Análisis lingüístico clínico de las alteraciones fonológicas en el niño: un estudio de caso

RESUMEN

En los últimos años, dentro del ámbito clínico se ha pugnado por la integración de un marco teórico inter/multidisciplinar que permita explicar de forma integral las alteraciones del lenguaje. Esto adquiere mayor relevancia cuando se proponen categorías diagnósticas que se limitan a describir el daño y no a explicar las causas subyacentes. Así, los objetivos de este trabajo son: (1) identificar los factores neurofisiológicos y neuropsicológicos alterados, a partir de la perspectiva neuropsicológica de Luria, en un niño con problemas de lenguaje y (2) realizar un análisis lingüístico de los errores fonológicos para determinar la relación existente entre ambos elementos. El método que se siguió fue un estudio de caso –de tipo descriptivo– donde se realizó un análisis cualitativo de los déficits fonológicos del paciente. Los resultados muestran que el niño presentaba un amplio rango de alteraciones fonológicas: asimilación, sustitución, omisión e inserción, todos ellos relacionados con el mecanismo de análisis y síntesis cinestésico y la organización secuencial de movimientos y acciones. Estos resultados sugieren que existe una relación entre los factores neuropsicológicos alterados y el tipo de error fonológico presentado. Se propone aquí, que los déficits del lenguaje pueden explicarse en mayor medida si se considera un enfoque neuropsicológico y lingüístico. Finalmente, la inclusión de la lingüística al campo clínico fonoaudiológico permitiría explicar los fenómenos observados de manera más integral.

Introducción

En los últimos años, dentro del ámbito clínico, se ha pugnado por la consolidación de un marco teórico interdisciplinario que permita abordar el estudio de las patologías del lenguaje de manera integral. En este sentido,  se  puede  considerar  que  los  primeros intentos  para  desarrollar  un  marco  teórico  de  esta naturaleza se remontan a Luria y Jakobson, quienes abogaron  por  un  análisis  estructural  de  los  déficits lingüísticos en el ámbito clínico. Actualmente, a pesar de  que  el  valor  de  los  estudios  inter  y/o multidisciplinares no está en duda, aún sigue estando pendiente  la  consolidación  de  un  marco  teórico neuropsicológico-lingüístico que pueda coadyuvar a la investigación clínica de las alteraciones del lenguaje. Con todo, es necesario reconocer que cada vez es más frecuente   y   sistemática   la   aparición   de investigaciones  clínicas sistemáticas que  apelan  al análisis  meramente  estructural  de  algún  fenómeno lingüístico. Ello ha  permitido  concluir  que  “[de]  la naturaleza lingüística de los trastornos del lenguaje […] se deduce que el comportamiento patológico es sistemático y de que en él se verifican ciertas hipótesis […] Esta naturaleza lingüística de las manifestaciones patológicas opone la sistematicidad al azar”(Marcos-Ortega, 1996, p. 164).En este contexto, la perspectiva neuropsicológica luriana –en gran parte basada en la noción de sistema funcional complejo(Anojin, 1987)–supone un cambio sustancial en la forma de abordar las dificultades del lenguaje, ya que permite considerar que éste, como cualquier función psicológica, está integrado por una serie  de  mecanismos  subyacentes  que  soportan  las distintas operaciones de la actividad humana. Desde esta perspectiva, el trabajo del neuropsicólogo está dirigido –en primera instancia–a la cualificación del defecto  primario  y  al  análisis  de  sus  mecanismos subyacentes(Quintanar-Rojas  &  Solovieva,  2008; Solovieva,  Torrado,  Maravilla,  &  Rivas,  2017).  Lo anterior brinda –según Luria  (1958)–tres  ventajas fundamentales: (i) contribuye a una mayor exactitud en  el  diagnóstico,  (ii)  permite  diferenciar  entre condiciones que pueden ser similares externamente, pero  que  son  esencialmente  distintas,  y  (iii) proporciona  las  bases  científicas  y  metodológicas adecuadas  para  generar  métodos  y  vías  de  trabajo correctivo sistemático. Así, para Luria & Yudovich (1978), en el curso del desarrollo, afirman  que las  formas  complejas  de actividad se van integrando a nivel cerebral a partir de la  operación  conjunta  de  múltiples  secciones corticales que aseguran su correcto funcionamiento. Así,  para  la  realización  de  una  tarea  específica,  se conforma   un   conjunto   de   zonas   altamente especializadas,  que  se  encuentran  anatómicamente distantes entre sí, que se unen funcionalmente para dar soporte a una función determinada(Luria, 1979; Quintanar-Rojas  &  Solovieva,  2008).  El  trabajo específico  que  realiza  cada  una  de  dichas  zonas es denominado  factor  o  mecanismo  psicofisiológico(Akhutina, 2008; Xomskaya, 2002a, 2002b). En el caso del lenguaje, lo relevante es que, si se presenta algún daño  o  alteración  neurológica,  se  verá  afectado  un factor  psicofisiológico  lo  que,  a  su  vez,  provocará algún  déficit  en  uno  de  los  niveles  del  lenguaje.  El análisis  desde  esta  perspectiva  se  ha  mostrado altamente  eficiente  pues  se  abandona  el  uso  de términos como disfasia, dislalia, dislexia, disgrafía o retardo del lenguaje (Ardila, Rosselli, & Matute, 2005;

Andrés Casadiego

Josaphat Guillén

Yulia Solovieva

Machinskaya Regina

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

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