El abuso de analgésicos opiáceos podría estar estabilizándose en EE. UU.

LUNES, 23 de octubre de 2017 (HealthDay News) — La cantidad de estadounidenses que abusan de los analgésicos recetados se ha estabilizado en los últimos años, pero sigue sin haber un declive aparente.

Ese es el hallazgo de un nuevo estudio que examina el problema del abuso de opiáceos en EE. UU. Los investigadores encontraron que después de un gran aumento a principios de la década de 2000, el uso incorrecto de los analgésicos opiáceos recetados por parte de los estadounidenses se ha nivelado en los últimos años.

Aun así, el problema no ha desaparecido: En 2014, el año más reciente en el que se realizó una encuesta, cerca del 14 por ciento de los adultos y adolescentes estadounidenses habían abusado en algún momento de estos medicamentos, que incluyen el Vicodin (hidrocodona), el OxyContin (oxicodona) y la morfina.

Los hallazgos subrayan la importancia de dar a los pacientes modos alternativos de manejar el dolor, dijo el Dr. Asokumar Buvanendran, vicepresidente de anestesiología del Centro Médico de la Universidad de Rush, en Chicago.

Hay momentos en que las personas necesitan un alivio del dolor a corto plazo con los opiáceos.

Pero para la mayor parte del dolor de larga duración (no relacionado con el cáncer), los opiáceos generalmente no son mejores que un placebo, dijo Buvanendran.

Y los riesgos de los opiáceos (incluyendo la adicción y la sobredosis) se conocen bien.

Un estudio reciente del gobierno encontró que la tasa de mortalidad de los estadounidenses por sobredosis de opiáceos aumentó en más del triple entre 2000 y 2015. Esto incluye las muertes por los analgésicos recetados y por la heroína.

Muchos expertos culpan a las prácticas permisivas a la hora de dar recetas por hacer que las personas se enganchen a los analgésicos. Varias organizaciones médicas han publicado directrices dirigidas a controlar las recetas de opiáceos.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. afirman que los tratamientos de primera línea para el dolor crónico deberían ser medicamentos no opiáceos y opciones no farmacológicas, como la fisioterapia y la terapia cognitivo-conductual.

Y cuando los opiáceos se receten a corto plazo, se debería dar a los pacientes pastillas solo para unos pocos días, y en la dosis más baja posible, según los CDC.

Pero se requiere de un tiempo para que las directrices se pongan en práctica y se vean los efectos en el mundo real, dijo Buvanendran.

“No tengo una bola de cristal”, dijo. Pero, añadió, la estabilización en el nivel de abuso de los opiáceos recetados por parte de los estadounidenses podría pasar a ser una reducción en los próximos años.

Buvanendran presentó el estudio el domingo en la reunión anual de la Sociedad Americana de Anestesiólogos (American Society of Anesthesiologists), en Boston.

Otro estudio presentado en la reunión sugirió que se han producido progresos en las recetas de opiáceos. Al observar a más de 1 millón de pacientes a los que se realizó un reemplazo de cadera o de rodilla, los investigadores encontraron que 1 de cada 4 recibieron solo opiáceos después de la cirugía en 2006.

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