Alteraciones en el olfato y el gusto asociadas con la infección por SARS-CoV-2: una revisión
- netmd
- 2 de marzo de 2021
- Otorrinolaringología
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RESUMEN
Los sentidos químicos, como el olfato y el gusto, son determinantes en la calidad de vida y el desempeño de algunas labores de la vida diaria, ya que desempeñan un papel fundamental tanto en la rutina como en las relaciones interpersonales. Existen múltiples patologías que alteran estos sentidos, entre estas las enfermedades por infección viral. A través de los últimos meses, se ha demostrado que el virus responsable de la pandemia actual (SARS-CoV-2) puede generar cambios en el olfato y en el gusto secundarios a la infección por este, siendo estas alteraciones, en ocasiones, las primeras manifestaciones. En esta revisión se busca recopilar la información encontrada en la literatura médica y resaltar la importancia de tener en cuenta estas alteraciones al momento de examinar a un paciente y generar una alerta en cuanto a las posibles medidas de aislamiento y/o tratamiento de estos pacientes
Introducción
En diciembre de 2019 apareció la enfermedad por coronavirus denominada COVID-19, originada por el SARS-CoV-2, en la ciudad de Wuhan, China. Esta se diseminó rápidamente por dicho país causando diferentes síntomas, principalmente respiratorios (1). Los coronavirus hacen parte de una gran familia de virus —que causa un amplio espectro de enfermedades—, entre los que se encuentra el SARS-CoV-2, un virus ARN de cadena única, de 80 a 220 nm de diámetro, el cual cuenta con una cápside con espículas, que al microscopio da la imagen de una corona, de ahí su nombre (2).La evidencia clínica mostró que la transmisión del SARS-CoV-2 es de humano a humano, por vía de gotas y por contacto directo; sobre todo, el contacto con secreciones respiratorias, el cual aumenta en procedimientos que generan aerosoles. También se ha demostrado que el virus puede permanecer de manera viable (horas) en superficies como el acero inoxidable, el vidrio, el cartón y el plástico (3). Al 13 de septiembre de 2020, se cuentan 28 883 504 de contagios y 922 197 muertes en todo el mundo, según lo informa el Coronavirus Resource Center de la Universidad Jhon Hopkins en Estados Unidos (3).El tiempo de incubación para desarrollar la enfermedad por COVID-19 desde la exposición al SARS-CoV-2 es de alrededor de 14 días, aunque la mayoría de los pacientes presenta síntomas luego de 4 a 5 días de la infección (1). Se ha reportado que el tiempo medio en el cual no se detecta el SARS-CoV-2 ARN en las muestras de orofaringe en los pacientes con COVID-19 es de alrededor de 20 días (8-37 días) (4).Dentro de las manifestaciones clínicas de la COVID-19 que se encuentran publicadas en la página del Centers of Disease Control and Prevention (CDC) se encuentran: fiebre, escalofríos, tos, disnea, fatiga, dolor muscular, cefalea, hipogeusia, anosmia o hiposmia reciente, odinofagia, congestión nasal, náuseas, vómito o diarrea (3).
Materiales y métodos
Para entender la relación de la disfunción olfatoria y gustativa con la COVID-19, se realizó una amplia búsqueda de la literatura en las bases de datos que incluyeron Pubmed, Science direct, Google Scholar y páginas de las principales revistas de otorrinolaringología. Los artículos se organizaron a medida que se iba estructurando el trabajo, por medio de una secuencia que pretendía abarcar los aspectos más importantes de la infección por COVID-19 y las alteraciones con el gusto y el olfato.
SARS-CoV-2 y cavidad nasal
El gusto y el olfato son sentidos químicos que contribuyen a la calidad de vida. Las neuronas del olfato se regeneran, pero pueden dañarse de manera irreversible. En la cavidad nasal, las estructuras encargadas del olfato son los cornetes medio y superior, el septo superior y las neuronas olfatorias. En cuanto al gusto, en la cavidad oral encontramos los receptores del gusto a lo largo de la lengua, el paladar y la faringe. Las señales son transportadas por el nervio cuerda del tímpano (dos tercios anteriores de la lengua) y el glosofaríngeo (tercio posterior de la lengua); estas neuronas se reemplazan cada 10 días (5). La alteración del olfato se divide, según el grado de pérdida, en disfunción o alteración en la percepción. Es poco común que se hable de pérdida del gusto sin la alteración del olfato; para el diagnóstico de estas, además de una historia clínica completa en la que se evalúe el tiempo de evolución y los posibles patógenos, se requiere un examen físico en el que se descarten alteraciones o la presencia de masas que puedan bloquear el paso del aire hasta el área olfatoria. Para completar el abordaje es necesario realizar pruebas, que pueden ser electrofísicas o psicofísicas; las primeras se indican en los estudios de investigación, las segundas miden umbrales, pueden realizarse con alcohol o con una prueba de olores, en la que se presentan varias sustancias odoríferas al paciente en diferentes concentraciones (5). En cuanto a la etiología, la disfunción olfatoria se clasifica en tres grandes grupos: conducción, central y neurosensorial, teniendo en cuenta que no son mutuamente excluyentes. Los desórdenes de la conducción se observan en los pacientes con rinitis alérgica, rinosinusitis aguda o crónica, donde la inflamación de la mucosa nasal altera la función olfatoria. La disfunción olfatoria central se observa en los desórdenes del sistema nervioso central, como enfermedades neurodegenerativas y trauma craneoencefálico, en las que se pierde la continuidad de las proyecciones del bulbo olfatorio hacia la mucosa olfatoria en la lámina cribiforme. Por último, la disfunción olfatoria neurosensorial se observa en los pacientes en los que la degeneración del epitelio olfatorio y del nervio ocurre secundario a una infección viral o inducida por fármacos (6, 7).
Liliana Isabel Alfaro-Arias*, Lilian Andrea Ballesteros-Rodríguez*, Mary Eugenia Posada-Álvarez*,
Alejandra Martínez-Estrada**
* Especialista en otorrinolaringología, Universidad Nuestra Señora del Rosario; Bogotá, Colombia.
** Residente de IV año de otorrinolaringología, Universidad Nuestra Señora del Rosario; Bogotá, Colombia
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