Dermatoscopia del carcinoma epidermoide: de la queratosis actínica a las formas invasivas
- ComiteNetMD
- 20 de noviembre de 2024
- Dermatología, Oncología Médica
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Resumen
En la evaluación dermatoscópica del carcinoma epidermoide y sus precursores diferenciaremos entre criterios relacionados con la queratina, criterios vasculares y criterios relacionados con el pigmento. Las queratosis actínicas no pigmentadas se caracterizan por el denominado “patrón en fresa”. Las queratosis actínicas pigmentadas presentan un gran solapamiento con el léntigo maligno, pero la presencia de escamas pigmentadas, el eritema y los folículos prominentes favorecen su diagnóstico. La enfermedad de Bowen se caracteriza por la presencia de agregados de vasos glomerulares y escamas blanco-amarillentas, así como por puntos marrones o grises dispuestos en líneas en su variante pigmentada. Por último, la dermatoscopia puede permitirnos la detección del carcinoma epidermoide invasivo en sus fases incipientes y diferenciarlo de sus precursores. Además, este variará en su presentación en función del grado de diferenciación, predominando los criterios asociados a la queratina en tumores bien diferenciados, mientras que en tumores mal diferenciados predominará un patrón vascular atípico.
Introducción
El carcinoma epidermoide (CE) es el segundo cáncer cutáneo más frecuente, y representa aproximadamente el 20% del total del cáncer cutáneo no melanoma (CCNM), con una incidencia creciente1,2. La tasa de incidencia global en nuestro medio se ha estimado en 38,16/100.000 personas/año3. Aunque la mayoría de CE evolucionan satisfactoriamente tras la extirpación quirúrgica, existe un subgrupo de lesiones de alto riesgo, con alta probabilidad de recurrencia, metástasis y muerte relacionada con la enfermedad1,3. Teniendo en cuenta el envejecimiento progresivo de la población y el consiguiente incremento en la incidencia del CCNM y, especialmente, de los carcinomas queratinocíticos, las estrategias encaminadas al diagnóstico precoz de lesiones malignas y que nos permitan diferenciarlas de sus precursores, se hacen cada vez más importantes.
La dermatoscopia es una técnica no invasiva que hoy en día forma parte esencial del diagnóstico clínico en dermatología. En manos experimentadas, ha demostrado mejorar la precisión diagnóstica en lesiones cutáneas pigmentadas y no pigmentadas. En concreto, la dermatoscopia aumenta la sensibilidad en el diagóstico del CE4, habiéndose descrito patrones asociados a los diferentes tipos de lesiones y estadios de progresión, lo que facilita la diferenciación entre queratosis actínica (QA), enfermedad de Bowen (EB) y CE invasivo (CEi)5,6 (fig. 1). Así mismo, la QA pigmentada (QAp) puede suponer un reto diagnóstico por su solapamiento clínico con el léntigo maligno (LM), escenario en el que la dermatoscopia también ha demostrado su papel5. La presente revisión trata de ser una síntesis de la literatura con un enfoque práctico y que aborde de una forma global el espectro de neoplasias queratinocíticas y sus precursores desde una perspectiva dermatoscópica, tratando al mismo tiempo de unificar en castellano la gran heterogeneidad terminológica existente7 (tabla 1).
M. Álvarez-Salafranca a, P. Zaballos b
a Servicio de Dermatología, Hospital Universitario Miguel Servet, Zaragoza, España
b Servicio de Dermatología, Hospital de Sant Pau i Santa Tecla, Tarragona, España
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