¿Discapacitado en la mediana edad? Es más común de lo que podría pensarse

LUNES, 13 de noviembre de 2017 (HealthDay News) — Incluso desde la mediana edad, muchos estadounidenses tienen problemas para vestirse, hacer la compra y realizar otras tareas para cuidar de sí mismos, y en algunos de ellos esto conduce a un declive progresivo, encuentra un estudio reciente.

El estudio de casi 6,900 adultos de mediana edad encontró que aproximadamente 1 de cada 5 desarrolló un “deterioro funcional” antes de los 65 años. Eso significaba que tenían dificultades con el autocuidado o las tareas cotidianas de rutina, como bañarse y preparar la comida.

Aunque esos tipos de deterioro son comunes en las personas mayores, los nuevos hallazgos muestran que las personas de mediana edad con frecuencia tienen problemas similares, y que no siempre se recuperan.

Esa fue una pregunta importante al principio del estudio, según la investigadora principal, la Dra. Rebecca Brown. “¿El deterioro funcional en la mediana edad es un fenómeno temporal o tiene consecuencias posteriores?”. Brown es profesora asistente de medicina de la Universidad de California, en San Francisco.

Para muchas personas del estudio, su deterioro sí tuvo consecuencias. En general, un 16 por ciento de los participantes de mediana edad con discapacidades empeoraron a lo largo de los 10 años siguientes, y un 19 por ciento fallecieron.

Según Brown, una mejor noticia es que muchas personas permanecieron estables o mejoraron. En total, un 28 por ciento recuperaron la función y permanecieron libres de discapacidad el resto del periodo del estudio.

Los hallazgos aparecen en la edición del 14 de noviembre de la revista Annals of Internal Medicine.

El estudio no analizó las causas específicas de las discapacidades de las personas, pero un 43 por ciento de los que desarrollaron una discapacidad tenían artritis, y un porcentaje similar eran obesas.

Los adultos con unos ingresos bajos también se enfrentaban a unos riesgos más altos, apuntó Brown. Esto podría tener múltiples motivos, dijo, desde unas tasas más altas de afecciones crónicas de la salud a un menor acceso a la atención médica.

¿Qué quiere decir todo esto?

En primer lugar, cualquier problema con el autocuidado en la mediana edad probablemente deba considerarse como una “señal de advertencia”, planteó el Dr. Thomas Gill, profesor de geriatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale. “Es una señal de que la persona es potencialmente vulnerable”, dijo Gill, autor de un editorial publicado junto al estudio.

Su consejo para las personas que alguna vez han sufrido de un deterioro funcional es hablar con el médico sobre si puede gestionar mejor cualquier afección médica crónica.

“Pregunte a su médico, ‘Si tengo dificultades con estas tareas a los 60, ¿qué pasa cuando tenga 70?'”, dijo Gill.

El estilo de vida es un tema importante, apuntó. El ejercicio regular y, si es necesario, perder peso puede ayudar a gestionar afecciones médicas como la artritis, y quizá reducir el riesgo de discapacidades futuras.

De hecho, apuntó Gill, “perder peso es una de las medidas más efectivas para la artritis”.

En cuanto al ejercicio, Gill comentó que él y sus compañeros de investigación encontraron beneficios claros en un ensayo reciente de adultos sedentarios de 70 a 89 años de edad. Las personas que iniciaron un programa de ejercicio eran menos propensas a desarrollar una discapacidad en los próximos años que las que siguieron siendo inactivas.

Cuando los que hacían ejercicio sufrían un deterioro (como problemas para caminar) tenían un tercio más de probabilidades de recuperarse.

No está claro si esos hallazgos aplicarían también a las personas de mediana edad, según Gill. Pero en teoría, anotó, podrían “responder incluso mejor” al ejercicio que los adultos mayores.

En el nuevo estudio, las personas sedentarias tenían un riesgo más alto de sufrir un deterioro funcional, dijo Brown. Eso apunta a que el ejercicio reduciría los riesgos, añadió, aunque no es una prueba.

A la mayoría de los adultos ya se les recomienda el ejercicio regular por una variedad de motivos de salud. Eso no significa que hay que apuntarse en un gimnasio y hacer un gran esfuerzo, según Brown.

“Comience con pasos pequeños”, aconsejó. “Camine 15 minutos. Haga ejercicio ligero de resistencia en casa”.

Brown también concurrió en que un deterioro funcional puede ser una señal de advertencia para los adultos de mediana edad.

“Podría verse como una oportunidad de hablar con el médico y para probar algunas estrategias sencillas, como el ejercicio, para mejorar la salud”, señaló.

FUENTES: Rebecca Brown, M.D., M.P.H., assistant professor, medicine, University of California, San Francisco; Thomas Gill, M.D., professor, geriatrics, Yale School of Medicine, New Haven, Conn.; Nov. 14, 2017, Annals of Internal Medicine

https://medlineplus.gov/spanish/news/fullstory_169703.html