Cáncer de mama, un abordaje multidisciplinar

 

  1. Supervivencia Europa

En los últimos 20 años el estudio EUROCARE ha proporcionado estimaciones sistemáticas y controladas de la población que ha sobrevivido al cáncer en Europa.  Estos estudios han mostrado diferencias de supervivencia entre las distintas  poblaciones. También han demostrado que la supervivencia ha mejorado mucho en los últimos años, aunque el ritmo de mejora ha ido variando.

El último estudio realizado (EUROCARE-5) muestra que, en Europa y teniendo en cuenta la supervivencia de 5 años, la mayoría de los países estuvo bastante cerca de la media europea.

En todo el norte de Europa y los países de Europa central, así como en España, Italia y Portugal, la supervivencia de pacientes diagnosticadas de cáncer de mama fue superior al 80%. En la mayoría de los países de Europa del Este, excepto en República Checa, la supervivencia fue un 10-15% más baja que el resto de Europa. En todas las regiones,   la supervivencia alcanzó su máximo a la edad de 45-54 años y disminuyó a partir de entonces. La supervivencia para todo el continente ha ido aumentando en el tiempo; desde 78% en el periodo de 1999-2001, a 82% para el periodo de 2005 a 2007. Este aumento fue más pronunciado en Europa oriental, Reino Unido e Irlanda (13, 14).

  1. Supervivencia España

La supervivencia de los pacientes con cáncer a nivel poblacional es el principal indicador de la efectividad del sistema asistencial en el control del cáncer. La supervivencia se presenta como la proporción de casos que sobrevive cinco años desde el momento del diagnóstico. Este indicador está muy influenciado por el estadío del cáncer en el momento del diagnóstico y el grado de efectividad de los procedimientos terapéuticos.

La supervivencia relativa a los 5 años estandarizada por edad en España fue de 70%  para las pacientes diagnosticadas a finales de los años 80, en las pacientes del periodo 1995-1999 fue de 80,3%, y en las del periodo 2000-2007 la supervivencia aumentó  hasta un 82,8 %. Esto es debido a la mejora en las pruebas diagnósticas, detección del cáncer en estadíos más tempranos, cribado sistemático poblacional, etc.

  1. Factores de riesgo y factores

La etiología del cáncer de mama es multifactorial. Los factores de riesgo más importantes son la edad (a mayor edad, mayor probabilidad de desarrollar un cáncer de mama), el sexo (una de cada ocho mujeres tiene riesgo de padecer cáncer de mama a lo largo de su vida) y los antecedentes familiares de cáncer de mama.

  • Factores de riesgo

El cáncer de mama es un tumor 100 veces más frecuente en mujeres que en hombres y aumenta exponencialmente con la edad, a mayor edad, mayor riesgo  de padecerlo.  Tiene un fuerte componente genético personal y familiar. Las enfermedades benignas de la mama, el carcinoma de mama previo y el carcinoma de endometrio son factores de riesgo. Los familiares en primer grado con cáncer de mama triplican el  riesgo  de padecer el mismo cáncer. Se estima que el 5-10% de los casos se debe a mutaciones de los genes BRCA-1 y BRAC-2, ambos supresores de tumor localizados en los cromosomas 17 y 13, respectivamente.

Las diferencias geográficas en la incidencia del cáncer de mama están en relación con la dieta y el estilo de vida, especialmente con el consumo de alcohol y grasas. El sobrepeso parece aumentar el riesgo de cáncer de mama en mujeres postmenopáusicas.  Algunos  estudios  epidemiológicos  han  demostrado  que  realizar  una actividad física constante reduce el riesgo de presentar cáncer de mama en mujeres postmenopáusicas.

También la relación entre niveles estrogénicos y el cáncer de mama está claramente establecida. La exposición prolongada a altas concentraciones de estrógenos aumenta el riesgo de padecer este tipo de cáncer. Por tanto, son factores de riesgo la menarquía precoz (antes de los 12 años), menopausia tardía (después de los 55 años) y la nuliparidad.

  • Factores protectores

Entre los factores protectores podemos destacar la multiparidad y un primer embarazo precoz, antes de los 30 años. También son factores protectores el consumo de frutas y vegetales y la actividad física de forma global, con un mayor efecto protector  en mujeres postmenopáusicas.

 

* María Egea Auría. Graduada en Enfermería por la Universidad de Zaragoza. Máster de Gerontología Social. Servicio Aragonés de Salud.

** Patricia García Lucas. Graduada en Enfermería por la Universidad de Zaragoza. Máster de Gerontología Social. Servicio Aragonés de Salud.

*** Silvia Gran Embid. Diplomada en Fisioterapia y Graduada en Enfermería por la Universidad de Zaragoza. Máster de Gerontología Social. Servicio Aragonés de Salud.

**** Gloria Cucalón Leciñena. Graduada en Enfermería por la Universidad de Zaragoza. Servicio Aragonés de Salud.

 

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