Abscesos prostáticos y manejo con resección transuretral de próstata
Resumen
Los abscesos prostáticos son una rara entidad que se presenta en pacientes con factores predisponentes. En este estudio se revisará el conocimiento actual acerca de esa patología y se presentará una serie de 6 casos, en que se analizan los factores de riesgo, características de cada paciente y los resultados del manejo con resección transuretral, como terapéutica basada en la actual evidencia.
Introducción
El absceso prostático es una entidad poco prevalente que se presenta entre la quinta y sexta década de la vida como consecuencia de la infección prostática. La incidencia es 0,5% de todas las enfermedades prostáticas.[1] La mayoría ocurre en pacientes con factores predisponentes como el uso de sonda uretral a permanencia, retención crónica de orina, prostatitis crónica o inmunodeficiencias.[2] Se ha reportado la presencia de absceso prostático secundario a biopsia transrectal de próstata la cual tiene incidencia muy baja. Es una patología seria en la que el retraso en su diagnóstico puede producir sepsis secundaria, ruptura del absceso y drenaje a la fosa isquiorectal, choque séptico y muerte.[3]
Los signos y síntomas del absceso prostático incluyen: retención urinaria aguda, fiebre, disuria, frecuencia, dolor perineal, hematuria, secreción uretral o dolor lumbar, y los hallazgos clásicos al examen físico rectal son: sensibilidad y masa renitente. La prueba de oro para el diagnóstico de esa enfermedad es la ultrasonografía transrectal de próstata, son útiles para evaluar extensión prostática y otros posibles focos la tomografía y la resonancia magnética. Los más comunes agentes etiológicos son la Escherichia coli y Staphylococcus aureus,[2] [3] se han reportado casos de infecciones fúngicas por cándida sp y en el pasado, durante la era preantibiótica, se tenía como uno de los agentes etiológicos principales Neisseria gonorrhoeae.
Se ha identificado una variante poco frecuente de la enfermedad conocida como absceso prostático enfisematoso, descrita por primera vez por Mariani y colaboradores en 1983, la cual se define y diagnostica con estudios imagenológicos. Las infecciones urinarias formadoras de gas son altamente mortales, con tasas de letalidad entre el 70% y el 90%, que para el caso específico del absceso prostático enfisematoso llega hasta un 25%.[4]
El tratamiento consiste en administrar antibióticos en altas dosis y el drenaje del absceso, el cual puede ser punción perineal, resección transuretral o aspiración con aguja guiada por ecografía transrectal. Algunas series de casos y estudios comparativos reportan su experiencia con una u otra técnica mostrando sus riesgos y beneficios, siendo en general la mejor opción, la resección transuretral, mostrando una disminución en las tasas de recurrencia, días de estancia hospitalaria y mortalidad.[5] [6]
W Bacaret
1 Departamento de Urología, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia
A Puentes
1 Departamento de Urología, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia
S Rodríguez
1 Departamento de Urología, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia
H Corredor
1 Departamento de Urología, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia
C Capera
1 Departamento de Urología, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia
W Donoso
1 Departamento de Urología, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia
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