Asociación de diabetes tipo 1 y enfermedad celíaca

La evaluación de las señales tempranas de ambas afecciones se debería hacer al nacer

Los padres de los niños pequeños con diabetes tipo 1 deben estar atentos a los síntomas de otra afección autoinmune: la enfermedad celíaca, sugiere una investigación reciente.

El estudio encontró que estos niños parecen enfrentarse a un riesgo casi triple de desarrollar autoanticuerpos de la enfermedad celíaca, que finalmente puede llevar a que se produzca el trastorno.

“La diabetes tipo 1 y la enfermedad celíaca están relacionadas de cerca genéticamente”, explicó el autor del estudio, el Dr. William Hagopian.

“Las personas con una de las enfermedades tienden a tener la otra. Se debería evaluar a las personas con autoanticuerpos de la diabetes tipo 1 por si tienen autoanticuerpos de la enfermedad celíaca”, dijo Hagopian, que dirige el programa de diabetes del Instituto de Investigación del Noroeste del Pacífico de Seattle.

La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error a las células que producen insulina en el páncreas, según la Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association). La insulina es una hormona que ayuda a que el azúcar de los alimentos entre en las células del cuerpo para ser usada como energía. Dado que el ataque autoinmune deja a las personas con diabetes tipo 1 sin la suficiente insulina, deben reemplazar la insulina perdida mediante inyecciones o con una bomba de insulina con un tubo que se inserta temporalmente debajo de la piel.

La enfermedad celiaca es una enfermedad autoinmune que provoca que el sistema inmunitario ataque al revestimiento del intestino delgado cuando se consume el gluten, según la Celiac Disease Foundation. El gluten es una proteína que se encuentra en el trigo. Los síntomas de la enfermedad celíaca incluyen dolor e hinchazón de estómago, diarrea, vómitos, estreñimiento, pérdida de peso, fatiga y un retraso en el crecimiento y la pubertad.

El Dr. James Grendell, jefe de la división de gastroenterología del Hospital de Winthrop de la NYU, en Mineola, Nueva York, explicó la razón por la que saber con antelación que se está desarrollando la enfermedad celíaca puede ser útil.

“Un diagnóstico temprano de la enfermedad celíaca es importante para iniciar el tratamiento con una dieta libre de gluten a fin de prevenir las complicaciones, sobre todo el retraso del crecimiento en los niños”, dijo.

“Otras complicaciones significativas incluyen la anemia por deficiencia de hierro, la osteoporosis y una forma de erupción cutánea. Complicaciones menos habituales, pero que pueden ser letales, son el linfoma y el carcinoma del intestino delgado”, añadió Grendell.

El tratamiento para la enfermedad es evitar comer o beber cualquier cosa que contenga gluten.

Según Hagopian, “la enfermedad celíaca es aproximadamente tres veces más habitual en la población general que la diabetes tipo 1”.

La investigación anterior ha detectado la ocurrencia simultánea de la diabetes tipo 1 y la enfermedad celíaca en entre un 5 y un 8 por ciento de los casos, afirmaron los autores del estudio.

Para tener una mejor idea de cuándo empiezan a producirse juntas estas enfermedades, además de qué podría estar desencadenándolas, los investigadores observaron los datos de un estudio prospectivo de niños con un riesgo genético alto de desarrollar la diabetes tipo 1. El objetivo principal del estudio fue encontrar las causas ambientales de la diabetes tipo 1.

La investigación incluyó a casi 6,000 jóvenes de 6 centros médicos de EE. UU. y europeos. Todos los participantes realizaron la prueba necesaria de autoanticuerpos. El periodo de seguimiento medio fue de 66 meses (5.5 años), según el estudio.

En 367 jóvenes se encontraron autoanticuerpos asociados con la diabetes tipo 1, según el informe. En 808 jóvenes se encontraron autoanticuerpos asociados con la enfermedad celíaca. Se encontraron autoanticuerpos asociados con ambas afecciones en 90 niños.

Los autoanticuerpos de la diabetes tipo 1 normalmente aparecieron antes que los de la enfermedad celíaca, indicaron los autores del estudio.

Eso no significa necesariamente que la diabetes tipo 1 provocara el desarrollo de los autoanticuerpos celíacos, dijo la Dra. Christine Ferrara, profesora asistente adjunta en la Universidad de California de San Francisco. Ferrara fue coautora de un editorial que acompañaba al estudio.

“Los resultados de este estudio demuestran que hay una asociación, pero no establecen una relación causal”, señaló Ferrara.

Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 10 de octubre de la revista Pediatrics.

Hagopian dijo que es posible que la diabetes tipo 1 de algún modo desencadene la enfermedad celíaca. Pero también podría ser un factor ambiental solapado que inicia el proceso de la enfermedad en ambos casos, añadió.

Ferrara explicó que “las personas deben reconocer que la regulación del sistema inmunitario subyace a muchos procesos de enfermedad”.

Hagopian dijo que es importante indicar que el estudio solo observó a niños menores de 6 años.

Grendell se mostró de acuerdo con Hagopian en que un diagnóstico de diabetes tipo 1 debería ser una señal de la necesidad de observar la presencia de la enfermedad celíaca.

“La moraleja para el público es que la diabetes mellitus tipo 1 parece ser un factor de riesgo del desarrollo de la enfermedad celíaca y que, como ya se recomienda, los pacientes [normalmente niños] a los que se diagnostica la diabetes mellitus tipo 1 deberían realizar las pruebas de este tipo de enfermedad, que es muy tratable”, dijo.

FUENTES: William Hagopian, M.D., Ph.D., clinical professor, medicine, University of Washington, and director, diabetes program, Pacific Northwest Research Institute, Seattle; Christine Ferrara, M.D., adjunct assistant professor, University of California, San Francisco; James Grendell, M.D., chief, division of gastroenterology, NYU Winthrop Hospital, Mineola, N.Y. ; Oct. 10, 2017, Pediatrics

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