Comparación de las Guías Alimentarias en nueve países de las Américas

Resumen

Las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos (GABA) son un instrumento nacional de educación nutricional destinadas a la población general. En el contexto de alta prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles, relacionadas con dietas inadecuadas, buscan contribuir a alcanzar mejores estándares de alimentación. En el contexto americano, de alta prevalencia de sobrepeso y obesidad, las GABA forman parte de un conjunto de políticas gubernamentales para combatir estos problemas. El objetivo de este ensayo fue realizar un análisis comparativo de las GABA en nueve países americanos: Canadá, Chile, Estados Unidos, México, Paraguay, Colombia, Brasil, Uruguay y Argentina. Para la comparación se seleccionaron siete dimensiones generales: política, metodología, participación, mensajes, aspectos socioculturales, aspectos ambientales, y de implementación y evaluación, a partir de las recomendaciones para la elaboración de las GABA de organismos internacionales (FAO-OMS). Los resultados revelaron brechas en las guías de los países estudiados, destacando Brasil como uno de los países que pone mayor atención a la participación y a la incorporación de factores socioculturales en la producción de su documento. Mientras que Chile elude elementos como el género, el acceso y disponibilidad, la diversidad cultural, la sostenibilidad y los entornos alimentarios. Con guías alimentarias que abordan escasamente la propuesta FAO-OMS, es de esperar que en una futura actualización se consideren las dimensiones propuestas en un formato de desarrollo basado en la participación ciudadana, intersectorial y de expertos/as, fortaleciendo los aspectos socioculturales y ambientales.

Introducción

Las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos (GABA) son instrumentos nacionales que brindan recomendaciones sobre alimentación saludable, a través de mensajes e ilustraciones de fácil comprensión para la población. Se basan en principios científicos y deben reflejar la situación nutricional del país. Sus mensajes deben ser concordantes con las recomendaciones alimentario-nutricionales de organismos reconocidos, y adecuarse a las costumbres locales y condiciones socioeconómicas de la población objetivo. Las GABA sirven también, para guiar políticas y programas de salud, nutrición, educación alimentaria, y políticas productivas y económicas, de tal forma que exista concordancia entre ellas (1).

Si bien el acto de comer es uno de los procesos más naturalizados, internalizados y realizados por la humanidad, no es menos cierto que en la actualidad grandes grupos de población se alimentan de forma poco saludable. Los factores que lo determinan son complejos y variados, desde la falta de conocimiento de temas alimentario-nutricionales hasta características de los entornos alimentarios, cada día más obesogénicos (2).

Este panorama se refleja en las cifras de malnutrición por exceso que revelan que a nivel mundial hay casi 2 mil millones de personas con exceso de peso (3), en la región de América Latina y el Caribe (LAC) el 25% de la población sufre obesidad (4) y en Chile el 74% tiene sobrepeso u obesidad (5). Este panorama fue advertido ya en el año 1992, en la Conferencia Internacional sobre Nutrición convocada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), donde se reconoció que las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT) constituían un problema de salud pública que iría en aumento, especialmente en las poblaciones de menores recursos económicos y educacionales, y además se ratificó que las enfermedades cardiovasculares y el cáncer podrían prevenirse o retardarse con cambios en la dieta, reduciendo las grasas saturadas y trans, el sodio y los azúcares, y aumentando el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. En dicha conferencia se reforzó la importancia de la educación alimentaria basada en mensajes para orientar el consumo adecuado de alimentos en toda la población. Tres años después en Chipre (1995), se instituyeron los principales lineamientos para la elaboración de las GABA, lo que fue divulgado en 1998 (1) para que los países iniciaran su desarrollo.

Actualmente, en el mundo más de 100 países cuenta con sus GABA (6). En 2014, OMS y FAO publicaron una revisión de 32 países de Latinoamérica y el Caribe (LAC) que mostró que la mayoría había publicado sus guías alimentarias entre los años 1997 y 2010, entre ellos Chile (7).

Chile fue uno de los países pioneros publicando su primera GABA en el año 1997 en el contexto del Plan Nacional de Promoción de la Salud. En 2005 estas guías se actualizan a propósito de la Estrategia Nacional de Salud 2000-2010. Posteriormente en 2013, al alero del Sistema Elige Vivir Sano, se realiza una nueva actualización y en 2015 se incorporan en la imagen de las guías, elementos de advertencia en relación con el nuevo etiquetado frontal de los alimentos, para desalentar el consumo de productos con sello “alto en energía, azúcares, sodio o grasas saturadas”. A pesar de contar con GABA, el consumo alimentario de la mayoría de la población en Chile se encuentra muy distante de estas guías: la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario, revela que el 95% de la población requiere cambios en su dieta, solo un 15% consume 5 porciones de frutas y verduras al día, menos de un 30% consume la cantidad de agua recomendada, 24% cumple la cantidad de legumbres indicada y sólo 9% la recomendación de pescados (5, 8, 9). En este sentido, la implementación de las GABA no ha tenido éxito en su intento por instalar prácticas alimentarias más saludables.

Entre las razones argumentadas para este fracaso, destaca que la construcción de las guías alimentarias en nuestro país no toma en consideración todos los aspectos indicados por los organismos expertos para que las personas puedan hacer propias estas recomendaciones, entre los que destacan la inclusión de factores sociales, culturales y ambientales.

En este contexto, el presente artículo tuvo como objetivo realizar un análisis comparado de las GABA de países americanos, para profundizar en este territorio al que pertenece Chile, con base en un modelo de dimensiones elaborado a partir de las recomendaciones de FAO-OMS, como aporte para futuras actualizaciones de las guías alimentarias.

Carolina Franch Maggiolo1, Isabel Pemjean Contreras2, Lorena Rodríguez Osiac3, Paula Hernández Hirsch4, Alejandra Ortega Guzmán5

1Departamento de Antropología, Universidad de Chile,

2Doctorado en Salud Pública, Escuela de Salud Pública, Universidad de Chile.

3Escuela de Salud Pública, Universidad de Chile.

4Doctorado en Antropología. Cultural y Social. Lateinamerika-Institut. Freie Universität Berlin Berlín, Alemania.

5Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, Universidad de Chile.

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https://www.alanrevista.org/ediciones/2021/2/art-7/