Análisis de factores de riesgo para fractura de cadera en el adulto mayor durante 2012-2019

RESUMEN

La fractura de cadera es una de las principales causas de morbimortalidad en las personas adultas mayores y representa un reto de salud pública. También existe un aumento de la población adulta mayor y por ende la incidencia de fractura de cadera también ha aumentado y afecta a millones de personas en todo el planeta. La población que sufre fractura de cadera, suele presentar otras patologías asociadas, generando deterioro funcional e incapacidad en actividades básicas e instrumentales de la vida diaria. A pesar de que esta población recibe atención por parte de personal de salud que se encuentra entrenado y capacitado la incidencia de fractura de cadera va en aumento. Esta investigación desea demostrar la relación directa que existe entre distintos factores de riesgo modificables y no modificables presentes en el adulto mayor y la predisposición al desarrollo de fractura de cadera. La enfermedad de Parkinson, el delirio en el mes anterior, el bajo peso (índice de masa corporal <22), nivel de 25OHD sérico <30nmol/L y edad la avanzada están asociados de forma independiente con un mayor riesgo para fractura de cadera en el adulto mayor. La hemoglobina y los niveles séricos de DHEAS se relaciona significativamente con el riesgo de fractura de cadera de forma no lineal.

INTRODUCCIÓN

Hoy en día la fractura de cadera se ha convertido una de las principales causas de morbimortalidad en las personas adultas mayores representando un reto de salud pública en el mundo, debido a su frecuencia, alto costo económico y social. Durante los años 90 se informaron 1,3 millones de casos a nivel mundial, para el año 2050 se estima que lleguen a ocurrir entre 7 y 21 millones de casos (1).

Según la Organización Mundial de la Salud (2018) actualmente, la mayor parte de la población tiene una esperanza de vida igual o superior a los 60 años y se espera para 2050 que la población mundial llegue a los 2000 millones, siendo el  aumento de 900 millones con respecto a 2015 (2). Además aumenta rápidamente el envejecimiento de la población en todo el mundo y al día de hoy, hay 125 millones de personas con 80 años y para 2050 se espera  434 millones de personas en este grupo (2).

El envejecimiento poblacional es un hecho constatado, siendo muy superior en la última década; a principios del siglo veinte las personas mayores de 60 años no superaban el 1% de la población se calcula que esta proporción se incrementará en un 50% durante este siglo, resultando por tanto en un incremento sustancial de la demanda sanitaria, ya muy patente en nuestros días (2).

A nivel nacional a pesar del Seguro Social Costarricense, un sistema estatal de atención médica que cubre el 92% de la población, Costa Rica recientemente alcanzó el índice de expectativa de vida más alto de América Latina. La población actual de Costa Rica es de 4,6 millones de habitantes y se estima que para el año 2050 la población total alcanzará 6,1 millones de habitantes, de los cuales el 41% (2,5 millones) tendrá 50 años o más y el 15% (900.000) tendrá 70 años o más (7).

Queda claro que, la población adulta mayor está aumentando y por ende la incidencia de fractura de cadera, la cual afecta a millones de personas en todo el planeta, implicando no solo consecuencias para los pacientes sino también afectación a nivel familiar, social y económico.

La fractura de cadera es la causa más común de hospitalización en los servicios de urgencias de ortopedia acarreando problemas que van más allá del daño ortopédico sino que tiene repercusión en áreas multidisciplinares de la atención en salud. Este padecimiento en el paciente anciano pueden prevenirse en la medida en que se eviten las caídas y se mejore la calidad ósea (3).

La población que sufre fractura de cadera, suele asociar otras patologías como por ejemplo enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus, demencia, enfermedades respiratorias, déficits sensoriales. Esto genera un deterioro funcional y una incapacidad, tanto para deambular como para realizar las actividades de la vida diaria, desde las básicas hasta las instrumentales, llevando al paciente a convertirse en parcialmente dependiente o incluso totalmente dependiente. Esta situación puede durar desde meses hasta años, de ahí la importancia de una buena rehabilitación para la recuperación  funcional en la medida de lo posible (4).

A pesar de que esta población recibe atención por personal entrenado y capacitado para educar y realizar una evaluación eficaz en busca de factores de riesgo, la incidencia de fractura de cadera va en aumento. ¿Dónde está el problema, que determina el aumento? ¿Es en la práctica médica, que no está enfocada a brindar una atención educativa y preventiva? o ¿es en la población, que descuida la información que recibe respecto a los distintos factores que lo pueden predisponer a patología sin mejorar sus estilos de vida?

Por ello, el tratamiento, manejo eficaz, multidisciplinar en este numeroso y frágil grupo de población, se ha convertido en un desafiante objetivo de las instituciones y profesionales sanitarios de hoy en día. Estos datos nos muestran la importancia de conocer los factores de riesgo modificables y no modificables que puede presentar un adulto mayor que lo haga más propenso a desarrollar fractura de cadera.

Dr. Luis Mariano Benavides Arguedas. Costa Rica

Dra. Keyleen Priscilla Vega Acuña. Costa Rica

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