Comer con inteligencia: la dieta mediterránea podría mantener la demencia a raya

JUEVES, 6 de mayo de 2021 (HealthDay News) — Una dieta rica en verduras, frutas, aceite de oliva y pescado (conocida como la dieta mediterránea) podría proteger al cerebro de la acumulación de placa y del encogimiento, sugiere un nuevo estudio.

Los investigadores de Alemania observaron el vínculo entre la dieta y las proteínas amiloide y tau, que son características del Alzheimer, pero que también se encuentran en los cerebros de las personas sin demencia.

“Estos resultados contribuyen a las evidencias que vinculan a los hábitos alimenticios con la salud del cerebro y el rendimiento cognitivo en la vejez”, comentó el investigador principal, Tommaso Ballarini, investigador postdoctoral del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas, en Bonn.

Comer una dieta estilo mediterráneo podría proteger al cerebro de la neurodegeneración y, por tanto, reducir el riesgo de desarrollar demencia, planteó.

“Pero se necesitan más estudios para validar estos hallazgos y para comprender mejor los mecanismos subyacentes”, dijo Ballarini, dado que este estudio no pudo probar una relación de causa y efecto.

En el estudio, él y sus colaboradores recolectaron datos de más de 500 personas, de las cuales más de 300 tenían un riesgo alto de enfermedad de Alzheimer. Los participantes reportaron sus dietas y se sometieron a pruebas de lenguaje, memoria y función ejecutiva. También se sometieron a escáneres cerebrales, y se tomaron muestras del líquido cefalorraquídeo de más de 200 para evaluar los biomarcadores de la amiloide y la tau.

Tras ajustar por la edad, el sexo y el nivel educativo, los investigadores encontraron que cada punto menos en la escala de la dieta mediterránea se vinculó con casi un año adicional de envejecimiento cerebral, observado en la parte del cerebro que se vincula de cerca con la enfermedad de Alzheimer.

Las personas que no seguían una dieta mediterránea tenían unos niveles más altos de marcadores de amiloide y tau, encontraron los investigadores. Además, las personas que no seguían una dieta mediterránea puntuaron más bajo en las pruebas de memoria que las que sí la seguían.

“En general, una mayor adherencia a una dieta estilo mediterráneo se asoció con la conservación del volumen cerebral en regiones vulnerables a la enfermedad de Alzheimer, menos amiloide y tau anómalas, y un mejor rendimiento en las pruebas de memoria”, señaló Ballarini.

Una limitación del estudio es que las personas reportaron sus propias dietas, lo que podría conducir a errores al recordar qué y cuánto comían, anotaron los investigadores.

Una experta de EE. UU. dijo que la dieta es solo un aspecto del panorama del Alzheimer.

“Seguimos viendo literatura que se centra en la nutrición y la dieta y lo que podrían significar en un momento posterior de la vida”, comentó Heather Snyder, vicepresidenta de relaciones médicas y científicas de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer’s Association).

Sin embargo, la dieta no es el único factor del estilo de vida que podría reducir el riesgo de enfermedad de Alzheimer, apuntó.

“Creo que los datos continúan evolucionando, y demostrando que es probable que las intervenciones de estilo de vida sean beneficiosas para reducir el deterioro cognitivo”, dijo Snyder.

Otros componentes del estilo de vida, como el ejercicio, también son importantes, aseguró. Todavía no está claro cómo la dieta y el ejercicio reducen el riesgo de enfermedad de Alzheimer.

“Creo que la clave es comprender de verdad cuál es la receta, porque es poco probable que se trate de una sola cosa en particular”, señaló Snyder. “Es más probable que lo más beneficioso sea una combinación y la sinergia de esas conductas”.

Snyder anotó que estos mismos factores de estilo de vida ayudan a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular, e incluso de algunos cánceres. “Pero hay una necesidad de diferenciar cómo y qué podría ser lo más beneficioso para cada uno de ellos”, añadió.

“Cuando observamos al Alzheimer y la cognición y el deterioro cognitivo, hemos visto de forma constante que las dietas como la mediterránea se asocian con un riesgo más bajo a una edad más avanzada. Lo que todas tienen en común es que una dieta equilibrada garantiza que el cerebro tenga los nutrientes que necesita”, enfatizó Snyder.

“Creo que lo que sabemos es que lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro, así que coma una dieta equilibrada”, aconsejó. “No hay una sola dieta correcta, así que asegúrese de obtener todos los nutrientes que necesita, pero también haga actividad, muévase y permanezca implicado”.

El informe aparece en la edición en línea del 5 de mayo de la revista Neurology.

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