Anafilaxia causada por vacunas
- netmd
- 14 de marzo de 2022
- Alergología e Inmunología Clínica
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Resumen
A pesar de la difícil situación que se enfrenta con la actual pandemia de COVID-19, la ciencia ha tenido un desarrollo exponencial. Si bien la inmunización contra esa enfermedad ha sido posible gracias a ello, desafortunadamente se ha acompañado de desinformación y mitos en torno a su fabricación y reacciones adversas. Por tal razón, es importante revisar una de las reacciones adversas a vacunas más temidas para el personal de salud y la población general, la anafilaxia. La anafilaxia se define como una reacción alérgica aguda y sistémica que puede poner en riesgo la vida; se asocia con distintos mecanismos inmunológicos, factores desencadenantes y manifestaciones clínicas. Su diagnóstico puede ser confuso, por lo que se han establecido diferentes criterios. Todas las inmunizaciones tienen el potencial de desencadenar anafilaxia, aunque este evento es poco frecuente. Respecto de las vacunas contra el coronavirus SARS-CoV-2, en Estados Unidos se ha reportado una tasa de anafilaxia de 1:200 000 para la vacuna Pfizer-BioNTech, y de 1:360 000 para la vacuna de Moderna. Al igual que un fármaco, las vacunas pueden presentar efectos adversos mediados por mecanismos de hipersensibilidad, pero a diferencia de lo que sucede con los medicamentos, el principio activo rara vez es el responsable; es más frecuente que las reacciones indeseadas se deban a los excipientes. La sospecha de una anafilaxia secundaria a su aplicación obliga a una oportuna referencia y a un correcto diagnóstico, tanto para el beneficio del paciente como para mejorar el perfil de seguridad de la vacuna.
Introducción
La vacunación es uno de los programas más seguros y efectivos para la salud pública. Su éxito ha sido tal que varias de las enfermedades que previenen son poco conocidas por el personal de salud. La actual pandemia de COVID-19 nos ha recordado la importancia de continuar la investigación sobre este tema; y si bien la cobertura mundial ha sido unos de los problemas más críticos, la reticencia a la inmunización es un desafío creciente en el que intervienen factores como la experiencia con los servicios de salud, los antecedentes familiares, la confianza en la ciencia y las autoridades competentes, así como las redes sociales para rechazar y demorar la aplicación de una vacuna.1La percepción sobre la seguridad de las inmunizaciones es otro cofactor involucrado; de hecho, Ruiter et al. demostraron que una mayor apreciación de los riesgos que de los beneficios favorece el rechazo a esta intervención.2 Por tal motivo, esta revisión tiene como objetivo recordar a los mé-dicos que las vacunas tienen efectos adversos, como cual-quier otro medicamento; y en efecto, estos pueden ser me-diados por un mecanismo de hipersensibilidad. Asimismo, se ahonda en su correcta clasificación y su abordaje diagnóstico. Afortunadamente la anafilaxia es un evento muy raro tras la vacunación, por lo cual los beneficios de protección contra una enfermedad mortal sobrepasan abismalmente a los riesgos de esta. En el caso de las vacunas para el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, se ha reportado en Estados Unidos una tasa de anafilaxia de 1:200 000 para la vacuna Pfizer-BioNTech, y de 1:360 000 para la vacuna de Moderna.3
Definiciones de anafilaxia y anafilaxia inducida por vacunas
La anafilaxia es una reacción alérgica aguda y sistémica que puede poner en riesgo la vida y se asocia con distintos mecanismos inmunológicos, factores desencadenantes y manifestaciones clínicas. Es precisamente por esta variabilidad que se han establecido criterios, los cuales permiten diagnosticarla cuando se cumple al menos uno de tres escenarios.4 (Cuadro 1).Sin embargo, desde el punto de vista operativo, y con el objetivo de establecer una referencia para los estudios de seguridad de vacunas, The Brighton Collaboration Allergic Reactions Working Group elaboró una definición que asigna tres grados de certeza, dependiendo de la combinación de criterios mayores y menores, siendo el nivel 1 el caso con la mayor certeza diagnóstica y el nivel 3 el caso con la menor certeza diagnóstica (Cuadro 2). Para mantener una especificidad suficiente, el involucro de dos o más sistemas orgánicos es indispensable en cualquier nivel de la definición, y siempre debe incluir a los sistemas cardiovascular o respiratorio. Este trabajo constituye el estándar de oro en lo que concierne a los casos de anafilaxia posteriores a la inmunización.5La World Allergy Organization también propuso una definición muy amplia.6 Por su parte, el National Institute of Allergy and Infectious Disease/Food Allergy and Anaphylaxis Network elaboró una definición operacional más específica, aunque empleada principalmente para la evaluación clínica de los pacientes.7
Pablo Perea-Valle
Carlos Julio Delgado-Aguirre
Belkis Grindeli Villafuerte-Domínguez
Blanca Estela Del Río-Navarro
Secretaría de Salud, Hospital Infantil de México Federico Gómez, Departamento de Alergia e Inmunología Clínica, Ciudad de México
Para descargar la investigación completa haga clik a continuación:
https://revistaalergia.mx/ojs/index.php/ram/article/view/989/1519