Cómo trabaja la OMS para detectar el reservorio animal del virus SARS-CoV-2

6 de noviembre de 2020

La introducción de un nuevo virus en los seres humanos es uno de los mayores misterios que un epidemiólogo podría querer desentrañar. 

Algunas de las enfermedades más comunes y mortíferas son causadas por bacterias o virus de origen animal. 

En los últimos decenios, esa tendencia no ha hecho más que aumentar; se estima que el 70% de los patógenos nuevos y reemergentes proceden de animales. 

Esto incluye la gripe aviar, la enfermedad por el virus del Ebola, la gripe, la lepra, la fiebre de Lassa, el MERS-CoV, la rabia, el SRAS, la viruela, la tuberculosis, la enfermedad por el virus de Zika y otras enfermedades bien conocidas. 

De qué manera una enfermedad infecciosa atraviesa la barrera entre el animal y el ser humano es un enigma cuya resolución podría llevar años. 

Sin embargo, para impedir futuras introducciones en la población humana, es esencial comprender cómo comienza una epidemia. 

Desde que se detectó el primer grupo de casos de neumonía atípica en Wuhan (China), la OMS ha estado buscando datos científicos sobre la manera en que el virus que ha trastocado al mundo pasó de los animales a los seres humanos. 

Si bien la prioridad de salud pública era, y sigue siendo, organizar una respuesta eficaz, integral y rápida que permitiera interrumpir la transmisión del virus entre personas y salvar vidas, nuestra capacidad para prevenir y responder a futuras pandemias depende de la identificación de los reservorios naturales y los huéspedes intermediarios del virus SARS-CoV-2, así como de los eventos naturales que ponen al nuevo coronavirus en el escenario mundial. 

El 14 de enero de 2020primera conferencia de la OMS sobre el nuevo coronavirus puso de relieve la importancia de encontrar el reservorio animal. 

En la primera reunión del Comité de Emergencia acerca del nuevo coronavirus, una de las principales cuestiones se refería a la mejor manera de comprender las investigaciones que se realizaban en Wuhan sobre la epidemiología de los primeros casos detectados y el origen de la infección. 

Durante la visita que realizó en enero a China, el Director General planteó directamente al Presidente Xi Jinping la cuestión relativa a la identificación de los orígenes del virus y los huéspedes intermediarios. 

La recomendación para que se declarase una emergencia de salud pública de importancia internacional, formulada por el Comité de Emergencia y aceptada por el Director General el 30 de enero, se refería a los orígenes del virus. 

En una reunión mundial de investigación celebrada por la OMS en febrero se incluyó esta cuestión como un área de investigación prioritaria. 

La OMS y los asociados han mantenido conversaciones con científicos chinos que están realizando estudios en Wuhan, y examinan periódicamente los datos científicos con expertos chinos e internacionales. 

En mayo, la 73.a Asamblea Mundial de la Salud aprobó la resolución WHA73.1, en la que pide a la OMS, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y los países, como parte del enfoque «Una Salud», que identifiquen «el origen zoonótico del virus y la vía de introducción en la población humana, incluida la posible función de huéspedes intermediarios, en particular mediante iniciativas como las misiones científicas y de colaboración sobre el terreno, que permitirán poner en marcha intervenciones selectivas y un programa de investigación para reducir el riesgo de que ocurran eventos similares, así como ofrecer orientaciones sobre la prevención de infecciones por el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo de tipo 2 (SARS-COV2) en animales y seres humanos y prevenir el establecimiento de nuevos reservorios zoonóticos, además de reducir los posibles riesgos de surgimiento y transmisión de enfermedades zoonóticas». 

Esta resolución supone el reconocimiento, por parte de los 194 Estados Miembros, de la importancia de esa labor, y otorga a la OMS el mandato claro de dirigir las actividades en esa esfera. 

En julio, expertos de la OMS viajaron a China para definir la función del equipo internacional de investigación: examinar las posibles fuentes de infección entre los primeros casos notificados en Wuhan en diciembre de 2019, para tratar de identificar los primeros casos humanos mediante estudios serológicos y epidemiológicos, y realizar nuevos estudios relacionados con animales y el medio ambiente. 

Las conclusiones sentarán las bases de estudios a más largo plazo sobre huéspedes intermediarios animales, el origen del virus y la manera en que entra en la población humana. Esta investigación inicial puede dar lugar a trabajos similares en otros países. 

El equipo de investigación, constituido en septiembre, está integrado por científicos de una amplia gama de especialidades y nacionalidades. 

En la actualidad, los científicos están examinando estudios preliminares, elaborando protocolos y materiales de estudio y planificando las actividades en el país. 

La primera reunión virtual del equipo con sus homólogos chinos se celebró el 30 de octubre. 

Como hemos visto en brotes anteriores, podrían ser necesarios muchos años para determinar los orígenes de virus que han pasado de animales a seres humanos. 

Desde la notificación del primer caso humano de MERS-CoV hasta la identificación del huésped intermediario en camellos y dromedarios transcurrió más de un año. 

Habida cuenta de la magnitud y la complejidad de la pandemia de COVID-19, necesitamos una serie constante e integral de investigaciones científicas en China y en otros países para poder identificar los huéspedes intermediarios y los orígenes del virus. 

El éxito de esta rigurosa y meticulosa labor exigirá la confianza y la cooperación de muchos agentes locales, nacionales e internacionales.

https://www.who.int/es/news-room/feature-stories/detail/how-who-is-working-to-

track-down-the-animal-reservoir-of-the-sars-cov-2-virus