Anatomía del codo para el cirujano artroscopista

Resumen: 

Debido a sus características, el codo es una articulación especialmente exigente a la hora de realizar artroscopia y se debe conocer la anatomía ósea de las 3 articulaciones que forman el codo, de sus ligamentos y músculos, así como de las estructuras vasculonerviosas que lo envuelven para evitar lesiones iatrogénicas.

Es esencial también conocer la anatomía normal del interior de la articulación para una exploración artroscópica efectiva, que permita un correcto diagnóstico y tratamiento de las lesiones.

Este artículo hace un repaso en profundidad de los aspectos anatómicos más relevantes y de la anatomía artroscópica del codo.

Introducción

La articulación del codo presenta algunas características que la hacen particularmente exigente para la práctica de técnicas artroscópicas. En primer lugar, es una articulación muy constreñida, lo cual dificulta su evaluación artroscópica; por otro lado, existen numerosas estructuras vasculonerviosas que la atraviesan y los portales artroscópicos se ubican en la proximidad de estas. Debido a esto, antes de comenzar a realizar una artroscopia de codo es fundamental conocer su anatomía.

El objetivo de este texto es describir y resumir los aspectos fundamentales de la anatomía de la articulación del codo, focalizando y destacando lo más relevante en el contexto de la artroscopia de esta articulación. Además, se realiza una síntesis de la anatomía artroscópica normal y de los hallazgos patológicos más relevantes, que permita ayudar a familiarizarse con las principales imágenes que se pueden apreciar dentro de la articulación.

Anatomía del codo

Estructuras óseas y superficies articulares del codo

El complejo articular del codo (Figura 1) está formado por 3 articulaciones distintas: la articulación cúbito-humeral, de tipo bisagra, que permite la flexo-extensión; la articulación radio-humeral, una diartrosis de tipo condílea, que permite la rotación axial o pivotación y la flexo-extensión; y la radiocubital proximal, en la que la cabeza del radio se aloja en la fosa radial del cúbito y se ve rodeada por el ligamento anular, que es una articulación de tipo trocoide y permite la prono-supinación.

En la cara lateral del codo las estructuras óseas más relevantes son el epicóndilo lateral y la cabeza del radio. La superficie articular está formada por el capitellum del húmero distal, de forma casi esférica y recubierto de cartílago hialino, y la cabeza del radio, de forma esférica con una concavidad central. Proximal y anterior al capitellum se encuentra la fosa radial, que alberga la cúpula radial en los últimos grados de flexión.

En el lado medial, la superficie articular está formada por la epitróclea y la tróclea del húmero, con forma de polea, y por la escotadura troclear del cúbito. Proximal a la tróclea en el húmero se encuentran la fosa coronoidea y la fosa olecraniana, anterior y posterior, respectivamente. La fosa coronoidea alberga a la apófisis coronoides en los últimos grados de flexión y la fosa olecraniana al olécranon en los últimos grados de extensión(1).

Es importante tener en cuenta que las superficies articulares del húmero distal no se encuentran en línea con la diáfisis del húmero. Los cóndilos humerales presentan una anteversión de 30° con respecto a la diáfisis humeral(2).

La articulación cúbito-humeral tiene un alto nivel de congruencia articular que le atribuye cierto grado de estabilidad intrínseca, aunque precisa de estructuras ligamentosas potentes. Las estructuras óseas húmero-cubitales son estabilizadores primarios estáticos del codo y se necesita conservar al menos un 30% del olécranon y un 50% de la apófisis coronoides para mantener la estabilidad del codo. Con el codo en extensión, las superficies articulares aportan aproximadamente el 55% de la estabilidad en varo y el 30% de la estabilidad en valgo. Con el codo en flexión de 90°, aportan el 75% de la estabilidad en varo y el 35% de la estabilidad en valgo. La articulación radio-humeral tiene un papel más limitado, ya que es solo un estabilizador secundario en valgo, aunque toma preeminencia si las estructuras ligamentosas mediales están lesionadas.

La cápsula engloba las 3 articulaciones del codo en un solo complejo capsular. Presenta un grosor significativo y más o menos uniforme salvo por los ligamentos, que se definen como engrosamientos capsulares especializados formando los complejos ligamentosos medial y lateral. La cápsula articular es, en sí misma, un estabilizador relevante del codo, en particular en extensión. En esa posición, la cápsula articular es responsable del 70% de la contención a la distracción de la articulación, además del 30% de la estabilidad en varo y del 40% en valgo.

El complejo ligamentoso medial está compuesto por 3 fascículos: anterior, posterior y transverso (o ligamento de Cooper). El haz anterior es biomecánicamente el más importante, actúa principalmente en extensión y es responsable del 30% de la estabilidad del codo en valgo. El haz posterior toma relevancia con el codo en flexión, aportando el 55% de la estabilidad en valgo en dicha posición; también se encarga de estabilizar el codo ante las maniobras de distracción.

El complejo ligamentoso lateral está compuesto por 4 estructuras ligamentosas: el ligamento colateral radial, que comienza en el epicóndilo y llega al ligamento anular del radio; el ligamento colateral radial accesorio, a veces ausente, se origina en el tubérculo supinador del cúbito y se inserta en el ligamento anular del radio; el ligamento colateral cubital lateral, que va del epicóndilo humeral al tubérculo de la cresta supinadora del cúbito; y el ligamento anular del radio, unido por sus extremos a los márgenes anterior y posterior de la fosita radial del cúbito, junto con lo que forma la superficie articular que rodea la cabeza y el cuello del radio. El ligamento colateral radial se mantiene tenso en todos los arcos de movimiento. El ligamento anular presenta una función dual: la parte anterior se tensa en supinación y la posterior en pronación. El ligamento colateral radial accesorio refuerza, cuando está presente, la estabilidad en varo. El ligamento colateral cubital lateral es el estabilizador lateral principal, manteniéndose en tensión en todo el rango de flexo-extensión. Todo el complejo actúa como un potente estabilizador estático primario del codo. En extensión, soporta el 15% de la estabilidad en varo, mientras que en flexión soporta el 10% de la estabilidad en varo.

Andrea Paniagua González

Unidad de Hombro y Codo. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid

Jorge Díaz Heredia

Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid

Santos Moros Marco

Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital MAZ. Zaragoza

José Luis Ávila Lafuente

Unidad de Cirugía de Hombro y Codo. Servicio de Traumatología. Hospital MAZ. Zaragoza

Miguel García Navlet

Sección de Traumatología, Unidad de patología de hombro y codo, Hospital ASEPEYO, Coslada, Madrid, España

Miguel Angel Ruiz Ibán

Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid

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