de 32 años durante la convalecencia de la infección por COVID-19, que requirió resección quirúrgica. Se hace necesario resaltar la importancia del seguimiento de la población que se ha contagiado de este virus y mantener un alto grado de sospecha clínica en la búsqueda de complicaciones en individuos que se han recuperado de la infección, con el fin de aprender cada día más sobre el comportamiento, las complicaciones y las secuelas de esta enfermedad en aras de dar un manejo óptimo y oportuno.

Descripción del caso

Paciente femenina de 32 años, residente en la ciudad de Cartagena, Colombia, con antecedentes de bypass gástrico hace 8 años y osteosíntesis de peroné hace 11 años, consulta el 29 de marzo de 2020 por un cuadro clínico de 1 semana de evolución consistente en sensación de disnea con nexo epidemiológico positivo para COVID-19. Niega otros antecedentes médicos de relevancia, no fumadora  y  sin  enfermedad  pulmonar  previa.  A  su  ingreso  los  signos  vitales  están  dentro  de  los  parámetros  normales,  y  su  saturación  de  oxígeno  (SatO2)  ambiente  es  mayor  a  95  %.  Se  realizan  paraclínicos,  radiografía  de  tórax  y  gasometría arterial que resultan sin alteraciones, con una prueba rápida de inmunoglobulina (Ig) G e Ig M positiva para SARS-CoV-2, por lo que se consideró como una infección no complicada por COVID-19. Ante la estabilidad  clínica  se  da  egreso  hospitalario  para  manejo  ambulatorio,  medidas  de  aislamiento  con  recomendaciones  y se indican los signos de alarma para volver a consultar. Pasados  3  meses  de  la  infección  por  COVID-19  la  paciente  consulta  nuevamente  a  la  institución  por  un  cuadro  de  dolor  torácico  tipo  pleurítico  derecho  de  inicio  súbito,  asociado  con  el  aumento  de  la  disnea  y  un  deterioro  de  la  clase  funcional.  Los  signos  vitales  se  encuentran  sin  alteraciones:  presión  arterial  (PA)  de  116/74 mm Hg, frecuencia cardíaca (FC) de 82 latidos por minuto (lpm), frecuencia respiratoria (FR) de 16 respiraciones por minuto (rpm), SatO2 97 % ambiente, afebril, Escala de Coma de Glasgow de 15/15. Al examen físico se encontró un buen patrón respiratorio, sin signos de dificultad respiratoria ni signos clínicos de insuficiencia cardíaca o ingurgitación yugular; en la auscultación cardiopulmonar  se  encontró  una  disminución  del  murmullo  vesicular  en  la  base  pulmonar  derecha,  con  una  percusión  resonante  sin  agregados  pulmonares.  No  se  encontraron  signos  de  trombosis  venosa  profunda.  En  los paraclínicos no se encontró leucocitosis, neutrofilia,  anemia  ni  trombocitopenia,  las  funciones  hepática  y renal conservadas, sin alteraciones hidroelectrolíticas y  gasometría  arterial  sin  trastornos  de  la  oxigenación.  Además,  se  le  realiza  una  serología  institucional  RT-PCR para SARS-CoV-2, la cual fue negativa. Se  indica  una  tomografía  de  tórax  de  alta  resolución, donde se aprecia una gran bulla basal derecha de 99 mm3 de paredes muy finas, sin ruptura ni signos de sobreinfección  (Figura  1).  Es  de  resaltar  que  la  paciente tiene una radiografía de tórax previa, la cual no evidencia la presencia de esta lesión pulmonar (Figura  2). Ante los hallazgos tomográficos se hospitaliza a  la  paciente  en  la  sala  general  y  se  realizan  estudios  complementarios para evaluar la etiología y los diagnósticos  diferenciales.  En  la  espirometría  se  encontró  un patrón restrictivo leve, el ecocardiograma transtorácico no mostró signos indirectos de tromboembolismo pulmonar ni alteraciones en las cavidades derechas, y una fracción de eyección preservada del ventrículo izquierdo (FEVI) de 65 %. La paciente persiste sintomática, por lo que es valorada  por  el  área  de  cirugía  de  tórax,  donde  se  considera  que  cumple  los  criterios  para  la  realización  de  una  cirugía  debido  a  la  presencia  de  una  compresión  del  parénquima  pulmonar  sano  y  un  compromiso  de  más de un tercio del hemitórax derecho; por tanto, se programa  para  la  resección  de  las  bullas  pulmonares  por videotoracoscopia más pleurectomía parietal por la misma vía. El procedimiento quirúrgico se realiza sin complicaciones, y se traslada a la paciente a la unidad de cuidados intensivos (UCI) en el posoperatorio, con evolución satisfactoria. El drenaje torácico no presentó escape de aire y el débito de líquido fue bajo; la radiografía de tórax de control mostró una expansión pulmonar completa sin cámaras de neumotórax ni hidrotórax (Figura 3), por lo que se retiró el tubo de tórax y se le dio el alta hospitalaria. En las consultas de seguimiento refiere una mejoría de los síntomas respiratorios con buena  capacidad  funcional,  y  no  ha  presentado  complicaciones ni reincidencia de los síntomas iniciales

José Antonio Rodríguez Blanco1, Jesús Daniel Rodríguez Blanco2, Jonathan José Rodríguez Blanco3, María Cristina Martínez Ávila4, María Camila Acuña Caballero5, Carlos Emilio Remolina1

¹Médico  especialista  en  Cirugía  y  Fellow  en  Cirugía  de  Tórax,  Clínica  Gestión Salud IPS. Cartagena, Colombia.

2Médico,   Universidad   del   Sinú,   sede   Cartagena. Unidad de Cuidados Intensivos, Nuevo Hospital Bocagrande. Cartagena, Colombia.

3Médico  especialista  en  Anestesiología,  Unidad  de  Cuidados  Intensivos,  Nuevo  Hospital   Bocagrande.   Cartagena,   Colombia.

4Médico  especialista  en  Epidemiología  Clínica, Unidad de Cuidados Intensivos, Nuevo Hospital Bocagrande. Cartagena, Colombia.

5Médico,   Universidad   del   Sinú,   sede   Cartagena.  Unidad  de  Cuidados  Intensivos,  CMI  Internacional.  Barranquilla,  Colombia

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https://revistas.asoneumocito.org/index.php/rcneumologia/article/view/536/459