Cognición Social: Conceptos y Bases Neurales
- netmd
- 11 de junio de 2020
- Psiquiatría
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RESUMEN
El creciente interés en los mecanismos que determinan el funcionamiento social de los seres humanos ha emergido como un desafío a la hora de obtener un concepto adecuado de cognición social y sus mecanismos relacionados, debido a que diversas patologías neurológicas y psiquiátricas se relacionan con deterioros de estas funciones desde etapas tempranas. Cognición Social se define como la integración de procesos mentales que permiten la interacción entre sujetos, incluyendo fenómenos como el de la Percepción Social, la Teoría de la Mente y la Empatía (o respuesta afectiva a los estados mentales de otros sujetos). En este artículo, como objetivo principal, exponemos los principales conceptos y las bases neurales para facilitar una primera aproximación de quienes busquen una aplicación con poblaciones clínicas.
INTRODUCCIÓN
Distintas habilidades cognitivas se han relacionado al exitoso desarrollo de la interacción social. Este fenómeno se explica por la existencia de mecanismos para seleccionar elementos ambientales que requieren de ciertas reacciones de los sujetos involucrados(1). Ambas nociones dan cuenta de la existencia de componentes tanto cognitivos como conductuales de la interacción social Incluso considerando que la cognición social y la conducta social han estado presentes en eventos relevantes de la historia de la neurología, como el caso de Phineas Gage, su importancia como una fuente independiente de deterioro cognitivo se ha relegado a niveles de atención comparativamente menores. La importancia de la valoración clínica de la cognición social ha sido recientemente reconocida mediante su inclusión en el Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales (DSM-V, por sus siglas en inglés) donde este dominio es considerado como uno de los seis dominios neurocognitivos fundamentales (2,3). Este énfasis emerge de la experiencia en patologías ampliamente estudiadas. Por ejemplo, pacientes con esquizofrenia se excluyen sostenidamente de las actividades de relevancia social, como el trabajo y la interacción con la familia y los amigos (4). Lo anterior ha sido atribuido a un impedimento en la identificación de la inconveniencia de las propias acciones en un entorno social determinado o a una falla en la capacidad de atribuir adecuadamente intencionalidad a los sujetos con los que se interactúa. Estas habilidades están directamente relacionadas con la atrofia de la sustancia gris que corresponde a un fenómeno propio de la anatomía patológica de la enfermedad (5–9). Este ejemplo provee una idea inicial de de la interacción y dependencia entre los procesos cognitivos externa o internamente orientados.
Por otro lado, el compromiso del rendimiento social responde a un evento central en la patogenia y clínica del Trastorno del Espectro Autista. Su definición considera la presencia de un déficit persistente en la interacción social, comunicación y reciprocidad emocional, generando importantes dificultades en el desempeño social y laboral (2). La evidencia disponible sugiere que existiría un desacoplamiento entre distintas regiones cerebrales durante el desarrollo (10). Esto explicaría por qué los pacientes muestran menor rendimiento en pruebas de empatía (11), elemento clínico relevante con estrecha correlación con el compromiso funcional de las redes neuronales involucradas(12). Así también, cuadros clínicos específicos muestran un patrón identificado de compromiso de la cognición social relacionado con cambios estructurales y funcionales propios de cada enfermedad. Esta noción ha sido reforzada por la identificación de redes neuronales que han sido sistemáticamente involucradas en el funcionamiento de subsistemas teóricos de la cognición social (4).
Los ejemplos previamente señalados facilitan el establecimiento de una visión más didáctica de los componentes de la interacción social. En primer lugar, distinguimos que de este dominio participan fenómenos conductuales y cognitivos. La figura 1 muestra una representación esquemática de la cognición social, a pesar de que su naturaleza compleja y dinámica es ampliamente aceptada. En este artículo, por la factibilidad de las mediciones y dada la importancia de su compromiso en el funcionamiento de los individuos a nivel de la sociedad, nos enfocamos en los componentes cognitivos de la cognición social como son la Teoría de la Mente, la Percepción Social y la Empatía.
Figura 1
El objetivo del presente artículo es proveer una Mirada introductoria al concepto de la cognición social y sus subsistemas, también revisando evidencia relativa a sus correlatos neurales.
Ethel Ciampi Diaz3
Javiera Venegas Bustos4
Reinaldo Uribe San Martín3
1Centro Interdisciplinario de Neurociencia, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile
2Escuela de Medicina, Facultad de Medicina y Ciencia, Universidad San Sebastian, Lota 2465, Providencia, Santiago, 7510157, Chile
3Departamento de Neurología, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile
4Residente de Psiquiatría, Facultad de Medicina, Universidad de Chile, Santiago, Chile
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