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Consideraciones anestésicas en pacientes con hidrocefalia que requieren derivación ventriculoperitoneal, artículo de revisión. - NetMD | Hub de salud independiente - Producción y difusión de conocimiento

Consideraciones anestésicas en pacientes con hidrocefalia que requieren derivación ventriculoperitoneal, artículo de revisión.

RESUMEN

La Hidrocefalia es una patología neuroquirúrgica común tanto en adultos como en niños. Se define como la acumulación anormal de líquido cefalorraquídeo (LCR) que puede aumentar la presión intracraneal y consecuentemente generar daño cerebral. El avance de la tecnología con el desarrollo de sistemas de derivación reguladas por válvula han permitido lograr un drenaje seguro y confiable, evitando complicaciones asociadas a la evacuación no regulada. La técnica anestésica utilizada y el manejo del paciente es primordial para obtener buenos resultados. Este artículo tiene como objetivo revisar las implicaciones anestésicas en relación a fisiología cerebral y su correlación en la instalación de sistemas de derivación ventrículo peritoneal.

INTRODUCCIÓN

Nuestro Sistema Nervioso Central se encuentra rodeado de líquido cefalorraquídeo (LCR) que proporciona tanto soporte estructural como nutricional. Este líquido corresponde a un filtrado modificado de la sangre y es producido por las células ependimarias, las cuales se concentran mayoritariamente en los plexos coroideos de los ventrículos(1). Su volumen en el adulto es alrededor de 150 mililitros y presenta una velocidad de producción de 20 ml/hora. Su circulación va desde los ventrículos laterales hacia el tercer ventrículo, luego por el Acueducto de Silvio al cuarto ventrículo y posteriormente al espacio subaracnoideo hasta las vellosidades aracnoidales(2).

La Hidrocefalia es una patología neuroquirúrgica común tanto en adultos como en niños. Se define como la acumulación anormal de líquido cefalorraquídeo (LCR) que puede aumentar la presión intracraneal y consecuentemente generar daño cerebral(3). Su incidencia actual es de 123 casos por 100.000 nacidos vivos, con mayor proporción en países en vía de desarrollo(4). Su etiología va a depender según su alteración en la producción, circulación y reabsorción del LCR. Existen distintas causas como la obstrucción congénita, hemorragias, infecciones, procesos expansivos, alteración en el desarrollo del tubo neural (Mielomeningocele, Malformación Arnold-Chiari)(5).

Los signos y síntomas van a depender de la etiología y el tiempo de evolución. Por ejemplo, en la Hidrocefalia Congénita van a presentar macrocefalia, fontanelas abombadas, diástasis de suturas y Síndrome de Parinaud. En pacientes con Hidrocefalia Adquirida (obstructiva, postinfecciosa o hemorrágica) se observa el Síndrome de Hipertensión Intracra-neal (cefalea, vómitos y somnolencia) con la Tríada de Cushing (hipertensión, bradicardia, patrón respiratorio irregular). El tiempo de instauración agudo, entre otras características, va a diferenciarla de la Hidrocefalia Normotensiva. Esta última corresponde a una patología crónica del adulto con presión intracraneal (PIC) normal (< 18 mmHg)(6). Su tríada clínica clásica es: demencia, ataxia de la marcha e incontinencia urinaria asociada a ventriculomegalia(7).

Tras la sospecha clínica se efectúa la corroboración con apoyo imagenológico. En el caso de los recién nacidos se puede confirmar ventriculomegalia a través de la ecografía cerebral. Ya en niños y adultos se utiliza la tomografía computarizada y la resonancia magnética nuclear.

Desde tiempos de Hipócrates (siglo V a.c) y su Teoría de Humores hubo una errada concepción patológica. Ya a inicios del siglo XX, evolucionó el conocimiento fisiopatológico, por lo que mejoró su diagnóstico y tratamiento. Series de casos indicaban mortalidad de hasta el 53%, mayor en pacientes con Mielomeningocele y/o Malformación de Chiari(8). En 1956 con la introducción del primer sistema de derivación, las tasas de mortalidad cayeron drásticamente al 15%. Además las tasas de morbilidad mejoraron significativamente, donde el 42% de los pacientes presentaban una vida normal después de la cirugía(9).

El avance de la tecnología con el desarrollo de sistemas de derivación reguladas por válvula han permitido lograr un drenaje seguro y confiable, evitando complicaciones asociadas a la evacuación no regulada. Sin embargo, estos dispositivos no están libres de fallas y pueden derivar en una complicación grave. Las complicaciones más frecuentes son: drenaje excesivo, selección inadecuada de la válvula programable, disfunción valvular o infección. Habitualmente la derivación es hacia la cavidad peritoneal. No obstante, existen ubicaciones alternativas como el sistema circulatorio o la cavidad pleural(11).

Si bien la derivación Ventrículo Peritoneal es el tratamiento estándar para pacientes con Hidrocefalia. Recientemente se publicó un metaanálisis que incluía estudios clínicos randomizados respecto al uso de la tercer ventriculostomía endoscópica mínimamente invasiva. El cual indicó menor reporte de infecciones. Aunque no hubo diferencias significativas en mortalidad ni éxito postoperatorio. No obstante, actualmente es una alternativa válida(12).

Federico Geisse M.1

Sofía Yévenes T.2

1 Residente Neurocirugía, Departamento de Especialidades, Universidad de La Frontera

2 Anestesiólogo, Hospital Hernán Henríquez Aravena

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https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-92272024000400348&lng=es&nrm=iso&tlng=es